Maestros del Este para Bilbao
Musika-Música dedicará su próxima edición a seis compositores rusos de los siglos XIX y XX - El festival bate su récord con 30.800 asistentes
Dos piezas archifamosas de Mozart, la obertura de La flauta mágica y el Concierto para piano y orquesta número 21, fueron las últimas composiciones que se escucharonel domingoen la décima edición de Musika-Música, el maratón clásico que triunfa en Bilbao, Nantes, Tokio, Varsovia, Río de Janeiro y el año que viene también en Montreal. Canadá se estrenará con Mozart, pero a Bilbao los sones llegarán en 2012 desde Moscu.
"El año que viene escucharemos en Bilbao al grupo de los cinco maestros rusos de los siglos XIX y XX, más Rachmaninov", adelantó ayer la directora de la muestra, Begoña Salinas.
Si La Folle Journée de Nantes, el origen de este modelo de festival, se abrirá el año entrante a todos los compositores rusos en general, Bilbao se centrará en las sinfonías y música de cánara de Tchaikovski (1840-1893), y en el conjunto de la obra de Glinka (1804-1857), Borodin (1833-1887), Mussorgsky (1839-1881), Rimski-Kórsakov (1844- 1908) y Rachmáninov (1873-1943). "Acabo de estar charlando y cerrando parte del programa con el coordinador musical, René Martin", explicó Salinas satisfecha.
El festival de 2012 se articulará en torno a Borodin, Tchaikovski o Rachmáninov
Begoña Salinas: "Creo que hemos fidelizado a los aficionados de la música clásica"
El programa no era fácil, ya que la edición de este año ha estado marcada por el atractivo de un compositor tan popular como el genio de Salzburgo, del que se han interpretado casi 200 partituras en los 66 recitales programados. Este imán ha permitido a Musika-Música batir su récord con 30.800 asistentes, ligeramente por encima de la cifra del año pasado. Dos de cada diez han llegado de Francia y un 10%, de Portugal, la mayoría lisboetas, según la organización. Y se aprecia una cada vez mayor participación del público joven, tanto estudiantes como menores con sus familias. "No sé si este es el modelo del futuro para difundir la música clásica, pero el futuro pasa por este modelo", destacó Salinas.
"Este festival trata de acercar la música clásica a la ciudadanía más variada y se puede ver que el entusiasmo es absolutamente general", abundó. Y eso que este año han tenido que competir contra el buen tiempo del que ha disfrutado Bilbao y el fin de semana de Carnavales. "Creo que hemos fidelizado a los aficionados de la música clásica y hemos conseguido que esta música se convierta en una compañera inseparable de mucha gente", añadía visiblemente satisfecha.
El ambiente dentro del Palacio Euskalduna era ayer excepcional. Entre los músicos profesionales y los más de 800 estudiantes de los diversos conservatorios que participaban en los talleres, faltaba sitio en el auditorio y en las salas de conciertos. Las entradas para más de la mitad de los conciertos, hasta un total de 38, se agotaron.
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