Las estrellas de la Diagonal
La avenida alberga varios de los edificios más emblemáticos de Barcelona
Torre Atalaya
Diagonal, 523 / Avinguda Sarrià, 71 1966-1970 Arq. Federico Correa y Alfonso Milà Es el rascacielos más emblemático de la llamada Escuela de Barcelona, caracterizada por la austeridad, la elegancia contenida y la mirada hacia la arquitectura del norte de Italia de los años 1950 al 1970. Se trata de una de las mejores obras del equipo Correa Milà que, pese ha ya tener 40 años, ha envejecido magníficamente. El edificio Atalaya, con su fachada irregular y sus estudiados juegos de volúmenes, combinando balcones y aberturas, de gran ritmo compositivo se contrapone a la uniformidad anodina de los rascacielos compactos, en forma de prisma regular y muro cortina, tan habituales en este tipo de edificios.
El Corte Inglés (María Cristina)
Diagonal, 617 / Villarroel / Buenos Aires 1998-2004 Arq. Josep Martorell, Oriol Bohigas y David Mackay con la colaboración de Natalia Santafé Se trata de la contundente transformación de un edificio existente: los americanos almacenes Sears, construidos en 1967, que posteriormente pasaron a ser de Jorba Preciados. El equipo MBM, que ya participó, en 1992, en la reforma y ampliación de la sede central de El Corte Inglés en la plaça de Catalunya, se encargó de reformar i ampliar este discreto edificio de la Diagonal, situado en una manzana sobreconstruida, típica de la cara rica de la Barcelona del alcalde Porcioles, y que ha sufrido recientemente un radical proceso de tuneado. La intervención de Bohigas y sus socios ha sido el tuneado más destacable y bien resuelto de esta manzana, además de una de sus las más atractivas de sus autores en las últimas décadas. Este Corte Inglés se integra bien en su entorno, con un lenguaje neo art decó internacional y referencias al histórico arquitecto alemán Erich Mendelsohn. Quizás más espectacular de noche que de día, el acierto de esta reforma y ampliación es que contrapone el cristal, las aberturas diáfanas, el cromatismo y la fantasía compositiva a los desangelados muros ciegos de granito y hormigón, hasta entonces marca de fábrica de El Corte Inglés, transformando de una forma radical la imagen de estos grandes almacenes. Su fachada posterior, sin embargo, no consigue imponerse a los fríos postulados del cliente, a pesar de estar enriquecida con una escultura de Antoni Llena.
Casa Mas de Miquel
Diagonal, 516-524 / Tuset, 1 1923-1929 Arq. Domingo Sugrañes La Casa Mas de Miquel se encuentra en una de las crujías más interesantes de la Diagonal, flanqueada por las calles Enric Granados y Tuset, porque en ella confluyen modernismo, noucentisme de raíz monumentalista, racionalismo y arquitectura contemporánea, con obras de Sayrach (Casa Sayrach, 1915-1918), Sugrañes (Casa Mas de Miquel, 1923-1929, Ricard de Churruca y Germà Rodríguez Arias (Conjunto de viviendas, Diagonal/Enric Granados/París, 1934-1937) y el equipo Correa Milà (Edificio Metro 3, 1982-1989). Sugrañes fue discípulo y colaborador de Gaudí en la Sagrada Famila pero su producción variada no se integró en las filas del gaudinismo si no que se manifestó en diversidad de estilos. La Casa Mas de Miquel se inscribe en el eclecticismo monumentalista de los años 20, en plena época del noucentisme, con referencias a la arquitectura francesa beaux-arts, clasicista y a la vez rococó, que en Barcelona tuvo a Eduard Ferrés i Puig, autor del Ritz barcelonés y el Palace madrileño, como máximo representante. En esta obra Sugrañes utiliza la libertad y el desparpajo del modernisme con un lenguaje formal clasicista que subvierte para conseguir una gran teatralidad. El interés de la fachada está en sus destalles, especialmente la forja y, sobretodo, en su composición exagerada y anticlásica. Lo más insólito del edificio, sin embargo, es su espectacular y enorme patio interior/vestíbulo de planta ovalada cubierto con una inmensa claraboia de cristales impresos incoloros que tamiza la luz y crea una atmósfera irreal. Un espacio que remite directamente a los patios cubiertos de muchos bloques de viviendas y balnearios de Budapest.
