DiCaprio: "No voy a contestar a esa pregunta"

Si la dimensión de una estrella de Hollywood se midiera por el rato que llega tarde a una rueda de prensa, Leonardo DiCaprio sería algo así como el astro rey. Una hora de reloj se ha retrasado el intérprete en la presentación en Madrid de Diamante de sangre, este viernes, a la que ha asistido junto al director, Edward Zwick, y al coprotagonista, Djimon Hounsou. Cuando finalmente el actor ha comparecido, fotógrafos y cámaras de televisión, con los nervios de punta, se han lanzado a recriminarle a gritos su impuntualidad. “¡Fuera, fuera!”, “¡Por favor, encima que os hacemos la publicidad gratis! ¡No hay derecho!”, ha espetado un cámara. Sin embargo, el abucheo sólo ha sido el número inicial de una rueda de prensa circense, llena de espontáneos y desencuentros sonrojantes, que el protagonista de Titanic ha lidiado con el temple de un gentleman inglés.

Al poco de comenzar el turno de preguntas, una empleada de Telemadrid, micrófono en mano, se ha presentado como “África” y ha anunciado que tenía que decirle algo personal a DiCaprio. El resto de periodistas, que se lo veía venir, ha comenzado a pedir un poco de compostura. "¿Quieres casarte conmigo?", le ha dicho. "Ahora mismo", ha respondido el aludido. De improviso, la empleada ha sacado un corazón de peluche y lo ha agitado en alto mientras sonreía exultante a su cámara gritando: “¡Qué emoción!¡Lo conseguí!”. Acto seguido se ha apagado el foco y, muy seria, ha recogido los bártulos y ha tomado las de Villadiego.

Los periodistas la han despedido con reprobaciones y poco a poco han retomado el ritmo de lo que viene siendo una rueda de prensa habitual. Candidato al Oscar al mejor actor protagonista, DiCaprio ha tenido tiempo de comentar que se ha entrenado con militares para interpretar el papel de mercenario surafricano en Diamante de sangre, cinta que se adentra en el tráfico de diamantes que sirve para financiar las guerras en África. Ante la disyuntiva de por qué película habría preferido ser candidato, Diamante de sangre o Infiltrados (candidata a mejor película y mejor director), DiCaprio se queda con ambas. “Sinceramente, estoy muy orgulloso de las dos”, ha resumido.

Hacer el amor en sitios raros

La película, que denuncia el tráfico que socava la vida en muchos países del África subsahariana, va a remover conciencias, según asegura el director. “Ya lo ha conseguido”, ha señalado Zwick. “En EE UU ya se han planteado medidas legislativas para regular el comercio de diamantes y además la cinta también contribuye a que el consumidor sea consciente de lo que supone comprar diamantes”. La entrevista progresaba hasta que un espontáneo, al parecer un director novel, ha intentado acercarse a la mesa de los invitados. “Aquí tengo unos cortometrajes para que les echen un vistazo”, ha avisado. Los dos ceñudos guardaespaldas ya se acercaban para dar cuenta del intruso, pero una empleada de la productora ha tomado amablemente los DVD y todo ha quedado ahí.

Más tarde el inexorable reportero de Caiga quien caiga le ha planteado una cuestión “seria” al cineasta: "¿Se atrevería a rodar una cinta de denuncia sobre la intervención de EE UU en el mundo?". “Sí, claro”, ha respondido el productor de Shakespeare in love. Después el actor ha añadido una reflexión sobre lo mucho que ha descubierto acerca del Tercer Mundo durante el rodaje en África. Pero todo ha quedado en segundo plano, porque la rueda de prensa ya había entrado en barrena. El colofón lo ha servido la reportera de Playboy TV; hipermaquillaje, escote de rigor y minishorts vaqueros: “Después de rodar en sitios raros como África, ¿también ha hecho el amor en sitios raros?”. El agente de policía de Infiltrados, que hasta entonces había contestado con calma, ha levantado las cejas y ha musitado tranquilamente: “Bueno, no voy a responder a esa pregunta”.

Antes de irse, en unos segundos de respiro ha anunciado que ha escrito el guión de un documental sobre el cambio climático, 11th Hour, en el que intervienen el científico Stephen Hawking y el ex líder de la Unión Soviética Mijaíl Gorbachov, y ha confesado que los paparazzi y las preguntas sobre su vida privada es algo a lo que se debe acostumbrar cualquier famoso. "No es lo peor del mundo. Las personas nos adaptamos”, ha asumido, con elegancia. “No me quejo porque tengo la suerte de dedicarme a lo que amo”. Cuando rodó su primera película, Vida de este chico, junto a Robert de Niro, éste le advirtió de que “el cine es para toda la vida”.