Con velas, pañuelos y al son del 'Pobre de mí', Pamplona se despide de los 'sanfermines'

Miles de pamploneses y visitantes han despedido esta noche en las calles de la ciudad las fiestas de San Fermín y renovado el peculiar acto del Pobre de Mí. Esta vez, con velas en las manos y al ritmo de la música se han apurado las últimas fuerzas tras 204 horas de diversión.

El último acto del programa oficial de las fiestas se ha iniciado segundos antes de la medianoche, cuando la alcaldesa de Pamplona, Yolanda Barcina, ha salido al balcón de la casa consistorial para anunciar que "se han terminado las fiestas de San Fermín del año 2004".

Sin embargo, y como es tradición, ha convocado a los presentes en el mismo lugar a mediodía de dentro de 357 días para asistir al lanzamiento del chupinazo anunciador de los Sanfermines 2005 y reiniciar lo que hoy acababa, pues "ya falta menos para que en esta misma plaza el próximo 6 de julio todos juntos podamos decir: ¡Viva San Fermín, Gora San Fermín!".

Barcina se ha desprendido entonces del pañuelo rojo que, al igual que en los cuellos de los pamploneses y visitantes, llevaba desde el mediodía del pasado día 6, un acto que ha sido imitado por todos los asistentes, que han comenzado a entonar la tradicional melodía del "pobre de mí, pobre de mí, que se han acabao las fiestas de San Fermín", alternada de otras canciones mucho más alegres, como el "Uno de enero, dos de febrero...".

Esta melodía ha encendido a la plaza, que con los pañuelos estirados en las manos y en alto, ha comenzado a bailar con alegría al ritmo de la charanga. Esta cuenta atrás para los próximos Sanfermines presidirá a partir de ahora el calendario de Pamplona, una ciudad que se transforma por completo durante estos nueve días del mes de julio y a la que ahora toca recuperar, ya que los miles de visitantes y la frenética actividad de las fiestas en la calle dejan parques, jardines y espacios comunes en precario estado.