Casa Sayrach
Diagonal, 423-425 / Enric Granados, 157-159 1915-1918 Arq. Manuel Sayrach Este atractivo bloque de viviendas es una cita bastante literal y tardía de La Pedrera de Antoni Gaudi. Su autor es un interesante y polifacético personaje barcelonés que escribió teatro, proyectó arquitectura, decoración de interiores y jardines, y, entre otras ocupaciones, concibió teorías políticas de carácter republicano. En sus escasas y extravagantes construcciones, Sayrach se inspiró directamente en Gaudí adaptando el estilo del genio reusense a su propia visión teatral y sui géneris. Los planos de licencia de obras de este edificio fueron firmados por el arquitecto Gabriel Borrell. Sayrach transforma la contundencia, virulencia y dureza de La Pedrera en una arquitectura tierna, blanda y nítida, perfectamente integrada en la avenida en donde se emplaza, pero también con una buena dosis de genialidad y trasgresión, creando uno de los edificios más singulares de la Diagonal. Sin lugar a dudas, lo más espectacular del edificio son sus interiores, sobretodo el vestíbulo y la escalera, con el ascensor incluido. En esta desmadrada decoración, Sayrach da rienda suelta a su imaginación y crea una pieza, avant la lettre, digna del mejor surrealismo y una obra maestra de la arquitectura comestible. Justo al lado, en la calle Enric Granados, 153-155, Sayrach construyó en 1926 otro bloque que guarda relación con el primero, pero estilísticamente más moderado y discreto.
Bloc Diagonal
Diagonal, 419-421 / Enric Granados, 120-126 / París, 207-209 1934-1937 Arq. Ricard de Churruca y Germà Rodríguez Arias Se trata de la única obra construida en la Diagonal por miembros del GATPAC (Grup d’Arquitectes i Tècnics Catalans per al Progrés de l’Arquitectura Contemporània), agrupación que durante la 2ª República española proyectó una radical urbanización de la parte norte de la Diagonal, propuesta que nunca se llegó a realizar. A pesar de contar ya con casi ochenta años, este conjunto residencial, también conocido como Bloc Diagonal, sigue siendo uno de los edificios más modernos y hermosos de la avenida barcelonesa. Realizado sin ninguna concesión al estilo pompier y clasicista que invade y homologa la avenida barcelonesa pero sin embargo, a la vez, queda perfectamente integrado en ella de una forma armónica, sin estridencias, gracias a su cuidada composición, al elegante diseño de todos sus detalles unido a una sabia utilización de los materiales y a una discreción absoluta. Esta obra es el mejor ejemplo de como la arquitectura moderna puede inserirse y convivir sin conflicto en un entorno histórico o historicista -como a menudo ocurre en la avenida en donde está emplazada. Es una pieza austera pero sin caer en el aburrimiento, con un juego de volúmenes y alturas muy medido y respetuoso. Otro de los grandes aciertos de edificio es la utilización del color granate en el interior de los balcones de sus fachadas acusando el grafismo horizontal de la composición y aportando un interesante cromatismo a la Diagonal –algo que Correa y Milà tomarían como referencia en el bloque moderno, denominado Metro 3, que construyeron justo enfrente, en el núm. 514 haciendo esquina con Tuset, 2-6.
