El cielo de 'El Grito' de Munch es 'realista'
Un astrónomo estadounidense asegura que el artista no imaginó el rojo del cuadro, sino que lo vio en el cielo noruego de 1883, teñido por la erupción del Krakatoa
La versión más famosa de El Grito del pintor noruego Edvard Munch recrea un ambiente de angustia en la que una persona desfigurada grita sobre un camino y bajo un aplastante cielo de tonos rojizos. Una nueva teoría asegura que este color no fue elegido por Munch para crear una atmósfera opresiva, según el catedrático de astronomía Donald Olson ese era el aspecto real del cielo noruego a finales del siglo XIX.
Según un artículo publicado por Olson en Sky and Telescope, las partículas que inundaron la atmósfera terrestre tras la gran erupción del volcán Krakatoa (Indonesia) enrojecieron los atardeceres europeos desde noviembre de 1883 hasta febrero de 1884. Olson sostiene que eso es lo que debió inspirar a Munch para pintar su obra más famosa en 1893, aunque ya en 1891 empezó a pintar bocetos del cuadro, que no siempre usaban las mismas tonalidades. Existen unas 50 variaciones.
Olson y su equipo de la Universidad del Estado de Tejas se apoyan en las noticias publicadas en la época por periódicos locales, que se hacían eco del extraño fenómeno. Así, este físico reconvertido a historiador del arte asegura que fue la realidad, y no la imaginación expresionista de Munch, la que tiñó de color sangre el cielo de El Grito.
"Lenguas de fuego"
Munch escribió en su diario el 22 de enero de 1892 (un año antes de realizar la obra definitiva): "Caminaba con dos amigos por la carretera. El sol se estaba poniendo. Sentí un aire de melancolía. De repente, el cielo se volvió rojo como la sangre. Me detuve, me apoyé en la valla, mortalmente cansado. Sobre el fiordo negro azulado y el pueblo caían sangre y lenguas de fuego. Mis amigos siguieron caminando. Yo me quedé allí, temblando de miedo, y sentí un grito enorme, infinito, pasar por la naturaleza". Según las teorías de Olson este texto y su plasmación en el cuadro no son una metáfora de la angustia vital del artista, sino que vio esos colores realmente.
Lo que ha sido determinante para que este astrónomo llegase a sus conclusiones fue un viaje a Oslo. "Uno de los puntos álgidos de nuestro viaje de investigación a Oslo vino cuando pasamos por una curva y nos dimos cuenta de que estábamos en el punto exacto donde Munch había estado hace 120 años", ha explicado Olson.
Encontrar el lugar exacto donde supuestamente Munch pintó su obra maestra fue muy importante para las teorías físicas de Olson, ya que gracias a eso se dio cuenta de que el pintor estaba mirando al suroeste, exactamente donde se apreciaban los tonos rojos provocados por el Krakatoa en el invierno de 1883 y 1884. Ahora falta que algún experto explique por qué el rostro de quien grita está desfigurado o por qué la atmósfera que crea es tan opresiva, si es que Munch es un pintor realista.
Babelia
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