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Entrevista:

Najarro: "Dejaré de bailar para concentrarme en dirigir"

El próximo director del Ballet Nacional de España asegura que tendrá en consideración todos los géneros y que su objetivo principal es "mantener vivo" el repertorio histórico

Desde pequeño era un niño modelo. Se graduó del conservatorio con matrícula de honor. Antonio Najarro (Madrid, 1975) se convirtió muy pronto en el coreógrafo más joven en tener una obra suya dentro del repertorio de la compañía titular española, el Ballet Nacional de España (BNE), la misma que ahora va a dirigir desde el 1 de septiembre y por cinco años. Al puesto optaron 11 hombres y 5 mujeres, nombres que el Ministerio de Cultura se niega a revelar, pero según se ha podido saber, entre los que concursaban figuraban Javier LaTorre, María José Ruiz y Antonio Canales.

No le tiembla a Najarro la voz ni el pulso y tiene las ideas tan claras y enfiladas como el nudo de su corbata inglesa. Hoy toca atender a la prensa en un angosto despacho de la Plaza del Rey, pero este artista muy premiado y querido por toda la profesión por su seriedad y compromiso con el trabajo, desgrana con palabras sencillas y muy medidas su proyecto para regresar a la compañía de la que salió hace ocho años siendo ya primer bailarín hacia la aventura de crear su compañía personal:

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Pregunta: ¿Qué hará usted con el repertorio histórico del BNE?

Rrespuesta: Incluirlo en todo lo que pueda, mantenerlo vivo, pues ese debe ser el objetivo principal del BNE. Y diría más, levantarlo a cotas de excelencia. Entiendo como parte de mi responsabilidad exhibir esas obras, y así lo puse en mi proyecto, siempre balanceado con la nueva creación.

P: ¿Qué hará con su carrera personal de bailarín?

R: Dejar de bailar. En caso de que me dieran el puesto, lo tenía muy claro. Debo concentrarme en dirigir en todos los sentidos, y verter allí todas mis energías. No encaja el acto de bailar y dirigir. Podré hacerlo un día excepcionalmente alguna vez en un acto especial, no más.

P: En el BNE se ha abusado en los últimos años de las contrataciones externas a la plantilla, de invitados que impedían el desarrollo de los artistas de la casa.

R: Solamente lo haré en casos muy puntuales, si lo pide y exige una obra o un carácter especial. Piense que la danza en España no es sólo el BNE, pero hay que mentalizar a la profesión, motivar a todos, que lo mejor es lo que está en sus filas; hacer sentir que los bailarines quieran entrar en el BNE, y que los artistas de plantilla cojan el peso escénico adecuado.

P: ¿Y respecto a la preponderancia de unos estilos u otros? ¿El baile flamenco?

R: La danza española es una sola. Flamenco, folclore escenificado, danzas estilizadas, clásico español, Escuela Bolera. La compañía debe ser un expositor prismático de todos los estilos. No hago distinciones.

P: Esta misma semana los bailarines en masa han protagonizado un conato de paro, y han venido aquí a este ministerio a querer discutir aspectos artísticos en los que no están de acuerdo con el director saliente, José Antonio Ruiz. ¿Eso le caldea el recibimiento?

R: Si la protesta es por asuntos artísticos, que se vayan del BNE; otra cosa es que detrás estén mezcladas otras reivindicaciones. Si a un bailarín no le gusta lo que hace un coreógrafo-director, pues debe irse. Esas no son formas aceptables.

P: ¿Qué pasará con su compañía privada, donde hay entre bailarines, músicos y técnicos casi 30 personas?

R: Es triste. Acabamos de estrenar nuestra cuarta producción. Lo he meditado mucho y todos lo han entendido y están orgullosos. A mí me animó a presentarme el concurso mismo, su dinámica, el rigor que exigía. Y es verdad que mi compañía se estaba empezando a consolidar, y allí había conseguido una energía estupenda. Sé que tengo el apoyo de todos ellos.

P: Usted es el primer director del BNE que pasó por el cuerpo de baile, llegó a primer bailarín y hasta fue miembro del Comité de Empresa. ¿Ventajas de conocer desde dentro la mecánica?

R: Supongo que sí. Con diálogo y razonamiento colectivo se pueden conseguir muchas cosas. Entiendo la dirección como una práctica donde hay un objetivo principal: el BNE debe ser el mejor.

P: La compañía sigue sin tener un teatro ni temporadas garantizadas.

R: Sería lo ideal tener un teatro, pero hoy por hoy es muy difícil conseguirlo. Mi pauta es al menos dos temporadas estables, una de repertorio o reposiciones y otra de creaciones, que el público tenga referencias fijas.

P: Usted se acercó al jazz, al tango, a la música oriental en su carrera creativa. ¿Lo seguirá haciendo?

R: En mi compañía experimenté mucho. Era difícil de vender y con esas otras músicas pretendía acercar a públicos jóvenes, tanto de aquí como en el extranjero, al baile español.

P: ¿Modificará el equipo interno?

R: Mi equipo tiene que ser mío, lo tengo que traer de fuera, gente objetiva. Pero no soy nadie para romper estructuras y lo que quiero es que el equipo actual se sienta cómodo y una vez asentados, si hay que hacer cambios, se harán.

P: Los bailarines del BNE se quejan de que ganan poco.

R: Puede ser. Estar en el BNE ya es un prestigio importante, pero debe estar bien remunerado y parte de eso es el volumen de trabajo, que se vea nuestro trabajo en toda su intensidad.

P: ¿Cómo se baila hoy en día?

R: En las nuevas personalidades hay mucho talento, pero hay que prestar atención a la recuperación de los estilos. Eso se está perdiendo. Se baila muy bien, pero hay que conjugar técnica y carácter con estilo. Es ese el punto de inflexión para evolucionar y construir.

P: ¿Y en cuanto a la creación coreográfica?

R: Estamos en una época difícil. Mantener un cuerpo de baile es heroico, y después comercializarlo. Hay que lograr un equilibrio en lo que se crea en cuanto al respeto por la danza española como tal, ser fiel a unos cánones que son nuestros.

El bailarín y próximo director del Ballet Nacional de España, Antonio Najarro.
El bailarín y próximo director del Ballet Nacional de España, Antonio Najarro.BERNARDO PÉREZ

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