La cota más alta de Madrid
Un obelisco de 120 metros, obra de Santiago Calatrava, será el punto más alto de la ciudad al superar en cinco metros a las 'torres Kio'
Un obelisco móvil de acero y bronce, obra del arquitecto Santiago Calatrava, de 120 metros de altura, se convertirá dentro de dos años en la cota más alta de Madrid al sobrepasar en cinco metros a la Puerta Europa. Al igual que estos rascacielos, conocidos como las torres KIO, también se levantará en la plaza de Castilla. Así lo han anunciado hoy en rueda de prensa el propio Calatrava, el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y el presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, entidad que dona a la capital este proyecto arquitectónico-artístico, que se inaugurará con motivo del tercer centenario de la fundación de Madrid.
Se trata de la primera obra que Calatrava proyecta para Madrid, un trabajo que el arquitecto ha definido como un "obelisco móvil" que participa de la "masculinidad de la vertical" y de la "delicadeza y la feminidad" del movimiento, que hará de él una "pieza única, nunca antes concebida". El Obelisco de la Caja, como han bautizado a la obra sus donantes y que pronto será rebautizada por los madrileños, completará con sus 120 metros de altura y entre cinco y seis metros de ancho la geometría de las torres de la Plaza de Castilla con el vértice en perspectiva de una pirámide imaginaria.
Calatrava ha asegurado que su objetivo era dar un "carácter especial" a la obra, un sentido de modernidad y de futuro a través de una gran columna, situada en medio de la plaza sobre una lámina de agua, sin final en punta para "sustentar el cielo" de Madrid. La primera obra del arquitecto valenciano en Madrid está formada por un tubo de acero central que va apoyado en una base de hormigón y a lo largo del cual van montados 12 anillos, espaciados cada 10 metros, de forma exterior triangular redondeada y con capacidad de girar. El premio Príncipe de Asturias de las Artes en 1999 ha señalado que lo más complicado del proyecto ha sido coger la escala de "esta plaza enorme" que, con su "esbelta" columna, quiere convertir en una de las más bellas de la capital de España.
Inspirado en la 'Columna sin Fin'
El ingeniero ha reconocido que el obelisco está inspirado en una obra del escultor rumano-francés Constantin Brancusi, la Columna sin Fin, que se encuentra en el parque público de Tirgu Jiu en Rumanía, y que está formada por una sucesión de imágenes romboidales que transmiten la impresión de una proyección incesante sobre las alturas. Calatrava ha indicado que no hay previsión de que el público pueda subir a la parte más alta del obelisco, algo que en principio sería posible porque su núcleo es hueco. También ha adelantado que la iluminación será un elemento importante del proyecto, ya que además de las luces que se situarán alrededor de la plaza, el monumento se puede iluminar desde las terrazas que sobresalen de los anillos o simplemente con la luz de los atardeceres de Madrid, por cuyos cielos rosas ha mostrado admiración.
El bronce de las barras que irán montadas sobre los anillos dará asimismo al obelisco una gran "simpatía" con la luz, mientras que el agua de la lámina que lo rodeará le dotará una continuidad virtual "muy bella". Por su parte, el alcalde de Madrid se ha mostrado convencido de que el Obelisco de la Caja se convertirá en un hito y un icono del siglo XXI y ha afirmado que con él se cierra la "herida abierta" que tenía la ciudad por no contar con ninguna obra de Calatrava.
Ha agregado que el Ayuntamiento actuará sobre la superficie de la plaza de Castilla para realzar el nuevo monumento y ha informado de que en el estudio que se llevará a cabo se decidirá si los elementos arquitectónicos ubicados en ella, como el monumento a Calvo Sotelo, deben permanecer allí o ser trasladados a otro lugar. El presidente de Caja Madrid ha recordado que fue en 2002, cuando la entidad financiera cumplió su tercer centenario, cuando se empezó a pensar en algo "singular" para celebrar esta aniversario, que Calatrava supo materializar de inmediato en el proyecto presentado hoy, cuyo coste no ha querido precisar porque no se puede decir cuánto cuestan "los regalos".
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