Flamenco con sabor a sal

Fandango, compás, quejío. Y mar. El festival de Flamenco Diquela abre sus puertas para inundar de cante jondo el parque natural de Cabo de Gata, con "un flamenco conectado a las raíces pero en continua transformación". Desde mañana hasta el próximo viernes, El Cigala, Dorantes, Son de la Frontera y Juan de Juan, entre otros, pasarán por el escenario del Castillo de San Felipe, una antigua defensa del siglo XVIII encaramada en una duna fosilizada, al borde del mar.

Emilio Perez-Manzuco, uno de los organizadores del evento, cuenta: "En esta cuarta edición del festival, hemos consolidado el espíritu con el que nació: programar un flamenco de vanguardia, más o menos puro, pero en continua transformación. Huimos de los dogmas, pero también de las síntesis más pardas y de los flamenquillos ligeros".

Las actividades comenzarán mañana, con un espectáculo infantil gratuito en la playa de San José, El flamenco vive para los niños. Producido por Gomaespuma, el montaje abrió la pasada Bienal de Sevilla con un éxito arrollador.

El martes, la fiesta se trasladará al castillo de San Felipe, en el pueblo pesquero de Los Escullos. La noche comenzará con Son de la Frontera, "una revelación del nuevo flamenco", que repite en Diquela. Le seguirá Juan de Juan, antiguo primer bailaor de la compañía de Antonio Canales, que en 2001 decidió comenzar su carrera en solitario.

El jueves, será el turno del piano. Dorantes desembarcará con su "método de composición flamenca, con toques de jazz". Esa misma noche, Paquete, célebre guitarrista de la estirpe de los Porrina, presentará a su apuesta personal: Bermúdez, "un jovencísimo cantaor de registros sobrecogedores".

Diego El Cigala cerrará esta cuarta edición del festival, con la gira de presentación de su nuevo disco, Dos lágrimas, que verá la luz en septiembre. Esa noche tocará con los Porrina, un grupo de gran formato e importante base rítmica.