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Parade, un extraterrestre con chorreras

'Materia oscura', el sexto álbum del murciano Antonio Galvañ mezcla lo fantasmagórico del gótico del XIX con la ciencia ficción

Ana Marcos

La velocidad de pensamiento llevó a Antonio Galvañ a conversar con Stephen Hawking en La fortaleza de la soledad en 2009. Ahora, "enfadado con todo", reniega del Big Bang y la tabla periódica sin escrúpulos, convertido en un niño robot. La resolución a este galimatías con más pop que física la tiene Parade, alter ego de Galvañ. Aviso para la comunidad científica, este murciano oriundo de Yecla, no ha avanzado en la teoría de cuerdas, solo ha publicado nuevo trabajo, el sexto, Materia oscura.

"Es un disco muy eléctrico de canciones que llegan rápido", explica Galvañ al otro lado del teléfono. "Pretendía ser un poco más fantasmagórico, siniestro, pero al final me ha salido un pop muy luminoso". Una especie de banda sonora de la serie The Big Bang Theory o como lo denominan los que han tenido la suerte de escuchar el álbum antes de que saliera a la venta el 11 de abril: "un capítulo especial de Halloween de Los Simpsons en disco".

"Intento juntar la frialdad y la tecnología de Kraftwerk con las melodías y los coros de los Beach Boys", explica Antonio Galvañ

La parte oscura la pone su pasión por la literatura gótica del siglo XIX. "Me gusta crear personajes que se levantan de sus tumbas por la noche en busca de su amante", dice Galvañ en referencia a Muerte enamorada, a la que denomina tragedy song, una de las 12 canciones de Materia oscura. Si además se mezcla con su otra afición, la ciencia ficción, con este trabajo se pueden aprender los trucos para surfear en Marte con la guía que expone Transplutonia.

En los 10 años que Antonio Galvañ lleva componiendo en solitario, al mismo tiempo que trabaja como profesor de música con niños de primaria, ha tratado de encontrar una fórmula perfecta. Una combinación mágica que le permitiera juntar "la frialdad y la tecnología de Kraftwerk con las melodías y los coros de los Beach Boys". Por eso abandonó los primeros grupos en los que militaba y creó Parade como un homenaje a un ballet ruso de Diáguilev que llevaba la música del compositor francés Erik Satie y los decorados de Piccaso. "Así, pude introducir la ciencia ficción en mis canciones, el cine fantástico, todo lo relacionado con el subgénero, desde los cómics hasta los zombis". Eso sí, reconoce que por muy sesudas que parezcan sus letras es "una persona de letras" que se limita a volcar "los conceptos que todo lector de este género acaba interiorizando".

La mayor diferencia con sus discos anteriores está en el sonido. Parade ha vuelto a un estudio de grabación y ha recuperado la esencia de sus años de adolescencia cuando tocaba con un grupo. "He grabado todos mis discos en el estudio de mi casa y, ahora, por primera vez, hay una batería real, no está todo secuenciado". Este pequeño salto no cambia su filosofía amateur. "Nunca he querido pasar por los sacrificios que te impone esta carrera", explica Galvañ. "El 'amateur' hace lo que quiere, cuando quiere y cuando puede", apostilla. Y termina el argumento de vuelta al espacio. "Los grupos independientes que han conseguido triunfar es porque conectan con un sentir generacional muy fuerte y yo soy un extraterrestre".

Parade presentará su Materia Oscura con conciertos en Madrid (Neu! Club, 7 de mayo), Valencia (sala Matisse, 13 de mayo) y Murcia (sala 12ymedio, 19 de mayo).

Antonio Galvañ, de 'Parade'
Antonio Galvañ, de 'Parade'BLANCA GALINDO

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Sobre la firma

Ana Marcos
Redactora de Cultura. Forma parte del equipo de investigación de abusos en el cine. Ha sido corresponsal en Colombia y ha seguido los pasos de Unidas Podemos en la sección de Nacional, además de participar en la fundación de Verne. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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