Desembarco español en Toronto

En los últimos años, el festival de cine de Toronto ha crecido en importancia y repercusión para el mercado estadounidense. A poco más de 70 kilómetros de la frontera con su vecino estadounidense y a poco más de una hora en avión desde Nueva York, Toronto ha multiplicado su faceta mercantil y los ejecutivos de Hollywood se acercan hasta allí para ver algunas películas indies y bastantes filmes extranjeros. De ahí que en cada edición aumente la presencia española. Ese crecimiento también ha acabado chocando con el certamen de San Sebastián: el canadiense se celebra del 9 al 19 de septiembre, y el español, del 17 al 25 de ese mes.

El año pasado pasaron por allí Celda 211, de Daniel Monzón, o Ágora, de Alejandro Amenábar. En esta ocasión, en su 35º edición, en diferentes secciones estarán También la lluvia, de Icíar Bollaín (en la sección Contemporany World Cinema); Balada triste de trompeta, de Álex de la Iglesia (se verá en Sesiones Especiales, tras su paso por Venecia); Buried (Enterrado), de Rodrigo Cortés; Los ojos de Julia, de Guillem Morales (también en Sesiones Especiales); Lope, de Andrucha Waddington; La mitad de Óscar, de Manuel Martín Cuenca; Todo lo que tú quieras, de Achero Mañas (otra que se verá en la sección Contemporany World Cinema) y Guest, de José Luis Guerín (la única película española que pasará por Venecia, Toronto -apartado Real reel- y San Sebastián).

Junto a ellas estará Biutiful, de Alejandro González Iñárritu, con Javier Bardem, que con este drama ganó ex aequo el premio al mejor actor en Cannes. En Toronto no hay premios, ni galardones honoríficos: hay mercado, un mercado gigante, y multitud de distribuidoras estadounidenses pescando en este mar revuelto cinematográfico.