El Reina Sofía organiza la primera muestra de Adolfo Schlosser
La muestra plantea una revisión actualizada de toda la trayectoria profesional del artista austríaco
El Museo Reina Sofía ha organizado la primera gran retrospectiva dedicada al escultor Adolfo Schlosser (Leitersdorf 1939 - Madrid 2004), autor de una obra de gran trascendencia e influencia en el arte actual.
La muestra titulada Adolfo Schlosser 1939-2004 plantea una revisión actualizada de toda su trayectoria profesional, ofreciendo una visión amplia de su evolución artística, y reivindica la figura de un personaje que ha sido fundamental para la historia del arte español e internacional.
Piedras, maderas, corcho, cuerdas, resinas, barro, paja, troncos, ramas, hollín, pieles de cabra, convertidas en esculturas en las manos de Schlosser, evocan la naturaleza más primitiva en una exposición en la que amplia selección de obras permite examinar su evolución plástica a lo largo de los años, tanto en las esculturas, como en la obra sobre papel, tapices, instalaciones y material fotográfico y audiovisual. El planteamiento de la exposición ha sido muy ambicioso por parte de su comisario Francisco Calvo-Serraller que ha tratado de recoger todas las etapas creativas del artista.
El proyecto emprendido por el Reina Sofía "es de justicia", en opinión de Francisco Calvo Serraller ya que Schlosser ha hecho una de las obras más interesantes de los últimos 40-50 años y, con una actitud insólita en el mundo del arte, vivió al margen de la actualidad y de sus compromisos, "dando una lección tanto a través de su obra como de su comportamiento".
Ana Martínez de Aguilar, directora del Museo Reina Sofía,ha subrayado que Schlosser es un artista "que siendo contemporáneo, es ya un clásico" y posee una de las obras más poéticas "en la que desentrañó parte del misterio de la naturaleza".
La historia de Schlosser
Austríaco de nacimiento, vivió más años en España que en su tierra natal. Hijo de ceramista, su viaje a los 19 años a Islandia,donde residió cuatro años, le marcó en su evolución posterior. Por una parte, supuso el inicio de casi toda una década dedicada a la escritura, poesía y algo de teatro, y por otra, el contacto directo con la naturaleza, con el paisaje y la fauna ártica se convertirán en constantes a lo largo de los años.
Llegó a España en 1967. Aquí recuperó la escultura como principal forma de expresión y su interés por el espacio y la tensión, le llevaron a experimentar con materiales como el plástico o metacrilato y la cuerda o la goma elástica. Producto de esta creación son varias de las obras que se muestran en la exposición, junto a los tapices en lana con motivos geométricos que realizó entre 1970-1973. De esta misma época se muestran también varios dibujos coincidentes en los motivos de abstracción geométrica.
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