La contracultura de los 90, en Rock in Rio

Demostrada la capacidad de convocatoria de Shakira o el tirón de Miley Cyrus entre los más pequeños, la propuesta de Rock in Rio se endurece este viernes. Se espera mal tiempo: la lluvia ha inundado parte del párking, por lo que la organización recomienda no comprar plaza hoy y venir abrigado. Haga el tiempo que haga, Rage Against The Machine y Cypress Hill, que tuvieron su momento de gloria en los 90, estarán en el festival. EL rock desbocado de Jane's Addiction añadirá más fuerza y sudor a la noche y, para completar la oferta, la fiesta guasona y potente de O'funk'íllo & The Rumbers o Dinero son una buena excusa para dar los primeros botes. El cierre del Escenario Mundo corre a cargo de Tiësto, al que las revistas especializadas han llegado a considerar el mejor dj del mundo.

Si cree que no conoce ninguna canción de Rage Against The Machine, muy probablemente se equivoca. Bombtrack o su exitazo Killing in the name pondrán en movimiento a los nuevos habitantes de la Ciudad del Rock, a base a de excitantes ritmos, guitarras contundentes y el espíritu crítico que siempre ha acompañado a las actuaciones del grupo. La banda de Zack de la Rocha y el guitarrista Tom Morello se disolvió en 2000 pero volvió hace unos años para hacer lo que mejor se les da: conciertos. Hoy ocuparán su puesto en el escenario principal a las 00.30.

A mediados de los 80 se formaron Jane's Addiction. Su refrescante adrenalina, un punto de gamberrismo y una corta pero eficiente discografía les hicieron triunfar. Discos como su debut homónimo, Nothing's Shocking o Ritual de lo habitual les ganaron un gran número de adictos, que han sufrido cada vez que la banda ha anunciado la penúltima separación. Están programados para las 22.45.

A las 21.15 actúan los californianos Cypress Hill , un grupo de hip hop que también ha aportado unos cuantos temas de esos que a todo el mundo le suenan; no hace falta llevar pantalones anchos para conocer I wanna get high . En 1991 publicaron su debut y e 1993 Black sun, lo que les valió un respeto que se encargaron de renovar a lo largo de la década. En definitiva, rap de la Costa Oeste facturado por aquellos que contribuyeron a hacerlo grande y, de paso, pidieron al mundo que legalizara la marihuana.