Entierran en Córdoba los restos mortales de Teresa López, 'La chiquita piconera'
La mujer, que sirvió de modelo para el cuadro más famoso de Julio Romero de Torres, murió ayer a los 89 años
Teresa López, la mujer que sirvió de modelo al pintor Julio Romero de Torres (Córdoba, 1880-1930) para el célebre cuadro titulado La chiquita piconera cuando tenía 13 ó 14 años, ha sido enterrada a las 11.30 horas en el cementerio de El Carpio (Córdoba), tras fallecer ayer a los 89 años en el hospital de Los Morales, donde se encontraba ingresada desde el 18 de abril.
La sobrina nieta de la fallecida, María José Lara, explicó ayer que Teresa López se encontraba débil de salud por los achaques de la edad, y aseguró que toda su vida estuvo marcada por la fama que le acarreó posar para el famoso cuadro y los rumores que apuntaban a que mantuvo un romance con el pintor cordobés.
La sobrina indicó que la fallecida tenía unos 13 o 14 años cuando posó para ese lienzo, "un hecho que le valió las críticas de la sociedad de aquel tiempo", ya que incluso "hicieron coplillas sobre su relación con el pintor".
La fama y la tristeza
María José Lara destacó que estos "rumores malintencionados fueron una de sus mayores tristezas durante toda su vida", puesto que siempre negó haber mantenido un idilio con el pintor, un hombre "mucho mayor que ella al que sólo admiraba por su calidad como artista". El entierro de Teresa, cuyo cadáver fue velado anoche en el Tanatorio Cobos de Montoro, se ha producido 11.30 horas en el cementerio de El Carpio, "en el mismo nicho donde reposan los restos de su padre", dijo la sobrina.
María José Lara añadió que desde hace varios años Teresa López vivía en la residencia San Sebastián de Palma del Río (Córdoba). En el año 2000, López recibió un homenaje del Ayuntamiento de Córdoba por inmortalizar en ese cuadro la belleza de la mujer cordobesa. En los últimos años, varias exposiciones y estudios reivindican la pintura de Julio Romero de Torres, que durante décadas estuvo unida a las mujeres andaluzas morenas, las coplas y los billetes de 100 pesetas de los años 50. Su figura se asociaba al más rancio costumbrismo, pero ahora se destaca el simbolismo de sus lienzos y su investigación en las raíces populares.
Babelia
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