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Entrevista:JOAN MARIA GUAL Director teatral

"Esta 'lección' ha ganado humor y no ha perdido mala baba"

Joan Maria Gual dirige para el Teatro Español la obra mítica e inquietante de Ionesco

Joan Maria Gual, de 61 años, es uno de los pocos referentes importantes del teatro catalán que no se ha dejado ver por Madrid en las últimas décadas. Quizá sea porque su trabajo lo ha centrado más en la programación, que no gestión, teatral, al frente de proyectos de envergadura como el Festival Grec, el Mercat de las Flors, la ciudad del Teatro de Barcelona o el Festival de Peralada, del que es director desde 2006. Ahora le ha sacado de su dorado encierro el Teatro Español y su director Mario Gas para que ponga un pie un texto mítico que él conoce profundamente: La lección de Eugène Ionesco, el creador del teatro del absurdo y uno de los grandes dramaturgos de la historia universal del teatro. Gual ha montado este texto que se estrena el día 14 con los actores Manel Barceló (también reconocido autor y director), Maica Barroso e Itziar Miranda. Ellos tres cuentan esta intrigante historia de sometimiento y dominio en la que una joven a un profesor para ampliar sus estudios de bachillerato con clases de aritmética, lingüística y filología. Entre ellos se establece una inquietante relación de poder detrás de la cual se esconde el personaje de una sirvienta.

Pregunta. ¿Siempre enzarzado en torno al poder del teatro?

Respuesta. La gente del teatro no pretendemos salvar al mundo, pero utilizo el teatro como herramienta con capacidad de transformación, con la que el ser humano que comparte el teatro tenga un espacio de reflexión consigo mismo, algo que extiendo a la cultura en general.

P. Su última visita a Madrid fue precisamente con La lección, donde usted mismo hacia de criada, pero de eso hace más de treinta años. ¿Cómo ha venido tan poco siendo usted un importante referente del teatro catalán contemporáneo?

R. No ha habido ninguna razón, además no estoy cerrado a nada. No se ha dado la ocasión y ahora ha surgido la oportunidad de hacer ese maravilloso texto con una producción del Teatro Español y estoy encantado.

P. ¿Qué ha pasado entre aquella lección y ésta?

R. En el mundo muchas cosas, y sobre todo en este país, lo que ha afectado a esta propuesta escénica ya que la he liberado de esa tensión de denuncia que tenía y ahora subrayo mucho más el sentido del humor, desde el que se pueden decir muchas más cosas, por lo que concluyo que esta lección ha ganado sentido del humor y no ha perdido un ápice de mala baba.

P. Además usted tampoco es el mismo y su lectura será otra.

R. Ahora manejo dos elementos, por un lado el poder y por otro el juego del teatro, pero fundamentalmente el juego del poder, al tiempo que trato de dejar claro que nuestra vida no deja de ser una suma de relaciones de poder.

P. ¿Y con su pasado medio ácrata cómo ha llevado hablar del poder?

R. De joven me llamaban comunista libertario, [dice riendo]; lo que quiero es respeto por el ser humano y su dignidad y si eso es atacado desde donde sea hay que denunciarlo. Lo cierto es que sigo siendo algo acratillo y lo del poder me sigue dando mucha grima, sobre todo los instrumentos que utiliza, aunque si el poder se ejerce con actitud de servicio, me parece un mal menor, pero cuando pasa a ser un ejercicio de dominio si me sale la inquina y ese poder es el que en La lección queda retratado.

P. Ionesco transitó con esta obra por las relaciones de sometimiento.

R. Y a través de su texto se pueden ver muy bien los instrumentos que el poder se ha inventado para poder someter impunemente, como la Iglesia, la judicatura, el ejército, los cuerpos policiales...., estamentos que ejercidos para un servicio son un mal menor, pero utilizados para someter son intolerables y una inmoralidad.

P. ¿Ionesco escribió La lección para responder a las críticas que tuvo con su primera obra, La cantante calva?

R. Sí, de hecho gira en torno a un eje que respeta unidad, tema y lugar, porque Ionesco quiso dejar claro que él sí sabía hacerlo, y el hilo conductor desarrolla una situación de dominio de una persona sobre otra, ese es el tronco central, pero yo trato de mostrar otras ramas que emergen de él, como el hecho de que el profesor no es el que detenta el poder, sólo es la mano ejecutora, el poder está por encima de él y es su criada, puestos a metaforizar sería como una secretaria de estado que le conduce hacia el final y vuelta a empezar. En el poder el que ejecuta es un pringado, pura caspa, como los demás, por ejemplo Obama, porque el poder lo tiene el que le dice donde tienen que estar las guerras, un poder que no tiene nombre, pero que realmente manda.

Joan Maria Gual, con su perra <i>Puck</i> en el Teatro Español.
Joan Maria Gual, con su perra Puck en el Teatro Español.CRISTÓBAL MANUEL
Joan Maria Gual, a la izquierda, con los protagonistas de 'La lección'
Joan Maria Gual, a la izquierda, con los protagonistas de 'La lección'TEATRO ESPAÑOL / DAVID MAROTO

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