A la defensiva, deseando alcanzar la plaza

Los toros de la ganadería Jandilla tienen fama de rápidos y temibles, pero hoy sólo han cumplido lo primero. Los astados han salido con mucho fuerza y han recorrido las calles de Pamplona a toda velocidad. Vendidos ante una manada tan presurosa, varios mozos han podido ser corneados. Sin embargo, los Jandilla, a la defensiva y deseosos de alcanzar la plaza, no han querido entretenerse. Han llegado en dos minutos y 36 segundos y no han dejado heridos por asta. El parte del quinto encierro arroja sólo un trasladado al hospital con traumatismo abdominal.

Hasta Mercaderes, la manada parecía un fórmula uno. Una vez ahí, las caídas y montones, provocados por el alto número de corredores, han partido el grupo en dos. Por delante, los mansos guiaban a tres toros, mientras que otros tres se quedaban rezagados.

En Estafeta, con un ritmo un poco más lento, los auténticos velocistas de San Fermín han podido disfrutar de las carreras, aunque más cortas que en otras ocasiones por las dificultades para avanzar entre la multitud.

Acorralado

Los corredores más inexpertos, que suelen aparecer en los casi cien metros del tramo de Telefónica, han estado muy cerca de complicar el final del encierro. Uno de los astados ha acorralado a un mozo contra la valla. El toro ha podido empitonarle pero ha preferido esquivarle y seguir hacia el coso.

A los toros de Jandilla, que llevan diez años consecutivos acudiendo a los Sanfermines, se los conocía bien en Pamplona por liderar una triste estadística. En 2004 cornearon a ocho corredores y pulverizaron el récord de heridos por asta. Los Jandilla tienen también otra marca hasta ahora no superada, el terminar el recorrido en un minuto cuarenta y cinco segundos. Hoy no lo han batido, pero la carrera sí ha sido muy rápida.

Llega el fin se semana y con él la máxima afluencia de público. Y el domingo los miuras.