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Paralelismos entre los 'lager' nazis y la Inglaterra renacentista

El director y teórico escénico Jorge Eines debuta con Shakespeare en el Teatro Español explorando la relación entre muerte y poder

"El teatro no cambia el mundo, pero sí a la gente. En una época con pocas creencias, hay un tipo de creencia, que tiene que ver con el arte, que puede salvarnos de la nada. Bueno...a mí me sirve. A los actores que trabajan en RIII también. Quizás sea suficiente". Quien habla así es Jorge Eines, catedrático de Interpretación, director de teatro y Teórico de la Técnica Interpretativa de su propia escuela de interpretación. Llegó a España, procedente de su Buenos Aires natal en 1976 y desde entonces ha puesto en pie numerosos espectáculos, ha estado décadas al frente de la prestigiada sala Ensayo 100, y se ha convertido en uno de los pedagogos teatrales más solventes.

Pero tenía una asignatura pendiente. Con Shakespeare.

Ahora la va a saldar con el estreno de RIII, su personal adaptación de La tragedia de Ricardo III, del autor británico, que se estrena el próximo día 8 en el Teatro Español (sala pequeña), donde permanecerá hasta el próximo 17 de abril.

En realidad Eines lo que tenía con Shakespeare era una deuda. "Es la primera de él que hago y sabía que tenía que ser esta". ¿Por qué? "Muerte y poder. Fusionar ambas cosas y trabajar con los actores para habitarlas, es trabajar con lo que debo. No me puedo permitir después de Beckett [último autor al que ha montado] renunciar a la exigencia para buscar mas espectadores. Si lo que hago le gusta a alguien es maravilloso. No se trata de dinero. Es lo que me ocurre cuando ensayo".

El RIII de Eines propone una serie de paralelismos entre la historia de la Inglaterra renacentista y los lager, los campos de exterminio nazis, que surgen a mediados del siglo XX cuando la II Guerra Mundial sacude Europa, creando nuevas fronteras y manchando de sangre el mapa político. "En ambos momentos se gobierna de forma absolutista, con despotismo, con el temor y la muerte como brazos ejecutores", señala Eines, quien ha trasladado esta pieza a una época reciente porque buscar el poder "es la parte enferma del instinto natural de ser querido", y añade el director, "me tienen que querer por decreto. Nuestro tiempo está invadido por dos muertes prematuras. La de la fama y la del poder. Eso cuenta la obra y pegado a eso están los que salvan su vida, porque el arte los salva de la muerte. Actúan para vivir".

Eines se refiere a que en ese barracón de un campo de concentración, donde ha colocado la acción, se está ensayando Ricardo III, ya que a los prisioneros les han dicho que tienen que representar una obra de teatro, para sobrevivir. "Es la banalidad del mal. Los nazis disfrutan con el esfuerzo de los que creen que si hacen bien el trabajo, tienen el premio de la supervivencia. Una tortura refinada: creer que mientras ensayan se salvarán de la cámara de gas".

Tanto el Ricardo III de Shakespeare, como el de Eines, coinciden en que ambos exploran la condición humana. "Shakespeare me sopla al oído el tema y con los actores hemos descubierto que hay un presente cada tres segundos", apunta Eines, "de la vehemencia asesina a la ternura, y de ahí a matar, todo en 10 segundos. Eso contamos juntos. Es difícil, pero por momentos lo conseguimos y nadie se aburre y todo el mundo entiende".

Mientras, los prisioneros/actores comparten dos infiernos, el del Lager y el de la obra. "La paradoja es que para soportar un infierno necesitan del otro. Al mismo tiempo, el Duque de Gloster, después rey Ricardo III, en su carrera al poder con ambición desmedida es también estratega, político, soldado, hipócrita y hasta enamorado. En definitiva, un ser humano (más ser que humano) que hace sufrir y también sufre. La muerte, el asesinato, instaurado como norma por Gloster, a lo largo de la obra de Shakespeare, se vive, se sufre en el lager".

Como es lógico la técnica actoral desarrollada por Eines en sus clases está aplicada al 100% en este montaje. Una técnica que ha desarrollado en libros como Teoría del juego dramático, Didáctica de la dramatización, Alegato a favor del Actor, La Formación del Actor, El actor pide y Hacer y actuar, publicados por Gedisa dentro de la colección Biblioteca de Formación Actoral Jorge Eines, en la que en breve saldrá publicado Repetir para no repetir. Teorías que, por ejemplo, chocan abiertamente con otras internacionalmente conocidas como las del Actor's Studio neoyorkino, que Eines llega a calificar de "estafa pedagógica" ya que considera que han hecho daño al teatro contemporáneo. "La ley no prohíbe ser envidioso, egoísta, individualista. Por cosas como estas no se va a la cárcel, no son ilegales. El arte debe salvarnos de toda esa chatarra ética. La línea americana la estimula. Al mismo tiempo propone una metodología que sola funciona esporádicamente y que no responde ni a la conciencia ni a la voluntad. No es técnica".

La propuesta de este profesional de la escena para que el actor pueda crecer consiste en que el se haga cargo de lo que la televisión ha hecho de él: "Es su deber. Si logra salirse de la naturalidad de la vida y logra asumir la naturalidad de la escena, habrá crecimiento. De lo contrario hay copia de la vida y eso es nefasto para el arte del actor", señala Eines que ha contado para su RIII con los actores Martijn Kuiper, Agnes Kiraly, Dani Méndez, Carmen Vals, Danai Querol, Begoña Sánchez, Guzmán López y Carlos Enri, además de con la escenografía de José Luís Raymond y Carlos Higinio Esteban.

Representación de <i>RIII,</i> que se estrena el próximo día 8 en el Teatro Español.
Representación de RIII, que se estrena el próximo día 8 en el Teatro Español.
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