Rosario viste su música 'De mil colores' mientras espera "un papelito de mala"

Han pasado ya 20 años desde aquel Vuela de noche, su primer disco, aunque para Rosario ese álbum no cuenta, ella prefiere tomárselo como "un primer acercamiento a la música", hasta que en 1992 publicó De Ley, con el que comenzó una "fidelidad a un estilo propio", que ahora continúa con De mil colores. Su nuevo trabajo, el séptimo de su discografía, está lleno de rumba, flamenco, baladas, funky, bossa y música cubana, como a ella le gusta. "Un disco cargado de colores y de alegría, porque refleja el estado en el que me siento y con el que quiero llenar el corazón de la gente", ha señalado en la presentación.

Por su anterior disco, Muchas Flores (2001), ganó un Grammy, justo cuando recibía Hable con ella, de Pedro Almodóvar, recibía el oscar, un premio que le ha abierto las puertas de América. "Han sido dos años largos de duro trabajo, porque todo me lo he tenido que currar yo. En EE UU he podido escuchar cosas como que la torera de Almodóvar también canta, sin embargo en países como México he encontrado mucho cariño. De Latinoamérica me he traído muchos de los colores de este disco".

Rosario asegura que las críticas no le "importan mucho", le "dolería más" que la gente no fuera a los conciertos o no le gustaran los discos. "Es mi filosofía de vida, hay que vivir el momento, porque todo termina, por eso ofrezco mis mil colores". Entre esos colores hay rumba: "Con ella expreso más mi energía. La aprendí de mis padres y la llevo en la sangre, aunque me gusta fundirla con el funky y darle ese aire Rosario". También hay bossa: "Algo que está dentro de mí, además todas las canciones de Carlinhons Brown me van muy bien. Y hay, cómo no, flamenco, que "son palabras mayores"; también música cubana, "porque tiene mucho que ver con el ritmo gitano". Pero también hay funky: "Siempre me he sentido negra y muy gitana".

"La fusión sale de dentro"

De nuevo Rosario, que se confiesa ante todo "artista de directo y escenario", ha contado con Fernando Illán para la producción, "porque es el creador de mi estilo y el traductor de mi pensamiento", y con él ha seleccionado los once cortes de este disco, de los cuales cinco llevan su firma. "Suelo tener varias canciones en el bolsillo que son las que me indican hacia donde tirar, luego todo va saliendo sobre la marcha, sin pensarlo".

En este planeta particular De mil colores de Rosario, han colaborado también Antonio Carmona, "mi compadre y primo", en dos de las canciones, en una de ellas, "Atado a esa mujer", cantan a dúo, pero también hay temas del cubano Benny Moré y el brasileño Carlihnos Brown, y han puesto sus instrumentos al servicio de la pequeña de los Flores Tino DiGeraldo, Niño Josele o Luis Dulzaines, entre otros. Rosario rinde un homenaje a su madre Lola Flores, haciendo suyos Los tangos de mi abuela, que interpretaba la faraona, aunque ella asegura: "A mis padres les rindo un constante homenaje con la vida entera que llevo. Mis padres y mis hermanos están siempre en mi música", comenta.

En los últimos 12 años ha jugado con el mestizaje. "La fusión sale de dentro, por sentimiento y por gusto. Es algo que va saliendo poco a poco, sin que te des cuenta", según confiesa. La semana que viene comienza los ensayos de su nueva gira. Primero recorrerá "recintos pequeños y teatros durante el invierno, para calentar y estar más cerca de la gente", con "un show muy rumbero y lleno de ritmos gitanos", luego en verano vendrán los grandes sitios. Mientras, espera que la llamen para hacer cine, porque desde que trabajó con Almodóvar no le ofrecen "grandes cosas". Entre sus preferencias, Alejandro Amenábar y el cine mexicano. "Me gustaría hacer un papelito de mala", sentencia.