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Unos Laus hechos a mano

Los premios de diseño gráfico ensalzan la creación más artesanal

Creatividad en estado puro, pequeños estudios de diseño artesanales y la sofisticación técnica supeditada a las exigencias del imaginario artístico. Son las últimas tendencias del sector del diseño gráfico y la comunicación visual, que celebró ayer su fiesta en la Nit Laus, con la ceremonia de entrega de premios organizada por la Asociación de Directores de Arte y Diseñadores Gráficos del FAD (ADG-FAD).

"En esta 40 edición los premios han estado muy repartidos, con una presencia creciente de estudios pequeños y muchas piezas manuales", señaló el presidente de ADG-FAD, Álvaro Sobrino. "Creo que se ha de valorar positivamente que hayamos superado la tecnologicitis de los últimos años y recuperemos técnicas históricas artesanales", añadió.

Así lo ha hecho LoSiento, el estudio ganador del Grand Laus en la categoría de diseño gráfico, con un lettering basado en la fórmula de Pitágoras. "Cada una de las piezas del alfabeto está hecha a mano, con papel de color hueso y en un diálogo constante entre el plano y la tercera dimensión", explicaron. "Queríamos traspasar la perfección del cuerpo humano a la tipografía".

Los ganadores de la sección Audiovisual apostaron también por técnicas tradicionales para crear los seis carteles que presentan cada uno de los apartados de la exhibición de cine experimental español Del éxtasis al arrebato. 50 años del otro cine español. "Hace tiempo que se nos pasó la fiebre del 3D", declararon los miembro de Dvein. "Buscamos el equilibrio entre la sofisticación y el analógico, y todo lo que podemos lo grabamos directamente de la realidad. Nos funciona mucho mejor así." Los autores confesaron que lo más complicado fue resumir el espíritu de todas las películas del ciclo en piezas de 30 segundos: "Nuestra idea inicial fue trabajar con poemas visuales tipo Joan Brossa y representar con objetos y máquinas imposibles las ideas de los cineastas".

Santi Grau, en cambio, dijo haber abusado de la tecnología para recuperar la esencia del trabajo artesanal. Eureka ha sido su trabajo de final de carrera y le ha otorgado el premio en el apartado de Estudiantes. Con su proyecto, el joven creó nuevos sistemas de producción que le permitieron generar resultados gráficos innovadores. "Si siempre utilizamos las mismas herramientas (Photoshop, Illustrator...)", explicó, "siempre llegaremos a los mismos resultados".

El portal lúdico, educativo y accesible de la fundación Ecom, formada por organizaciones de discapacitados físicos, le confirió el galardón en la categoría de Interactivos a APS&Co. "Nuestro gran reto fue cómo tratar la minusvalía con normalidad", manifestó la pequeña agencia de creativos especializada en educación y comunicación. Su proyecto incorpora un sistema de navegación experimental inclusivo, donde los usuarios con diferentes discapacidades pueden adaptar la web a sus necesidades.

El Grand Laus de la sección Gráfica y comunicación de administraciones públicas fue para La revolució dels petits gestos, un encargo de la Generalitat de Cataluña al estudio *S,C,P,F... para concienciar a los ciudadanos sobre el ahorro del agua, el peligro de los incendios, los accidentes de tráfico y la contaminación. "Los mensajes de la campaña tenían que ser didácticos, no alarmistas", dijeron los premiados. Para ello, crearon una simpática mano que ejemplifica la idea del petit gest cerrando un grifo o apagando una colilla encendida en el bosque.

Un anuncio de Coca-Cola, Encuentro, de la empresa McCann Ericsson, fue el ganador de la categoría Dirección de arte publicitaría. El espot, premiado también en el XII Festival Jóvenes Tocados por la Publicidad, es una llamada al optimismo que explica la historia de Aitana, una recién nacida, y Josep Mascaró, el hombre más viejo de España, que advierte al bebé: "lo único que no te va a gustar de la vida es que es demasiado corta".

En una gala en la que, un año más, Barcelona, Madrid y Murcia fueron las poblaciones con mayor número de inscripciones, todos se llevaron un trofeo a casa. "Hemos querido hacer una réplica para que, en la noche de la entrega, todo el mundo tuvieran un premio en las manos", apuntó Sobrino. El falso no es más que una caja de bombones; el de verdad, dos piezas de silicona que representan al cliente y al creador y que se iluminan en la oscuridad. "Nos hacía gracia que, cuando se cerraran los estudios gráficos por la noche, se quedara, vigilante, la luz del trofeo del Laus."

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