_
_
_
_

Siempre quedará un noruego

Svindal logra en el supergigante su primer oro olímpico a costa de Miller, que sigue sin subir a lo más alto del podio

Siempre quedará un noruego, y no sólo en el esquí de fondo, sino en el alpino desde hace bastantes años. Hasta hace bien poco se llamaban Kjetil Andre Aamodt, uno de los más laureados de la historia olímpica, y Lasse Kjus. El último, Aksel Lund Svindal. El esquiador más regular y completo como evidencian sus dos Copas del Mundo absolutas, sumadas todas las disciplinas, en 2007 y 2009. Sin embargo, aún le faltaba el sueño de los Juegos, que rozó el primer al ser plata en el descenso. El sorprendente suizo Didier Defago se lo impidió. Pero ayer, en el supergigante, al segunda prueba de la velocidad, no lo dejó escapar.

Svindal lo consiguió a costa de dejar con el oro en los labios a Bode Miller, al que ya desplazó al bronce en el descenso. El impresionante estadounidense, que no ha sido más grande porque sus arrebatos y excentricidades han podido demasiadas veces a su genialidad, sigue sin pasar de la plata.

Más información
El skeleton, entre artilugios y polémica

Miller, en sus años buenos ganó las Copas del Mundo de 2005 y 2008, pero fracasó en los Juegos de Turín 2006, con escándalo incluido por su apología de la bebida. Todo indicaba que iba a ser el rey de los Juegos y mejoraría sus dos únicas medallas en los Juegos, las platas en gigante y combinada de Salt Lake City 2002. Pero se descentró con el escándalo.

Ahora, ya es un éxito su retorno en Vancouver después de haber estado en 2009 incluso fuera de la disciplina del equipo estadounidense. Una vuelta al redil para su última oportunidad, pues va camino de los 33 años, pero a la que le falta la guinda que aún puede conseguir, sobre todo, en la supercombinada.

El supergigante volvió a demostrar en Whistler el gran momento de los esquiadores estadounidenses, bien diferente a la bancarrota de la estación. Andrew Weibrecht, que sólo esta temporada se había metido entre los mejores de la velocidad, pero con puestos por encima de los 10 primeros (11º en Kitzbühel, 14º en la cercana Lake Louise y 15º en Val Gardena), salió en tercer lugar y pareció una bajada casi perfecta. Pero aún quedaban los mejores y no era una garantía, sino una sorpresa.

Sin embargo, cuando Miller pasó ya enormes apuros para superarle por sólo tres centésimas, tras bajar con el dorsal 11, se confirmó que podía meterse en el podio. Fue un día de relativas sorpresas, porque los italianos Staudacher e Innerhofer se acercaron mucho a los dos mejores tiempos de los estadounidenses, e incluso un tercero, Heel, quedó después a dos centésimas del bronce de Weibrecht. Pero justo detrás de Heel él voló Svindal. Era el primero de los favoritos restantes y sería el único que cumplió. Aunque en la parte alta del trazado aún tenía 30 centésimas de desventaja sobre Miller, en el segundo paso internedio pasó ya en cabeza por dos centésimas. Era una bala a 114,86 kilómetros por hora, como si estuviera disputando un descenso, cuando el estadounidense lo había hecho sólo a 100,99 controlando mejor su línea. Era un riesgo, pero en la zona media Svindal aumentó incluso un poco más el margen a 13 centésimas y hasta terminó con 28. Abrió un hueco claro, el mismo que quedó entre Miller y el noveno clasificado, el suizo Gruienefelder. Significativo. Ocho hombres en un pañuelo, incluido otro de los favoritos, el el helvético Janka. Los otros, por detrás nuevamente, Su compatriota Cuche, décimo y el austriaco Walchhofer hundido en el puesto 21 a más de segundo y medio.

Segundo oro de Bjoergen y Orgue, histórica 27ª española

Los españoles, para lo que podía esperarse de su juventud, cumplieron. Ferran Terra fue 27º y Paul de la Cuesta 35º. Lograron terminar sólo 45 esquiadores. Dieciséis no pudieron y tres fueron descalificados por saltarse puertas.

Noruega, líder del medallero histórico de los Juegos, superó ya largamente el centenar de títulos, 103, con los cinco que lleva en Vancouver. Naturalmente, todos en el esquí de fondo y biatlón, salvo el de Svindal. Ayer, también sumó su segundo oro nórdico Marit Bjorgen, ya ganadora del sprint. Se impuso claramente en los animados 15 kilómetros, 7,5 estilo clásico, con los esquíes en paralelo, y 7,5 con estilo patinador tras una parada para cambiar de tablas como si se tratase de una transición de triatlón para ponerse las zapatillas o coger la bicicleta. Bjoergen es la más laureada ya de los Juegos, pues también alcanzó el bronce en los 10 kilómetros.

La española Laura Orgue fue también 27ª, pero logró la mejor clasificación femenina de la historia del esquí de fondo, a 2m 40,2s de Bjoergen. Hizo el cambio de tablas en el puesto 25ª y se mantuvo con el estilo de patinador. Quedar casi en el primer tercio de las 68 participantes, con cinco retiradas, ya es un logro cuando en Turín se fue a los últimos puestos.

AP

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_