La Reina inaugura la exposición de Lichtenstein que estrena la ampliación del Museo Nacional

La Reina ha inaugurado la primera sala temporal del edificio que amplía el Museo Nacional que lleva su nombre con una exposición del artista norteamericano Roy Lichtenstein. La inauguración del nuevo edificio al completo, obra del arquitecto francés Jean Nouvel, aún se hará esperar unos meses. De momento se puede visitar esta parte hasta el 27 de septiembre.

En la inauguración han estado presentes también la ministra de Cultura, Carmen Calvo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre; la directora del Museo, Ana Martínez de Aguilar, y el presidente del Patronato de este centro, Juan Manuel Urgoiti.

La exposición ha sido organizada por el Louisiana Museum of Modern Art, de Humlebaek, de Dinamarca, donde se exhibió entre el 22 de agosto de 2003 y el 11 de enero de 2004, con la colaboración de la Roy Lichtenstein Foundation de Nueva York. Posteriormente fue presentada en Hayward Gallery de Londres, entre el 26 de febrero y el 16 de mayo y ahora llega al Reina Sofía. Después será trasladada al San Francisco Museum of Modern Art, donde se presentará entre el 23 de octubre de 2004 y el 22 de febrero de 2005.

La directora del Museo, Ana Martínez de Aguilar, manifestó ayer a los periodistas que la puesta en marcha de esta sala de exposiciones no significa la inauguración del edificio, realizado con un proyecto del arquitecto Jean Nouvel, y que está prevista para dentro de unos meses.

Se trata de la primera exposición integral que se hace en España sobre Roy Lichtensten. Incluye más de 50 pinturas y otros tantos dibujos fechados entre 1961 y 1996. Con este motivo, ha quedado instalada en la plaza central den nuevo edificio de Jean Nouvel la escultura 'Brushtroke' de aluminio pintado, de casi diez metros de altura, realizada por el artista norteamericano.

Cuadros de cuadros

Roy Lichtenstein (Nueva York, 1923-1997), junto con Andy Warhol, fue el representante más destacado del arte pop, un arte que cautivó la escena norteamericana de los años sesenta y que en cierta manera nació como reacción contra el expresionismo abstracto. Cuando le preguntaron por qué pintaba cuadros de cuadros contestó que esto es lo que siempre han hecho los pintores de alguna manera. Cuando en el pasado, el pintor se sentaba frente a su modelo y la pintaba aspiraba a transformarla en un cuadro. Pero lo más importante, según este artista, no era la modelo sino el cuadro.

La muestra presenta a un Lichtenstein muy preocupado por la verdadera naturaleza de la comunicación audiovisual. Su obra es un continuo estudio del potencial presente en la imagen para transmitir historias esenciales de amor y conflicto, de intensidad y vacío, de espacio, de reflejo y superficie: cuestiones todas ellas que la pintura ha tratado de diversas formas a lo largo de los siglos.