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Reportaje:

La Magia de Springsteen

El 'Boss' actúa esta noche Madrid

"Tu sonrisa, niña, trae la luz de la mañana a mis ojos. Y la carretera está llena de héroes rotos. Y esta mañana me he levantado con el cielo vacío. Tengo mi dedo en el gatillo y no sé a quién creer. Y sé que no hay rendición. Y quiero bailar en la noche porque va a ser un largo camino hasta casa. Y la guerra no es útil para nada". Todas estas frases de canciones de Bruce Springsteen dan un recorrido por el pensamiento del trovador que ha vuelto a la carretera con la E Street Band después de 4 años.

Desde que el lanzamiento de Born to Run (agosto de 1975) provocase el mayor día de absentismo laboral en la historia americana, ha transcurrido mucho tiempo. Tiempo en el que el músico de Nueva Jersey ha pasado por diferentes etapas. Tras Born to Run, que la prensa tildó como el regreso al rock, vinieron trabajos tan distintos como The River (1980), Nebraska (1982), The Ghost of Tom Joad (1995) o The Seeger Sessions (2006). Ahora, el Boss vuelve a tocar con su banda presentando álbum y gira.

Escucha 'Magic'

Magic, que vio la luz el 2 de octubre, es un álbum que aporta pocas novedades. Letras menos políticas, algo más intimistas y la energía sonora que genera una banda como la E Street. El resultado es un trabajo bonito y que se escucha bien, bellas melodías como en Devils arcade o Long walk home. En definitiva, son canciones que recuerdan a otros trabajos, Living in the future, tiene un sonido animado cercano a temas de The River como Sherry Darling, o Girls in their summer clothes muy del estilo de The Rising.

En definitiva, Magic es el disco que cualquiera podía esperar de Springsteen. Una mitad de autopista entre The Rising y Devils and Dust con salidas a otros discos más lejanos. Pero lejos de su última joya. The Rising fue un disco nacido de la necesitad de hablar, de reflexionar sobre lo acontecido aquel 11-S. Era, como él mismo dijo, un disco que hizo porque se lo pedía la gente por la calle, y de todo esto salió un trabajo exquisito. Tras aquella maratoniana gira con la E Street que dejó un montante de vértigo, Bruce decidió cambiar de aires para sus próximos trabajos. Hizo Devils n Dust, una mezcla entre el intimismo y la naturalidad de Nebraska con la línea política tomada en el disco anterior, taco a Bush incluido. El resultado fue bueno aunque grandes canciones como All I'm Thinking About o Long Time Coming necesitan varias oídas para descubrir su grandeza. Este trabajo, que no tuvo ventas muy elevadas, fue vetado en distintos establecimientos Starbucks por su alto contenido político.

Entre tanto, Bruce puso su hombro y su música al apoyo de los demócratas en su lucha por acabar con el poder de Bush. "El gran reto es mantener el idealismo después de perder la inocencia", decía en 2001 en esa lucha por superar la madurez y seguir afrontando los sueños. De ahí que en su siguiente trabajo, el Jefe, mirará a su infancia. We shall overcome the Seeger Sessions fue un tributo divertido y muy americano a la música que él escuchaba entonces. Un buen trabajo con mucho músico y mucho instrumento, pero que suena excesivamente extraño al oído español, poco acostumbrado al folk, al country y a todos esos instrumentos.

Y así sale Magic, como un buen trabajo de Springsteen, pero algo falto de la magia que clama su título. Si te gusta Springsteen, te gustará, si eres un enamorado, te enamorará. Si no eres ni lo uno ni lo otro, este no es el mejor disco para introducirte en su obra.

El directo es de lo mejor que se puede ver. Sin demasiados elementos visuales o grandes pantallas. La energía que derrocha el Jefe, incrementada con la banda al lado, es difícil de ver en otros escenarios (suele superar las dos horas de actuación). Pasión, intensidad y amor por una profesión que dignifica. Que se toma en serio.

Bruce Springsteen en una imagen de archivo.
Bruce Springsteen en una imagen de archivo.AP
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