Casa Pérez Samanillo (Círculo Ecuestre)
Diagonal, 502-504 / Balmes, 169 1910 Arq. Joan Josep Hervàs i Arizmendi La Casa Pérez Samanillo, actual sede del Círculo Ecuestre, es de los pocos ejemplos que quedan aún de los palacetes modernistas que en su día poblaron la Diagonal y las calles adyacentes, como la Casa Company (1911) de Josep Puig i Cadafalch, en la esquina con Buenos Aires y Casanova, o la desaparecida Casa Sitjà (1904-1906) de Enrique Sagnier Villavechia, cerca de ésta, en la misma Diagonal. La torre Pérez Samanillo de estilo totalmente modernista constata que el estilo de 1900 persistió aún de la segunda década del siglo XX, a pesar de la implantación progresiva del noucentisme y los clasicismos de entreguerras. De este lujoso edificio unifamiliar destaca el gran ventanal plenamente art nouveau que da a la Diagonal y también la fastuosa decoración de interior realizada por el taller Esteva i Cia. Inicialmente esta edificación estaba rodeada de jardín por sus dos fachadas posteriores. Pero cuando la propiedad pasó al Círculo Ecuestre se eliminó el jardín construyéndose en ambos lados y, por tanto, desapareciendo las dos fachadas del patio. El autor de las nuevas construcciones, realizadas en 1948, fue Raimon Duran Reynals y cabe destacar la de la parte de la Diagonal en estilo racionalista tardío, con tres destacables bajo relieves de Joan Rebull en la tribuna del piso principal.
Banco Atlántico (Banc Sabadell)
Diagonal / Balmes, 168-170 / París, 210, bis 1966-1969 Arq. Francesc Mitjans y Santiago Balcells Gorina Igual que la parte sur de la plaça Francesc Macià, la torre del Banc Sabadell, inicialmente del Banco Atlántico, resume a la perfección la cara ostentosa de la Barcelona del alcalde Porcioles. Sin embargo este rascacielos, el más alto de la ciudad durante mucho tiempo, inserido algo brutalmente en la trama urbana del Eixample con una altura desmesurada en relación a su entorno, tiene también sus virtudes que han quedado resaltadas a raíz de una cuidada restauración de la mano del arquitecto Josep Lluís Mateo y del interiorista Pepe Cortés –que se ha ocupado del rediseño de algunas de sus plantas– realizada a partir del cambio de propiedad del edificio a principios del siglo XXI. Incluso el nuevo rótulo, de diseño más refinado que el de la anterior entidad bancaria, también ha contribuido a rejuvenecer la imagen de este ya histórico edificio que, para bien y para mal, forma parte del sky line de la ciudad condal. Para proyectar el Banco Atlántico Mitjans y Balcells se inspiraron directamente y de forma bastante literal en la milanesa torre Pirelli de Gio Ponti. Los autores catalanes supieron otorgar a su réplica unos buenos acabados y un diseño elegante, y también supieron engarzar su rascacielos a los dos edificios colindantes, uno de ellos, el de la calle Balmes, obra racionalista de 1935 de Ricard Ribas Seva, uno de los miembros del GATPAC.
Iglesia y convento de Pompeia
Diagonal, 450 / Riera de Sant Miquel, 1 1907-1910 Arq. Enric Sagnier i Villavechia Sagnier construyó bastantes edificios en la Diagonal, en su mayoría bloques de viviendas de estilo clasicista. La parroquia y convento de Pompeia corresponde aún a su etapa modernista. La iglesia se inscribe en el neogótico habitual de Sagnier cunado proyectaba edificios dedicados al culto, pero la escala en este caso no es en absoluto grandilocuente, si no que se inscribe de forma muy discreta en la trama urbana de la avenida. Seguramente porque cuando se construyó este edificio religioso, la Diagonal aún estaba poblada de palacetes y no había adquirido la escala monumental de los años veinte, treinta y cuarenta, que la han acabado definiendo. La fachada del convento se diferencia de la de la iglesia por estar construida con ladrillo, material poco habitual en Sagnier, y quizás una cita a la vecina Casa de les Punxes de Puig i Cadafalch. A parte del interior de la iglesia cabe destacar también la austera y diáfana biblioteca del convento, tratada con un lenguaje formal más característico de la arquitectura industrial que de la religiosa.
