Entradas para el cine por 28 céntimos en la Red

En los vuelos de la aerolínea EasyJet no dan de comer. De hecho, por no dar no dan ni billete, porque no tienen otro punto de venta que no sea Internet. Con un código numérico se embarca y se vuela, por ejemplo de Madrid a Londres, por un precio hasta 10 veces inferior al de una aerolínea convencional. Pues bien, ahora sus fundadores, que ya han realizado incursiones en el alquiler de vehículos y en cibercafés, ponen su pie en el mundo del cine. EasyCinema ha abierto una sala cerca de Londres: no tiene taquilleras porque las entradas sólo se pueden comprar en la Red. Eso sí, lo que se ahorran en acomodadores y vendedores de palomitas les permite vender los tiques a tan sólo 28 céntimos.

El cine es un lujo en Londres, dónde las entradas cuestan más de seis euros. EasyCinema promete mantener sus precios muy por debajo de esta cifra, aunque tampoco es oro todo lo que reluce: los tiques en sus salas costarán entre 28 céntimos y 7 euros, una horquilla que dependerá de la hora y el día de proyección. ¿La media? Dos euros, según las previsiones del fundador de EasyJet, Stelios Haji-Ioannou. Levantado en Milton Keynes, entre Londres y Birmingham, el cine cuenta con 10 salas y ya ha vendido 2.400 entradas para celebrar su inauguración esta noche.

Contra los grandes estudios

Stelios Haji-Ioannou ha declarado a la BBC que pretende acabar con el monopolio de los grandes distribuidores, "una lucha difícil porque los seis grandes estudios de Hollywood controlan el 90% de los cines del Reino Unido". La venganza no se ha dejado esperar. EasyCinema no estrenará Matrix Reloaded, entre otros grandes taquillazos que llegan a los cines de ese país este fin de semana.

Stelios ha explicado que "intentará ponerse de acuerdo" con los distribuidores para que le suministren los grandes éxitos comerciales, y si no lo logra les demandará. Warner Brothers, por ejemplo, ha prometido cederles películas antiguas, pero ni una de sus últimas producciones, según Stelios. En otros casos, las distribuidoras intentan presionar los precios al alza: Sony, propietaria de Columbia Tristar, ha cedido algunas de sus películas de última factura a cambio de recibir 1,40 euros por espectador.