Muere en Madrid Eugenio Granell, el último representante del surrealismo español
André Bretón y Wilfredo Lam formaron parte de su círculo de amistades
El polifacético artista Eugenio Granell ha fallecido esta noche en Madrid, a los 89 años, a causa de una embolia pulmonar, según ha informado la familia.
Pintor, violinista, novelista, poeta y profesor universitario, Eugenio Granell nació en La Coruña el 28 de noviembre de 1912 y está considerado como uno de los más importantes representantes españoles del surrealismo.
Fuentes familiares señalaron a Efe que el artista, que será enterrado esta tarde en el cementerio de Olmeda de las Fuentes (Madrid), había sufrido hace diez meses una fractura de cadera de la que se estaba reponiendo, pero en este periodo padeció tres episodios de embolias pulmonares, el último de ellos la pasada noche.
Relacionado con importantes figuras literarias y artísticas, como André Breton, Marcel Duchamps y Juan Ramón Jiménez, entre otros, Eugenio Granell es uno de los principales representantes españoles del surrealismo.
Nacido en La Coruña, pasó su juventud en Santiago y después de la Guerra Civil Española inició un largo exilio de 46 años que le llevó a Francia y a varios países de América.
En Santo Domingo conoció al creador del surrealismo, André Breton, con el que inició una amistad y colaboración. Breton incluye a Granell en la segunda generación surrealista junto con Matta, Gorky y Giacometti.
Considerado uno de los principales y más destacados representantes de esta segunda etapa del surrealismo, inauguró en 1943 una exposición individual en la Galería Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo, primera en la que predominan las obras de inspiración surrealista.
Fundó con el poeta chileno Alberto Baeza Flores la revista "La Poesía Sorprendida"; en 1944 publicó su libro de relatos "El hombre verde", y pintó las primeras "Cabezas de indios", contribución clave a la elaboración de una mitología surrealista del Nuevo Mundo.
A partir de 1947, Granell se incorporó a la escena internacional del surrealismo gracias a sus exposiciones y manifestaciones. Durante su estancia en Puerto Rico se relacionó con Juan Ramón Jiménez y Federico de Onís.
A mediados de los años 50 comenzó su etapa más fecunda y enigmática, volcada a la abstracción, con obras en las que desaparece toda referencia concreta. En esta época entró en contacto con el movimiento "Phases", liderado por Edouard Jagger, con el que participó en exposiciones y publicaciones.
Etapa en Nueva York
En 1959 trasladó su residencia a Nueva York, donde reinaba el impresionismo abstracto. Allí organizó una exposición en la Bodley Gallery, y The New York Times ensalzó su obra, lo que le supuso la apertura al mercado artístico.
Escritor marginado por la crítica, es autor de una destacada obra narrativa, poética y ensayística, de la que son prueba "El calvo" ó "Lo que sucedió", Premio de Novela Corta en México. En su bibliografía figuran, entre otros, el libro de cuentos "Federica no era tonta", publicado en 1970, y "Estela de presagios".
Tras regresar por primera vez a España en 1969, se instaló definitivamente en Madrid en 1985. Cuatro años más tarde inauguró una muestra antológica y recibió la Medalla de Oro de la Comunidad de Madrid; en 1994 se le otorgó la Medalla de Oro de las Bellas Artes y el pasado año la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes.
El artista afirmaba que la Fundación Eugenio Granell, a la que donó 600 obras realizadas por él, Duchamp, Breton, Max Ernst o Francis Picabia, "es mi mejor testamento". La Fundación está en el casco antiguo de Santiago de Compostela y es el único centro del mundo dedicado en exclusiva al surrealismo.
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