Manzana comprendida entre Diagonal, Còrsega y Rambla de Catalunya
Esta manzana es otro de los puntos interesantes de la Diagonal desde un punto de vista arquitectónico, ya que comprende tres obras muy distintas tanto estilísticamente como cronológicamente, pero que relacionan estrechamente entre sí.
Casa Serra
Diagonal, 395 / Rambla de Catalunya, 129 / Còrsega, 311 1903-1908 Arq. Josep Puig i Cadafalch La Casa Serra es otra de esas lujosas viviendas unifamiliares de la burguesía industrial barcelonesa que proliferaban en la Diagonal y sus alrededores. Esta obra marca un punto de inflexión en el estilo historicista modernista de Puig i Cadafalch ya que se aleja del neogótico para acercarse al neoplateresco de corte renacentista. Es interesante la distribución de la vivienda en dos alas muy estrechas y alargadas. Posteriormente pasó a ser un convento y se construyó el patio con una ampliación realizada por el arquitecto Josep M. Pericas. Durante los años setenta del siglo pasado la Casa Serra estuvo a punto de ser derribada por una inmobiliaria pero se salvó gracias a una campaña a favor de su conservación. La ampliación de Pericas, sin embargo fue derribada para emplazar el nuevo edificio de la Diputació de Barcelona.
Diputació de Barcelona
Diagonal, 395 / Rambla de Catalunya, 129 / Còrsega, 311 1986-1988 Arq. Federico Correa y Alfonso Milà A la hora de construir una nueva sede para la Diputació de Barcelona en el mismo emplazamiento de la polémica Casa Serra, el estudio Correa Milà se planteó la restauración del edificio de Puig i Cadafalch, el derribo de la ampliación de Pericas y, en su lugar, construir totalmente el solar que ocupaba inicialmente el jardín. Era un ejercicio difícil ya que significaba sobreconstruir sin apenas tener espacio y respetar la obra inicial de la Casa Serra sin maltratarla en exceso. Los arquitectos supieron crear un nuevo edificio absolutamente diferenciado del modernista pero manteniendo un diálogo interesante. A la vez, a la hora de proyectar este nuevo y contundente volumen de acero y cristal gris oscuro se supo relacionar con el resto de los edificios que ocupaban el resto de la media manzana, los dos firmadas por Pericas e inscritas en el modernismo tardío de influencia centroeuropea. El nuevo bloque de Correa y Milá siguió pues la volumetría del gran edificio esquinero de Pericas, con su tribuna circular, por la parte de la Diagonal, y la de la Casa Serra, muy ampliada en escala, por la parte de la Rambla de Catalunya y Córsega. El diseño austero y muy cuidado del nuevo bloque se integra perfectamente en su entorno, mucho más elaborado, y queda como un buen homenaje a dos excelentes arquitectos del modernismo catalán, sin traicionar en absoluto la exquisitez y el estilo bien definido de Correa y Milá. Esta obra también mantiene un gran paralelismo con el citado bloque coetáneo Metro 3, también de la Diagonal, proyectado por los mismos autores.
