Fogonazos de brutalidad bélica
Una muestra en Londres denuncia la violencia en Beslán, Irak y Vietnam con un espectacular juego de luces
El asalto a la escuela de Beslán y los efectos de luz de una discoteca han inspirado al artista británico Mat Collishaw, que ha elaborado una exposición de alta tecnología titulada Deliverance, que presenta un espectacular juego de luces con imágenes de víctimas de guerras y reflexiona sobre cómo comprendemos las grandes tragedias contemporáneas a través de los medios de comunicación.
La instalación consiste en tres cámaras dispuestas en el techo de una sala de exposición a oscuras. Unas potentes bombillas proyectan imágenes de familias con niños, algunos de ellos semidesnudos, sucios, ensangrentados y que parecen huir del desastre. Sus figuras se despliegan sobre muros cubiertos con pintura fluorescente para conseguir un curioso efecto. El pigmento retiene las imágenes durante segundos, a veces incluso minutos, y brillan en la oscuridad antes de que se desvanezcan. La muestra Deliverance se expone a partir de hoy en la galería Spring Projects, en Londres.
Visiones de Beslán, Irak y Vietnam
La imágenes, de un tono verdoso, son de varios tamaños y se proyectan aleatoriamente en los muros de la galería. Evocan algunas de las fotografías periodísticas más impactantes de Beslán, Irak, Vietnam, además de otras zonas en guerra o devastadas. Collishaw, que se dio a conocer junto a Damien Hirst y Tracey Emin en el movimiento Young british artists, surgido en lo años noventa, suele trabajar con instalaciones que plantean la dualidad entre realidad y ficción. En este caso se trata de revelar la glamurización que a veces se esconde en el tratamiento que da la prensa a algunas situaciones terribles, como la guerra y el terrorismo.
A Collishaw se le ocurrió la idea de la exposición al ver la cobertura del asalto a la escuela de Beslán en 2004, en el que murieron 333 rehenes, la mitad de ellos niños. Se dio la circunstancia de que los medios de comunicación ya estaban allí y retransmitieron la tragedia a medida que sucedía, en vez de hacerlo tras los acontecimientos, como suele suceder. Eso hizo que las imágenes fueran más inmediatas e impactantes de lo habitual, explicó el artista durante la inauguración.
Pensando en las imágenes que quería recrear, Collishaw diseñó un mecanismo de bombillas relampagueantes y muros tratados con pintura fluorescente, después de ver el efecto en una discoteca. "Es un nuevo medio que me permite decir lo que ya decía antes", señaló. "He sacado la imagen del contexto documental y la he situado en un espacio en el que puede ser más emotivo y donde la gente puede pensar sobre ello un poco más", añadió.
Las imágenes parpadean y desaparecen, ya que Collishaw intenta explorar cómo procesamos las noticias sobre gente desesperada y que parecen bombardearnos desde los periódicos, la televisión e Internet.
Son bellas y perturbadoras al mismo tiempo, como es el caso de una gran imagen de un niño semidesnudo que corre llorando hacia el espectador con los brazos abiertos y rodeado por una bruma que evoca las descripciones tradicionales de los ángeles.
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