Los 'miuras' finalizan los encierros con una carrera limpia y rápida

Los toros de la ganadería de Hijos de Eduardo Miura han cerrado los encierros de los Sanfermines 2002 con una carrera rápida y limpia, a pesar de la lluvia y del gran número de mozos que se han dado cita en el recorrido. Dos minutos y 55 segundos han tardado en completar el encierro estos animales, que, por su nobleza, son elegidos tradicionalmente para aquella jornada de las fiestas en la que se prevé mayor afluencia de visitantes. Aunque no se han producido heridas por asta, un mozo se encuentra hospitalizado en estado grave tras recibir un fuerte golpe en la cabeza.

Se trata de un vecino de Castellón de 21 años, que se encuentra en el Hospital de Navarra en estado "grave" al fracturarse la bóveda craneal. Además, otros cinco corredores han tenido que ser trasladados a los hospitales de Pamplona, aunque la mayoría de ellos con lesiones leves y ninguno por asta de toro, según el Gobierno foral.

El encierro se ha iniciado a las 8.00 horas cuando la manada ha partido de los corralillos de Santo Domingo encabezada por varios toros que rápidamente han dejado a los cabestros atrás y han hecho este tramo de forma estirada aunque sin derrotar hacia los lados.

Cuatro grupos en Estafeta

Ya en la plaza del Ayuntamiento, con los mansos algo rezagados, han resbalado varios astados en el pavimento mojado, lo que ha facilitado que la manada se fraccionara en varios grupos, circunstancia que se ha acentuado cuando las reses han llegado a la curva de Mercaderes, contra cuyo vallado han chocado violentamente aunque sólo uno de ellos ha llegado a caer.

Por Estafeta la carrera ha discurrido con los toros divididos en cuatro grupos, lo que ha permitido a los mozos acercarse a las astas sin que se produjeran más incidencias que las protagonizadas por algunos corredores que eran arrollados por los miuras debido a la velocidad de la carrera.

Mientras los tres primeros seguían a la cabeza y entraban limpiamente en la plaza de Toros, seguidos por otro de sus hermanos, el quinto ha creado los mayores momentos de peligro cuando, cerca del callejón, se ha parado y ha arremetido contra varios mozos que estaban en el vallado, uno de los cuales ha sido volteado espectacularmente. Mientras se entretenía con los mozos, ha sido superado por el último de la manada y recogido por los cabestros de cola que lo han conducido al coso, donde se ha dirigido a los corrales después de hacer un amago de ir hacia las tablas.