Casa Pericas
Diagonal, 389 y 391 / Còrsega, 317-319 1919-1925 Arq. Josep M. Pericas Este bloque y el contiguo son dos de los escasos edificios de viviendas que construyó Josep M. Pericas, autor también del monumento a Jacint Verdaguer en la misma Diagonal. Pericas, cuya obra está aún pendiente de una buena revisión es uno de los arquitectos más interesantes y coherentes –junto con Rafael Masó– del paso del modernismo al noucentisme. El edificio que hace esquina fue proyectado para la propia familia del arquitecto y se integra en la nueva configuración que iba tomando la Diagonal durante los años veinte, a base de edificios más altos, clasicistas y con cierta voluntad monumental. Pericas combinó esas coordenadas con su propio estilo, patente sobretodo en los detalles como rejas, carpintería, esgrafiados y talla de piedra, más evidenciados en las plantas inferiores que coinciden, a su vez, con una composición mucho menos convencional. Es interesante también el vestíbulo y la escalera con una distribución y unos detalles muy elaborados.
Palau Robert y Torre Muñoz
Diagonal / Passeig de Gràcia, 107 1898 y 1949 respectivamente Arq. Henry de Grandpierre (Palau Robert) y Raimon Duran Reynals (Torre Muñoz) El Palau Robert es el edificio residencial más antiguo y, a la vez, uno de los primeros que se construyeron en la flamante Diagonal del final del siglo XIX. Està rodeado de un amplio jardín que, pese a haber sufrido algunos recortes importantes, ha sobrevivido la especulación inmobiliaria y actualmente es un parque urbano. El Palau Robert es una construcción que sigue el clasicismo francés más histórico y comedido. Quizás por ello ha sido relativamente poco manipulado a la hora de ser rehabilitado en diferentes épocas y situaciones. Su contigua Torre Muñoz, construida durante la posguerra española por Raimon Duran Reynals, se inspira directamente en ese clasicismo intemporal y establece un diálogo quizás demasiado mimético pero eficaz y armónico. La intervención de Duran Reynals, con su bloque austero, contundente y bien compuesto, fue más respetuosa aquí que en la Casa Pérez Samanillo, por un lado porque disponía de mucho más espacio, pero, por el otro, porque el classicismo del Palau Robert le era mucho más próximo que el denostado modernismo que él aborrecía, igual que muchos de sus compañeros de la generación noucentista.
Casa Comalat
Diagonal, 442 / Còrsega esquina Roger de Llúria 1909-1911 Arq. Salvador Valeri i Pupurull La Casa Comalat es la realización más importante y significativa del arquitecto Valeri i Pupurull. Su enorme fachada principal rigurosamente simétrica de la Diagonal, y no exenta de grandilocuencia, se contrapone al ingenio y la radiante modernidad de la fachada posterior de la calle Còrsega esquina Roger de Llúria. En la fachada de la Diagonal, el arquitecto hace una recreación de la Casa Batlló de Gaudí con un exagerado lenguaje neo rococó que guarda ciertas similitudes con otra obra de Gaudí: la Casa Calvet. La exageración desmadrada es la máxima virtud de la fachada principal de la Casa Comalat que, por otra parte, mantiene una pequeña dosis de convencionalidad. Sin embargo, la fachada posterior demuestra la genialidad absoluta de su autor, con un juego hábilmente desordenado de tribunas con las cajas de persiana vistas e integradas en el sabio conjunto de la composición que se vislumbra tanto desde la Diagonal, en la crujía de la plaza Juan Carlos I, como de la calle Roger de Llúria. En su ondulación delirante la fachada posterior de esta obra de Valeri i Pupurull mantiene connotaciones con La Pedrera. El vestíbulo, el ascensor y la escalera son otros de los puntos de interés del edificio, resueltos con un apasionamiento decorativo abarrocado y delirante.
