Nueva York hace público el diseño definitivo del rascacielos que sustituirá al World Trade Center
El primer diseño del edificio fue retirado después de la policía lo considerara vulnerable a ataques terroristas
Las autoridades de Nueva York han revelado hoy el diseño final de la Torre de la Libertad, el rascacielos que llenará el vacío dejado por el World Trade Center, destruido en los brutales atentados del 11 de septiembre de 2001, en los que murieron cerca de 3.000 personas. Los arquitectos se han visto obligados a rediseñar el edificio después de que la policía estadounidense criticara las medidas de seguridad del anterior proyecto.
"Este nuevo diseño es un elevado tributo a la libertad y cumple con el obligado compromiso de la seguridad", ha dicho George Pataki, gobernador de Nueva York, en un comunicado publicado en la página en Internet de la Lower Manhattan Development Corporation, el organismo encargado de la reconstrucción de la zona cero.
El arquitecto responsable de la reforma, David Childs, ha asegurado, por su parte, sentirse más satisfecho de este acabado que del primero, a cargo del alemán y socio en esta empresa Daniel Liberskind: "Es único, porque sutilmente recuerda, en el cielo, la tragedia que ocurrió aquí". Al margen de valoraciones personales, poco se asemeja la propuesta de Childs a la de su colega Libeskind, autor entre otros edificios del Museo Judío de Berlín. De su proyecto inicial sólo se ha respetado la altura de la torre, que se elevará 540 metros sobre el corazón financiero de la Gran Manzana, lo que en el sistema de medidas estadounidense se transforma en 1.776 pies, un homenaje al año de la independencia de ese país.
Riesgo de atentado
La obra de Libeskind ganó el concurso convocado en 2003 por la Lower Manhattan Development Corporation, pero enseguida tuvo que replantearse debido a su arriesgada apuesta arquitectónica, que no fue del gusto de los neoyorquinos. Finalmente, una vez revisado por Childs, fue autorizado el pasado mes de julio. Pero el Departamento de Policía de Nueva York emplazó a sus responsables a replantear algunos de los elementos de la estructura del edificio. Las autoridades policiales pensaron que el complejo sería dificil de proteger si se repetía un atentado con coche bomba como el ocurrido el 26 de febrero de 1993 contra las Torres Gemelas, en el que murieron 6 personas y más de mil resultaron heridas.
Debido a estas advertencias, el nuevo y definitivo proyecto arquitectónico se levantará sobre un enorme pedestal de acero que aislará al edificio del bullicioso tráfico de Manhattan. El resto de la estructura es de cristal, rematada por una gran antena que evocará la antorcha de la Estatua de la Libertad, otro de los iconos de la ciudad. El edificio está previsto que se termine a finales de esta década y cuando se inaugure pasará automáticamente a ocupar el segundo lugar en el ránking de los edificios más altos del planeta.
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