Yiyun Li escritora: "Los susurros pueden asfixiarte"
La escritora de 'Las puertas del paraíso' narra el fusilamiento de dos mujeres en una plaza de Pekín
Escribe en inglés, pero sueña en chino. En el mundo en el que imagina sus textos conviven dos culturas en armonía, sin conflicto, por muy dramáticos y desgarradores que sean los temas que Yiyun Li (Pekín, 1972) aborde.
Ella supo pronto lo que era una denuncia pública en una plaza de su ciudad. Creció leyendo las noticias sobre ejecuciones practicadas por los comunistas a cualquiera considerado traidor al partido y convencida de que "el poder y la autoridad pueden ser arbitrarios y crueles". Todo ese conocimiento le ha permitido construir Las puertas del paraíso (Lumen), una novela que parte de un suceso real que ocurrió en China tras la Primavera de Pekín. En esa época se vivió (1977-1978) en el país asiático un breve periodo de liberalización coincidiendo con la muerte de Mao y el inicio del régimen de Den Xiaoping. "Empezó un tiempo de cambio, pero era difícil confiar en los vecinos. Mi historia se inspira en la ejecución de dos mujeres de forma consecutiva que perdieron su vida por manifestar sus diferencias con el régimen comunista. Quería mostrar el comportamiento del ser humano en situaciones límite. Los susurros pueden asfixiarte", explicó la escritora durante un reciente viaje a Madrid.
En su universo no hay ni blancos ni negros. "La vida y la literatura son capaces de abarcar las diferentes tonalidades del gris y por eso mis personajes deambulan en las contradicciones y en los sentimientos. Nadie es poseedor de la verdad absoluta".
Yiyun Li habla a través de sus personajes de un mundo roto, que intenta sobrevivir sobre los escombros, de personas víctimas de una sociedad que fue capaz de transformar la inocencia en crimen. "Recuerdo que siendo niña, en la escuela, me pedían que confiase en mis profesores y no en mis padres, porque nos decían que los dirigentes comunistas estaban por encima de la familia. Sentías una cierta orfandad y nos parecía normal que los profesores, como representantes del Gobierno, nos pidiesen que contásemos lo que ocurría en nuestras casas". Li describe con detalle y crea una atmósfera con el lenguaje que te hace sentir que estás tras las paredes de las casas, enganchado en ese mundo de medias palabras, de silencios, de miradas cómplices, de gestos que te llevan directamente a la muerte. "Viví y crecí en una sociedad en la que nada era lo que parecía y en la que me preguntaba: ¿Hasta dónde es capaz de llegar el ser humano cuando unos padres se niegan a recoger el cadáver de su hija para enterrarlo? El miedo te paraliza y te destruye".
Yiyun Li vivió en Pekín hasta 1996, año en que se trasladó a Estados Unidos para estudiar medicina. Al terminar su carrera, comenzó cursos de escritura creativa. Allí se dio cuenta de que su mundo estaba más próximo a las palabras que a la ciencia y se volcó de lleno en el universo de la literatura hasta publicar Los buenos deseos, un libro de relatos con el que logró ser considerada una de las narradoras más prometedoras de Estados Unidos. Y dos de sus cuentos, Mil años de oraciones y La princesa de Nebraska han sido llevados al cine. Se ríe con una sonrisa que aviva intensamente sus ojos. Habla entonces de la perversión de algunos individuos, de la maldad. "Los seres humanos parece que somos incapaces de aprender de las tragedias de las que hemos sido protagonistas. Nos destruimos, nos destrozamos y muchos son capaces de dejarse dominar por personajes mediocres. Yo, en China, pensaba que muchas cosas eran normales y cuando salí fuera es cuando me percaté de mi gran equivocación", explica la escritora.
"No hay que fijarse sólo en el momento histórico, en los dictadores y cómo controlan la vida de los demás, sino en cómo el público reacciona, y siempre me ha interesado cómo los espectadores forman parte de esa historia y desempeñan un papel en ella", cuenta esta mujer que un buen día decidió alejarse para siempre de los hospitales.
Babelia
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