The Smiths, veinticinco años de nostalgia
La banda del temperamental Morrissey, disuelta en 1987, mantiene vigente su influencia en el rock
Duraron sólo cinco años, un suspiro musicalmente hablando. Más de dos décadas después, The Smiths, banda de culto y estandarte de los 80, continúa siendo uno de los grupos más influyentes de la historia de la música aunque les duela a los detractores de Morrissey, frontman de la banda. Tal día como hoy, 25 años atrás, se empezaban a oír los primeros acordes de este cuarteto de Manchester de indie rock cuyas letras marcaron y marcan a varias generaciones.
Su incursión fue fulgurante. La crítica les cubrió de elogios aunque también hubo quien se enojó ante el contenido de las letras, a la vez irónico, corrosivo a ratos, y sobre todo provocador en un primer álbum que llevaba el nombre del grupo y que vio la luz el 20 de febrero de 1984. Referencia obligada de esa década, The Smiths llegó al número 2 de las listas inglesas. Y ahí comenzaba una leyenda con su irreveente solista, Steven Patrick Morrissey, el guitarrista Johnny Marr, Andy Rourke -que reemplazó a Dale Hibbert en el bajo y con el cello-, y Mike Joyce, batería y coros.
Encadenar ironías
La relación entre Marr y Morrissey, uno de los tándem más prolíficos de la historia del rock, surgió dos años antes, cuando un Marr de 18 años se presentó sin avisar en la casa de un tipo solitario del barrio de King's Road, en Stretford (Manchester). Ese chico huraño, 5 años mayor, y con una habilidad excepcional para encadenar ironías era Morrissey, a cuya personalidad e incuestionable talento está íntimamente vinculado el éxito de la banda.
Estética híbrida, aires excéntricos, tendencia casi obsesiva hacia la cultura pop y la singular característica del solista para jugar con el surrealismo de sus letras convirtió al grupo, pero sobre todo al carismtico Morrissey, en todo un símbolo. Fue precisamente él, que no cae precisamente simpático a todo el mundo, que genera a la par rechazo y devoción, el que elevó al cuarteto a otra dimensión más filosófica, más profunda, y plagada de incontables referencias literarias -Pretty Girls Make Graves, una cita del escritor Jack Kerouac, autor de En la carretera, dio nombre a uno de los temas. Por el camino dejaron perlas como Bigmouth strikes again o The boy with a thorn in his side.
"Morrissey siempre lo hará mejor"
"No importa lo que tú escribas en la letra de una canción para definir el amor o el odio. Morrissey siempre lo hará mejor", comentó sobre él Noel Gallagher, letrista de Oasis y de carácter temperamental. Tímido recalcitrante pero con una voz inconfundible, el solista -que cumplirá este año 50 primaveras y acaba de sacar nuevo disco- siempre fue una persona "rara", según su propia definición, y su gran vínculo con la sociedad era, sin duda, la música.
Por ello en The Smiths halló su refugio y el catalizador con el que mostrar al mundo su verborrea hilarante, jocosa, sarcástica, con la que retuerce el amor y desata su lado oscuro y morboso. Unas letras con las que, sobre todo, se niega a ser convencional, se ríe del mundo y se vuelve nostálgico hasta las lágrimas. Tras el primer trabajo, que le abrió la puerta a una legión de incondiconales, llegaron nuevos éxitos.
Su sencillo Heaven Knows I'm Miserable Now fue la primera canción que se coló entre los diez primeros puestos de las listas y con otros temas como William, It Was Really Nothing o How Soon Is Now? se granjearon la admiración desmedida de un público atónito y fascinado. En 1985, sacaron Meat Is Murder y, un año después, llegó The Queen Is Dead, considerado uno de los mejores trabajos de la historia de la música por revistas como NME.
Con turbulencias internas de fondo, la banda publicó Strangeways, Here We Come (1987), que incluye Shoplifters of the world, uno de los temas favoritos del solista y que fue el último tesoro de la formación antes de evaporarse. Su desaparición dejó un reguero de fans inconsolables y un sinfín de imitadores. Sólo hay que echar un vistazo rápido a letras de gente como Kaiser Chiefs, Alex Turner, el solista de Arctic Monkeys, o los ya extintos Libertines. La influencia está ahí.
Si bien los miembros de los Smiths han continuado con sus proyectos en solitario, hoy, 25 años después de ese primer álbum, los rumores de un hipotético regreso de la banda no han cesado. Por el momento, se trata sólo de un deseo de nostálgicos.
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