Francia declara los toros patrimonio cultural inmaterial
Se convierte en el primer país en dar este reconocimiento a la lidia
Francia, donde se organizan cada año decenas de corridas, ha tomado la decisión inédita de inscribir los toros en su lista de patrimonio cultural inmaterial, siguiendo los criterios definidos por la UNESCO. Esta inscripción se remonta al pasado mes de enero, aunque la noticia había pasado totalmente desapercibida hasta este viernes, cuando la anunció el Observatorio Nacional de las Culturas Taurinas, coincidiendo con el inicio de la Feria de Arles. El país vecino se convierte así en el primero del mundo en reconocer esta práctica como patrimonio cultural, aunque la distinción no supone grandes cambios para su práctica, muy frecuente en el sur del país.
"Confirmamos que los toros están inscritos desde enero en la lista de Patrimonio Cultural Inmaterial, cuando la candidatura fue aprobada por una comisión etnológica del Ministerio de Cultural", confirmó una portavoz del ministerio en cuestión. La fuente añadió de inmediato que esta decisión no supone ningún juicio de valor sobre la práctica que en Francia, al igual en España, enfrenta a aficionados con detractores. En uno de los últimos sondeos realizados sobre este tema, que se remonta a 2007, casi la mitad de la población está a favor de una prohibición, a semejanza de la aprobada en Cataluña.
La iniciativa parte de la Observatorio Nacional de las Cultural Taurinas, con sede en Arles, uno de los epicentros de la afición taurina del Sur de Francia, quien propuso al ministerio la inclusión en la lista. Su presidente, André Viard, celebra el hecho que su país se convierta en "el primer país taurino del mundo que efectúa una gestión que, es importante subrayar, obedece exclusivamente a criterios científicos", añade. "La corrida, introducida en Francia a mediados del XIX sobre la base de tradiciones taurinas más antiguas, está hoy presente en cuatro regiones del sur [Aquitania, Medios Pirineos, Languedoc-Rousillon y Provenza Alpes Costa Azul] donde, cada año, se organizan espectáculos en unas cuarenta ciudades", recuerda.
"¿Cómo puede nuestro ministro de Cultura (...) alentar una supervivencia arcaica que consiste hacer un espectáculo de la tortura animal?" se indigna por su parte, Claire Starozinski, de la Alianza Anticorrida, en un comunicado. La antitaurina denuncia el "vergonzoso aval del Estado francés" a la práctica.
Babelia
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