La musculatura de lo positivo
Shakira enciende Rock in Rio Lisboa a dos semanas de la edición española
La cantante Ivete Sangalo, de 38 años es lo más parecido en la tierra a una superhéroe. ¿Recuerdan a Wonderwoman? Pues imagínenla cantando y bailando samba pop en un escenario de 30 metros. Es lo que antes se llamaba una mujer de bandera. Casi desconocida en España, la brasileña, de huesos grandes y voz firme, es una estrella en Portugal y fue la que arrancó a media tarde de ayer los primeros bailes y carreras por las colinas del parque Bela Vista donde, este fin de semana y el que viene, se celebra Rock in Rio Lisboa 2010. Un gran preludio de lo que será Rock in Rio Madrid los próximos 4, 5, 6, 11 y 14 de junio en Arganda del Rey.
Seamos sinceros. Sangalo no canta especialmente bien -tampoco mal, claro- pero tiene muchas cualidades. La principal es que con su música sabe hacer que las más de 80.000 personas entregadas que tenía ayer delante olvidasen sus problemas... bailando. Un chute de positivismo el mismo día que curiosamente José Sócrates, primer ministro de Portugal, se sometía a una moción de censura en el parlamento por su política de recorte del gasto público muy similar a la española.
Pero quizá de eso trata Rock in Rio. De olvidar las crisis aunque sólo sea durante cinco días. Los ingredientes: un gigantesco "parque temático de la diversión" de ocio y música de todos los estilos y para todos los públicos. 200.000 metros cuadrados de tiendas, pop y atracciones: vuelve la imprescindible y divertida tirolina que cruza el escenario principal -¿Cómo no se le ocurrió antes eso a nadie?- , una noria, una atracción de caída libre...
Lo explicaba muy gráficamente a EL PAÍS Roberto Medina, brasileño de 61 años, creador del festival. "Necesitamos una musculatura de esperanza", decía un par de horas antes de la actuación de Ivete, en la puerta el festival, donde repetía su tradición de recibir personalmente a los primeros asistentes -rito que también hará en Madrid-.
También hablaba de las dificultades con las que se ha enfrentado el festival en España. "Ha sido muy difícil sacarlo adelante con la crisis. Brasil y Portugal están más acostumbrados a los malos tiempos. España últimamente ha estado acostumbrada al éxito. Lo del 20 % de desempleo es muy duro, pero también hay un 80% que trabaja que no se puede dejar llevar por el pesimismo. Necesitamos esa chispa, incluso política, que hable de positividad".
El público de Rock in Rio empieza a ser muy reconocible. En Portugal, al igual que ocurrirá en España está compuesto por pandillas de pintorescos adolescentes, niños acompañados de sus padres, adultos que posiblemente no hayan pisado mucho barro en otros festivales...Quizá no sean los más melómanos musicales pero saben cómo pasarlo bien.
Para eso estaba la cantante portuguesa Mariza, que a las siete de la tarde inauguró el gigantesco escenario Mundo con una eficiente mezcla de fado tradicional (María Lisboa), pop y rock (incluida una curiosa versión delCome as you are, de Nirvana).
Tras el huracán Sangalo, John Mayer (que también actuará en Rock in Rio Madrid) rebajó los biorritmos pero cumplió con su pop rock americano algo descafeinado pero solvente. "Además es guapísimo", decía Sofía, una adolescente casi en bikini por el calor, ante las risitas de sus amigas.
Después llegaron los fuegos artificiales y la estrella de la noche: Shakira. Aunque la colombiana hizo un concierto conservador, basado en casi todos sus singles -sonó La tortura, She Wolf...-, es la niña bonita y favorita de Rock in Rio. Ella responde con un espectáculo de luces y sonido soberbio. Shakira también pisará el escenario Mundo, de Madrid, en un par de semanas.
Rock in Rio se celebra en Lisboa desde 2004 -se hace cada dos años; ésta es su cuarta edición en Portugal-. Y guarda muchas similitudes con lo que será Rock in Río Madrid: comodidad, atracciones, comida y un escenario principal que suena tan bien como muy pocos. La hipérbole de la diversión, el ocio y la música. Un modelo diferente de festival que, aunque al principio contó en España con algunas reticencias por lo inusual, ya ha conseguido convertirse en una cita imprescindible. Es, sin duda, uno de los mayores espectáculos del mundo de la música.
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