Palau del Baró de Quadras
Diagonal, 373 / Rosselló, 279 1904-1906 Arq. Josep Puig i Cadafalch Puig i Cadafalch fue un arquitecto retórico pero ingenioso. En el Palau del Baró de Quadras con fachadas en la Diagonal y la calle Rosselló proyectó dos fachadas radicalmente opuestas para reformar un discreto bloque de casas de alquiler ya existente. Para la Diagonal proyectó un ostentoso y regio palacio y para la calle Rosselló aprovechó la fachada existente y le añadió solamente un delicioso juego de tribunas, con la tipología típica del Eixample, que se integran en el conjunto y no tienen nada que ver con el neogótico lujoso de la fachada principal, como si se tratara de dos edificios completamente distintos. Tal como siempre suele suceder en la obras de Puig i Cadafalch, el historicismo toma otra dimensión en sus manos, y la fachada de la Diagonal, de estilo gótico, tiene a la vez un aspecto moderno, entre otras cosas, gracias a la excepcional tribuna de la planta noble, totalmente tallada en piedra por los escultores Eusebi Arnau y Alfons Juyol, que confiere un aire cosmopolita al edificio. La riqueza y delicadeza de los detalles ornamentales, con una asombrosa profusión de las artes aplicadas, hace de esta casa una joya del modernismo catalán. Después de ser la residencia de la familia Quadras, el edificio pasó a ser el Museu de la Música hasta que, más recientemente, se ha convertido en la sede da Casa Àsia, sufriendo una rehabilitación bastante radical, sobretodo en la zona de la calle Rosselló quizá por considerarse menos monumental y habiéndose eliminado completamente la escalera correspondiente al bloque posterior, concebida inteligentemente por Puig i Cadafalch como la de servicio
Casa Terrades (Casa de les Punxes)
Diagonal, 416-420, esquina con Roger de Llúria, Còrsega y Bruc 1903-1905 Arq. Josep Puig i Cadafalch De todos los arquitectos modernistas catalanes, Puig i Cadafalch es el que está más presente en la Diagonal, y con obras más espectaculares. Sin lugar a dudas, la Casa Terrades o Casa de les Punxes es la estrella más fulgurante de toda la avenida barcelonesa y aún no ha sido superada. El arquitecto, que odiaba abiertamente el Eixample de Ildefons Cerdà, aprovechó una de sus manzanas residuales e irregulares, fruto del choque forzado de la Diagonal con su implacable cuadrícula, para crear una ciudad dentro de la ciudad y así romper violentamente la ordenada monotonía cerdaniana. Paradójicamente Cerdà le ofrecía unas perspectivas fantásticas que Puig i Cadafalch supo utilizar a la perfección. La ciudad flamenca o centroeuropea de les Punxes no es otra cosa que un inteligente bloque de viviendas, con multitud de fachadas, tribunas y balcones que crean un alegre y original paisaje en una avenida que, a la larga, acabaría siendo muchos más aburrida de lo que habría sido si, en la época modernista, otros arquitectos hubieran podido construir obras destacadas como las de Puig i Cadafalch. Otro de los aciertos de la Casa Terrades es la utilización del ladrillo, además de la cerámica y la piedra tallada, que contribuye a dar color a una Diagonal gris por antonomasia. Y es curioso que siendo de las primeras construcciones modernas en esta avenida, a penas ningún arquitecto posterior seguiría su ejemplo, excepto el dúo Correa y Milá que tomarían la idea del color y de las esquinas circulares para sus dos edificios citados en esta misma reseña.
Casa Planells
Diagonal, 332, esquina con la calle Sicília 1923-1924 Arq. Josep M. Jujol La Casa Planells está situada en la parte menos monumental de la Diagonal y rodeada de construcciones grises y anodinas. Junto con las obras de Sayrach y Valeri i Pupurull, es la tercera cita de La Pedrera en esta avenida y por derecho propio la más lícita, genuina, sincera y original. A Jujol le tocó a menudo trabajar con materiales baratos y pequeño encargos pero su genialidad absoluta le permitió casi siempre salir airoso y exultante. La Casa Planells demuestra como el modernismo perduró en Catalunya, sobretodo a nivel popular. Se trata del encargo de un pequeño constructor y de un solar minúsculo pero esquinero. Con escasos medios Jujol realizó una de sus mejores obras que a la vez es un canto de cisne del modernismo, en la fachada de la Diagonal totalmente gaudiniana, y el anuncio del naciente racionalismo, en la rectilínea fachada de la calle Sicília. Tal como han destacado algunos arquitectos/historiadores la Casa Planells, con sus volúmenes puros, ondulantes y pronunciados, también se inscribe en la arquitectura expresionista europea. La total ausencia de ornamentos es otra de sus características y virtudes. Es muy destacable también, el vestíbulo y la escalera, con detalles realizados en alambre y materiales humildes que se anticipan a los objetos creados por los artistas surrealistas.
