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Reportaje:

El teatro como resistencia y vigilancia

San Petersburgo se convierte en capital mundial de la escena con la celebración del Premio Europa de Teatro.- El alemán Peter Stein y el ruso Yuri Lyubimov grandes figuras del encuentro internacional

El Premio Europa de Teatro (PET) no es sólo un galardón que se entrega con periodicidad bianual a un creador de la escena. Es mucho más. Así se concibió desde sus orígenes en 1986, cuando nació como proyecto piloto de la Comisión Europea en el terreno teatral. Fundamentalmente es un encuentro ineludible para las gentes de la escena en Europa que, durante una semana, se reúnen, intercambian experiencias, problemas, hallazgos y, sobre todo, espectáculos centrados, tanto en el país de acogida del premio, como en los galardonados. Este año Rusia es la anfitriona, dejando claro que San Petersburgo, que por méritos propios ya es una de las ciudades más teatrales que existen, estos días se ha convertido en la capital mundial de la escena. Los dos premios principales han recaído en dos gurús del teatro: el Especial para el director ruso Yuri Lyubimov y el 14º Premio Europa de Teatro para el alemán Peter Stein.

De ambos se están viendo magníficos espectáculos al tiempo que se han dedicado jornadas en las que se analizan sus formas de trabajar. Lo mismo ha ocurrido con los ganadores del Premio Europa Nuevas Realidades Teatrales, cuyas carreras deben estar marcadas por un carácter innovador y original. Este año lo han recibido el eslovaco Viliam Docolomansky, la británica Katie Michell, el ruso Andrey Moguchiy, el finés Kristian Smeds, el portugués Teatro Meridional y el islandés Vesturpor Theatre. En la historia del PET tan sólo dos españoles han recibido el premio Nuevas Realidades: Comediants y Rodrigo García con una diferencia de casi 20 años entre uno y otro. Este año también han sido candidatos Calixto Bieito, José Sanchis Sinisterra, Marta Carrasco, Fura dels Baus, Juan Mayorga, Carles Santos, Sémola Teatro, Enrique Vargas y Salvador Távora.

Los ganadores de Nuevas Realidades de este año están dando a conocer sus trabajos, no siempre sorprendentes en cuanto a su capacidad de innovación, a un público formado exclusivamente por expertos teatrales, desde muy diferentes ámbitos.

El PET, tras celebrarse los primeros años en la ciudad siciliana de Taormina, pasó a ser itinerante. Grecia y Polonia han sido los últimos en acoger el acontecimiento que este año se celebra en San Petersburgo, ciudad de sólida y ferviente tradición teatral, con espacios escénicos de alta calidad por todas las esquinas de la ciudad y con una nómina de actores a los que muchos profesionales, que estos días se encuentra aquí, consideran los mejores del mundo.

¿Un mundo sin teatro?

Con motivo del PET, (financiado por la Unión Europea) Jerzy Buzek, presidente del Parlamento Europeo, se pregunta qué sería el mundo sin teatro: "Es una llave fundamental para el diálogo entre personas proveniente de realidades completamente distintas, y el teatro crea puente entre las culturas y desde tiempos antiguos ha sido uno de los más potentes medios de comunicación".

El premio, que celebra su 14 edición, mantiene como presidente del mismo a Jack Lang (ministro de Cultura francés en varias ocasiones) uno de sus mentores y creadores, junto con Melina Mércuri, Jacques Delors y Carlo Ripa di Meana. Lang sostiene que en esta brutal crisis que recorre Europa hay que evitar a toda costa sacrificar la cultura en el altar de la crisis: "La cultura, el teatro es un escudo contra el miedo, no es una forma de diversión y evasión, más bien al contrario, es una forma de resistencia y vigilancia", apunta Lang.

El PET no sólo sirve para dar a conocer a los creadores premiados o para poner proyectos, filosofías y creaciones en común. También se convierte en el foro en el que se reúnen muchas asociaciones, críticos, profesionales y organismos. Bernard Faivre, mítico director del Festival de Aviñón en dos ocasiones, ha comentado en estos días la importancia del PET, señalando que en el brevísimo tiempo de unos días se produce un mágico encuentro entre toda la profesión, cosa que, según él, no sucede en ningún sitio ni festival de Europa. El PET, además de estar fuertemente vinculado a organismos como la Asociación Internacional de Críticos de Teatro, Instituto Internacional de Teatro del Mediterráneo [que preside el español José Monleón, consejero y jurado del PET] y el Instituto Internacional de Teatro de la Unesco, es el centro neurálgico de la Unión de Teatros de Europa, de la que forman parte los españoles Teatro de la Abadía de Madrid y Teatro Lliure de Barcelona. Este organismo nació en 1990 por iniciativa del director italiano Giorgio Strelher, uno de los grandes defensores de la unidad del teatro europeo, "de la necesidad de trabajar junto superando barreras lingüísticas" y ganador de la tercera edición del PET. Además de Strelher han recibido el PET Arianne Mnouchkine, Peter Brook, Heiner Müller, Luca Ronconi, Pina Bausch, Lev Dodin, Michel Piccoli, Harold Pinter, Patrice Chereau, Krystian Lupa, y los estadounidenses Robert Wilson y Robert Lepage, por su rotunda presencia en el teatro europeo.

Desde los inicios el PET se concibió con unas características que lo diferenciarsen de los otros premios existentes en Europa o considerados normales. Por lo pronto no debía ser, ni es, un premio simbólico, ni sólo económico (la dotación es de 60.000 euros). Lo que se quiso y se ha logrado es que sea un gran encuentro con los ganadores donde se lleva a cabo un análisis de sus obras, representaciones de las mismas, demostraciones de sus más diversos trabajos. "A ello hay que añadir sólidas publicaciones que recogen todo lo que se ha dicho y que es especialmente importante para la memoria de este arte tan efímero", señala el italiano Alessandro Martinez, secretario general del PET quien recuerda con orgullo como la publicación que se hizo con motivo del PET a Harold Pinter, poco antes de la concesión del Nobel de Literatura y de su fallecimiento, se convirtió en un tesoro para profesionales del teatro y del mundo académico, al igual que el famoso diálogo entre Peter Brook y Jerzy Grotowski, que existió en el contexto del PET y fue recogido en una de esas publicaciones.

Martinez añade la importancia de las representaciones en esta muestra que siempre se celebra en abril como precedente de los grandes festivales europeos: "Este año la seña de identidad más importante del PET es que los premiados en la categoría de Nuevas Realidades Teatrales han recaído en áreas geográficas minoritarias, que no han tenido jamás el premio, como Portugal, Escandinavia, Islandia...", señala este hombre ligado al PET desde sus orígenes y preocupado por la situación difícil del teatro desde el punto de vista financiero. "En cuanto al hecho artístico hay que hablar de esa gran evolución del teatro que continúa con el discurso de la multidisciplinariedad, algo inevitable, ahora todos los montajes tienen particularidades diferentes y están abiertos a todo tipo de artes", concluye Martinez.

Un momento de Falstaff, la última ópera de Guiuseppe Verdi, que regresó en diciembre de 2010 al Gran Teatro del Liceo 27 años después de representarse en Barcelona, en un montaje dirigido musicalmente por el italiano Fabio Luisi, y escénicamente por el alemán Peter Stein.
Un momento de Falstaff, la última ópera de Guiuseppe Verdi, que regresó en diciembre de 2010 al Gran Teatro del Liceo 27 años después de representarse en Barcelona, en un montaje dirigido musicalmente por el italiano Fabio Luisi, y escénicamente por el alemán Peter Stein.TEJEDERAS

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