Los Glucksmann: "Chacón simboliza el mayo del 68 del 2008"
Los filósofos franceses, padre e hijo, presentan un ensayo conjunto sobre el fracaso de la revuelta del mayo francés
Cuarenta años después de Mayo del 68, uno de los filósofos europeos más relevantes, André Glucksmann, y su hijo, Raphaël, denuncian los fracasos de este movimiento revolucionario y la existencia de una Francia "esquizofrénica", con un estado "arcaico" junto a una sociedad "moderna", en su libro Mayo del 68. Por la subversión permanente, editado por Taurus. En poco más de 200 páginas, padre e hijo reflexionan sobre la importancia de este momento, empujados por un discurso de Sarkozy, poco antes de las elecciones, en el que exhortaba a la multitud a "pasar página" y "liquidar" la herencia del Mayo del 68.
"Un país que para nosotros se identificaba con la boina y el tricornio- explica Raphaël Gluscksmann- ahora es mucho más europeo que nosotros, y encima ahora se ha elegido a una ministra de Defensa embarazada. Chacón es el 68 de hoy", exclamó este periodista, fundador del la Asociación Estudios sin Fronteras y realizador de varios documentales televisivos centrados en las revoluciones democráticas del Este de Europa.
"La actual actitud de Sarkozy y su gobierno espectáculo puede ser una puerta abierta hacia el futuro, como ruptura de los valores que representa la República y como una desacralización de la función presidencial", explicó Raphaël Gluscksmann, quien comparó a Francia con España y subrayó la "modernización" de la segunda en tan sólo treinta años, mientras Francia permanece "anquilosda".
"Francia está intentando ponerse al mismo nivel pero le queda mucho que recorrer y esto para nosotros es un shock" confesó este autor, quien recuerda cómo los franceses iban de vacaciones a España con "la mentalidad de ir a visitar un país del tercer mundo".
En este sentido, André Glucksmann y su hijo Raphaël compararon la movida madrileña de los 80 con el Mayo francés e incluso reconoceron que el movimiento francés había fracasado en el sentido de que de existe un estado más "centralizado" y más "arcaico" que antes.
El 'show' de 'Sarko'
A este respecto, reconocieron que el espectáculo del presidente francés en las revistas del corazón conseguirá que el poder político "pierda peso". "Los franceses ya no pueden ver al presidente como el padre de la nación, esto es una suerte y una puerta abierta para Francia", advirtió Raphaël Glucksmann.
En esta misma línea, André Glucksmann subrayó que Sarkozy se enfrenta a dos corrientes "adversarias" y "muy fuertes" dentro de su propio aparato político: por un lado, la izquierda socialista, que ha votado contra Europa y, por otro, los electores más radicales, pertenecientes a la extrema derecha, que son bastante "chovinistas". "Son dos corrientes unidas de la mano, que luchan contra Sarkozy", advirtió.
No obstante y para ambos autores, el mundo continúa en una revolución "permanente" gracias a los ideales que surgieron hace cuarenta años años contra la autoridad, los valores tradicionales o los dogmas. En este sentido, André Glucksmann subrayó que Mayo del 68 "no es propiedad de la izquierda, ni de Francia" y asegura que esta revolución es un proceso filosófico en "evolución" y una "subversión" con tintes internacionales basada en el "antiautoristaismo".
Asimsimo, André Glucksmann, especialista en Descartes, Clausewitz y Dostoievski, quien ha escrito obras clave contra los totalitarismos, la guerra y las amenazas que pesan sobre las sociedades libres, afirmó que una de las consecuencias de Mayo del 68 es que ya no existe una "revolución final" e indicó que hemos entrado en una época de "nueva lucidez".
Carta a Sarkozy
"Lo que continúa del 68 es la subversión contra los dogmas, la autoridad o la tradición", apuntó su hijo Raphaël, para quien este suceso histórico no tenía importancia hasta que Nicolas Sarkozy lo incluyó en un discurso, poco antes de las elecciones.
En este sentido, el libro incorpora una carta de Raphaël dirigida al presidente francés en la que asegura que Francia "necesita una subversión espacial y temporal generalizada" y señala que a pesar de querer "liquidar" la herencia de este movimiento histórico su eslogan de campaña era en realidad profundamente "sesentayochista" "relativista" y "subversivo".
"Cada pueblo tiene su historia y usted no cambiará los oros del Eliseo por la modestia cosy del 10 de Downing Street. Será más difícil lograr la ruptura", señala este periodista, quien también critica la felicitación de Sarkozy a Putin cuando ganó las elecciones al igual que Miterrand "aplaudió el golpe de Estado de un puñado de generales borrachos que soñaban con restaurar el comunismo" en Moscú en agosto de 1991.
"Mayo del 68 es una actitud mental y espiritual y también una convicción. Aunque sigan los autoritaritarismos y algunas formas de neocolonialismo, este movimiento subversivo todavía no ha termindo", concluyó Raphaël Glucksmann.
Babelia
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