Grup Escolar Ramon Llull
Diagonal, 269-275, esquina con las calles Aragó, Sardenya, Consell de Cent y Marina 1918 Arq. Josep Goday El Grup Escolar Ramon Llull forma parte del destacado conjunto de escuelas promovidas por la Mancomunitat catalana durante la época presidida por Prat de la Riba y por su sucesor Puig i Cadafalch. La mayoría de estos edificios en Barcelona fueron proyectados por el arquitecto Josep Goday, discípulo y colaborador de Puig i Cadafalch. Goday se inscribió rápidamente en el noucentisme y fue uno de sus máximos y más genuinos exponentes. El Grup Escolar Ramon Llull es muy emblemático de la prolífica y brillante producción de su autor en este campo. Está ordenado a partir de dos bloques compactos, planos y contundentes, unidos por un atrio, y tiene escasos elementos arquitectónicos decorativos excepto un delicioso esgrafiado que recorre de arriba abajo todas sus fachadas y crea un despejado trompe l’oeil arquitectónico inspirado en los magníficos esgrafiados barceloneses del siglo XVIII. Sus grandes aberturas están bien compuestas, con racionalidad y exquisitez. Igual que en la Casa Terradas, esta obra sabe aprovechar de una forma óptima tanto el solar como las perspectivas de la media manzana resultante del trazado de la Diagonal. Su simplicidad, de aires palladianos, y su ausencia de retórica monumentalista, hacen de estas escuelas uno de los edificios más amables y encantadores de la gran avenida barcelonesa, sobretodo en la parte baja y degradada en donde están situados.
Torre Agbar
Diagonal, 209-211 / Badajoz / junto a la Plaça de les Glòries 1999-2005 Arq. Jean Nouvel y estudio b720 Situada en la confluencia casi violenta de tres grandes avenidas, la Diagonal, la Gran Via y la Meridiana, que forman la enorme y agitada plaça de Les Glòries, la Torre Agbar simboliza la Barcelona del cambio de siglo. Cierra la ciudad del Eixample y abre la del Forum y el 22@ inmersa en ambiciosa una estrategia urbanística. Con sus 34 plantas es el tercer edificio más alto de la ciudad, después de las dos torres del Port Olímpic. La obra duró mucho más de lo previsto y costó 130 millones de euros. Según su autor, el francés Jean Nouvel, este rascacielos está inspirado en las torres gaudinianas de la Sagrada Familia y a la vez en la montaña de Montserrat, igualmente fuente de inspiración del propio Gaudí. Pero, al igual que el bloque del Banco Atlántico, la emblemática Torre Agbar tiene su referente directo y literal en otro edificio anterior: la Swiss Re Tower construida en Londres por Norman Foster, una similitud denunciada por el célebre arquitecto inglés. Sin embargo, se trata de un edificio muy eficaz en el paisaje urbano barcelonés visible desde muchos puntos de vista e incidiendo directamente en el sky line de la capital catalana, convirtiéndose en un potente icono. Su cambiante iluminación nocturna contribuye de una forma decisiva a otorgar a la Torre Agbar su carácter excepcional y animan el tramo más pobre y destartalado de la Diagonal. Los interesantes juegos de luminotecnia de su doble fachada de cristal parecen también un homenaje al ingeniero Carles Buïgas –el autor de la hipnótica Fuente Mágica de Montjuïc.
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