Confesiones de un muerto en 'Humo en la lluvia'
La primera novela de Isidoro Martínez de la Escalera enfrenta a una viuda con la cinta que recoge los últimos momentos de su marido
Cuando un alto ejecutivo aparece muerto en su coche, su esposa descubre una costumbre que él había mantenido en secreto: cada vez que se sube al automóvil, pone a funcionar una grabadora y repasa su vida en voz alta. Todo queda registrado en esas cintas, incluso sus últimas palabras. Se trata de la primera novela de Isidoro Martínez de la Escalera, Humo en la lluvia (Bohodón Ediciones ), que decidió convertir en ficción una serie de reflexiones que había empezado a redactar.
"No es autobiográfico, pero si biográfico", explica el propio autor. Una aclaración obligada, ya que su vida tiene puntos en común con el protagonista: ha trabajado para Pepsi (en la novela, una empresa de refrescos llamada Z.), es padre e ingeniero industrial. Martínez de la Escalera, que ahora trabaja en Osborne, matiza las diferencias con el personaje: "Yo he sido director general y me dedico al marketing, pero he visto cómo funciona el departamento industrial. Hablo de una profesión que conozco, pero la historia que trato tiene vigencia hoy o en el colonialismo, es indiferente". Uno de los factores que más le alejan de su alter ego es que se considera "más vitalista".
"Me interesaba destacar que incluso la persona que tenemos al lado no nos llega a conocer realmente, porque somos muy complejos. También quería retratar nuestras contradicciones, y como esos principios que creemos tan inamovibles en realidad pueden ser traicionados fácilmente. Y, además, tenemos un gran facilidad para engañarnos a nosotros mismos". Las opiniones de la esposa dan más pistas al lector para entender la visión del mundo que hay en las cintas. "También intenté reflejar cómo alguien que no cree en nada se llega a plantear que es más valioso para los suyos muerto que vivo", señala. Todo eso incluye este relato, que arranca una vez que la mujer del protagonista fallece y deja una nota que revela la existencia de las grabaciones y unas trascripciones hechas por ella misma, en las que da su versión de los hechos. Escuchando a un padre que ya no está, los hijos de la pareja tendrán acceso a esa explicación personal de la psicología, la filosofía o la antropología.
Pensamientos que se convierten en novela
"Al principio, se trataba de poner por escrito una serie de pensamientos, pero luego tomó forma de novela. Incluso cuando estuvo terminada, no creía que se fuera a publicar. Pensé que se iba a quedar encanutillada en alguna estantería de casa. Como mucho, aspiraba a que mis hijas la leyeran cuando tuvieran 18 años".
Martínez de la Escalera ha conseguido ver su obra impresa sin que se modificara la estructura, que él tenía clara. "Si la novela era mala y no se podía publicar así, pues asumía que era mala. Pero tenía claro que no iba a aceptar cambios importantes. Al final, está tal cual la concebí" Ha sido un trabajo de seis años. "No es que haya estado trabajando en ello a tiempo completo", aclara. Tal vez repita la experiencia. "Eso sí, si puedo trabajar con la libertad con la que lo he hecho".
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