Andrés Neuman gana el Alfaguara con una novela de un viajero en la Alemania del XIX
El autor hispanoargentino, residente en Granada, declara que escribe en un español híbrido, "como de Frankenstein"
"Es una novela futurista que sucede en el pasado". De este modo tan sugerente definió Andrés Neuman (Buenos Aires, 1977) su novela El viajero del siglo que ha obtenido el XIIº Premio Alfaguara, dotado con 175.000 dólares (unos 133.000 euros) y al que optaron más de medio millar de manuscritos inéditos. "La narración está ambientada", ha señalado Neuman en una videoconferencia desde Granada, ciudad en la que reside desde hace años, "en la Europa de la Restauración, en la Alemania posnapoleónica, en un momento de crisis que se resolvió con valores conservadores, como está ocurriendo en la actualidad. El año de la acción es 1827, aunque no mencione la fecha en la novela, y el lugar es una ciudad inventada, si bien podríamos situarla cerca de Berlín". Basada en un lied de Franz Schubert, El viajero del siglo cuenta el encuentro entre Hans, un forastero, y un anciano organillero. Como ha relatado Neuman, "el personaje, un viajero misterioso, piensa pasar una sola noche en la posada de la localidad, pero distintos acontecimientos lo retienen durante un año entero". Mezcla de novela histórica, misterio, relato amoroso y reflexión sobre la emigración y los cruces de culturas, El viajero del siglo también incluye una crónica de una época en la que algunas intelectuales alemanas comenzaron a reclamar la emancipación femenina.
El escritor Luis Goytisolo, presidente del jurado que ha fallado el premio hoy durante un almuerzo en Madrid, ha destacado de la novela su estilo y la reconstrucción histórica, pero ha subrayado de forma especial la estructura narrativa por la que desfilan las cuatro estaciones del año. "Poco después de empezar a leer la novela, me di cuenta de que ya teníamos el ganador. Está escrita con la prosa de un autor peninsular, pero algunas expresiones no se corresponden con un español de la Península". Nacido en Buenos Aires, de padres argentinos, Andrés Neuman reside desde los 14 años en Granada, una ciudad en la que se licenció en Filología Hispánica y donde ha sido profesor de Literatura Hispanoamericana.
Aficionado al fútbol y a la historia
Declarado aficionado al fútbol y a la historia, extrovertido y locuaz, Neuman se ha mostrado orgulloso de utilizar "un castellano híbrido que no contenga demasiados localismos sin que se trate de un español estándar". "En definitiva", apostilló el joven ganador del Alfaguara, "un castellano Frankenstein". No es el primer galardón de novela al que aspira Neuman, ya que en los últimos años se presentó al Anagrama, donde fue finalista con Bariloche en 1999, y al Espasa de Primavera, donde también llegó a finalista, con La vida en las ventanas (2002). Sin embargo, su carrera literaria ha estado más volcada hasta ahora en la poesía que en la narrativa y tiene publicados una docena de libros poéticos.
Cuentos, poemas, aforismos
Hijo de emigrantes establecidos en Argentina y radicado en Granada a los 13 años, con 22 publica su primera novela, Bariloche, finalista del Premio Herralde. Sus siguientes novelas fueron La vida en las ventanas (Finalista del Premio Primavera) y Una vez Argentina. Es autor de los libros de cuentos El que espera, El último minuto y Alumbramiento.
Ha desarrollado una intensa labor de estudio y divulgación del relato breve. Sus libros de cuentos incluyen apéndices teóricos sobre el género, y fue el coordinador de Pequeñas Resistencias, antología en cuatro volúmenes del cuento actual escrito en español en todo el mundo. También cabe destacar su prólogo a los Cuentos de amor de locura y de muerte, de Horacio Quiroga.
Como poeta ha publicado los poemarios, entre otros Métodos de la noche (premio Antonio Carvajal), El tobogán (premio Hiperión), La canción del antílope o Mística abajo, así como la colección de haikus Gotas negras y los Sonetos del extraño. Los poemarios anteriores, revisados y con dos libros inéditos, han sido reunidos en el volumen Década. Poesía 1997-2007. Es también autor del libro de aforismos y microensayos El equilibrista (Acantilado, 2005) y de una traducción del Viaje de invierno, de Wilhelm Müller (Acantilado, 2003), del que ha extaído cierta inspiración para El viajero del siglo.
Babelia
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