Fernando Lázaro Carreter, maestro de la lengua y académico, fallece en Madrid a los 80 años

El lingüista, crítico literario y académico Fernando Lázaro Carreter ha fallecido esta noche en Madrid en la Clínica de La Concepción a los 80 años, según ha informado su familia. Lázaro Carreter publicaba desde hace años en EL PAÍS El dardo en la palabra, unas lecciones magistrales en las que criticaba el uso incorrecto del español, sobre todo por parte de los periodistas y los políticos, a los que recordaba una y otra vez su irrenunciable labor didáctica.

Natural de Zaragoza, donde nació el 13 de abril de 1923, Lázaro Carreter ha fallecido alrededor de las 1.30 de hoy "a causa de una serie de desarreglos generalizados por los que llevaba varios días hospitalizado", según han agregado las mismas fuentes. La capilla ardiente del académico ha quedado instalada a primera hora de la mañana en la sala 12 del Tanatorio de Parques de la Paz, situado en la autovía Madrid-Colmenar dentro del termino municipal Alcobendas (Madrid). Allí se encuentran su viuda y sus tres hijos, que están recibiendo el pésame de numerosas personalidades del mundo de la cultura. Los restos del maestro serán incinerados mañana a las 13.00 horas en el mismo tanatorio y sus cenizas serán trasladadas posteriormente al pueblo de Magallón (Zaragoza), al que está muy vinculada la familia.

Irónico, erudito y sabio, Lázaro Carreter era un relevante investigador de la literatura de los siglos XVI, XVII y XVIII. Realizó el bachillerato en el Instituto Goya de su ciudad natal y después inició los estudios universitarios en la Facultad de Filosofía y Letras de Zaragoza, donde fue alumno de Francisco Yndurain. En 1945 obtuvo la licenciatura en Filología Románica por la Universidad Complutense de Madrid, bajo el magisterio del poeta Dámaso Alonso, y en 1947 se doctoró en esta disciplina con premio extraordinario.

Director de la RAE

Poco después obtuvo la adjuntía de Lingüística Románica en la cátedra de Dámaso Alonso y en 1949 consiguió, por oposición, la cátedra de Lingüística General y Crítica Literaria en la Universidad de Salamanca, de la que fue su primer titular y donde permaneció hasta 1971. De 1962 a 1968 desempeñó el cargo de Decano de la Facultad de Filosofía y Letras salmantina y en 1972 pasó a ocupar la cátedra de Lengua Española en la Universidad Autónoma de Madrid. En enero de ese año la Real Academia le designó académico de número, con el sillón R. El 11 de junio leyó su discurso de ingreso, que versó sobre el Diccionario de Autoridades entre 1713 y 1740.

En 1978 pasó a la Universidad Complutense de Madrid como catedrático de Lengua Española, actividad que ejerció hasta que en abril de 1988, al cumplir los 65 años, se jubiló. El 11 de abril dio su última clase y cuatro días después fue homenajeado por sus alumnos. El 5 de diciembre de 1991 fue elegido director de la Real Academia por mayoría absoluta. Sustituyó en el puesto al lingüista Manuel Alvar. Tomó posesión del cargo el 9 de enero de 1992. Un año después la Generalitat de Cataluña le concedió el premio Blanquerna por su contribución a la convivencia entre las diferentes lenguas y culturas españolas. El 1 de diciembre de 1994 fue reelegido en el cargó, que abandonó el 3 de diciembre de 1998. En su lugar fue elegido Víctor García de la Concha.

El 21 de enero de 2003 presentó en la Biblioteca Nacional El nuevo dardo en la palabra, un libro que sucedía al editado años atrás y en el que reunía los artículos publicados en los últimos cuatro años en EL PAÍS. La última vez que su nombre se vio en los periódicos fue el pasado 3 de febrero, cuando fue designado miembro de un consejo independiente, junto con Fernando Savater y otras personalidades de la cultura, para la reforma de los medios de comunicación públicos, como compromiso para las elecciones del 14 de marzo del secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.