El Festival de Benicàssim cierra su séptima edición aclamado por su excelente calidad

En el fin de fiesta han colaborado también artistas del renombre internacional de PJ Harvey, Orbital y Basement Jaxx, que han terminado por convencer a todo el mundo de que el FIB, que este año ha reunido a cerca de 30.000 amantes de la música independiente y de las nuevas tendencias electrónicas, es ya un referente mundial de la música alternativa.

La cantante inglesa Polly Jean Harvey ha repetido visita a Benicássim y ha vuelto a encandilar con su peculiar estilo para cantar, desde la angustia pasional, la provocación y la crudeza de sus letras, que ha plasmado en discos tan importantes como Rid of me y To bring you my love.

El carisma y atractivo de la artista británica, que lucía una diminuta falda y sujetador negro, encandilaron a un público que se entusiasmó con temas como Dry, Hook y Good fortune.

PJ Harvey ha sido el preludio a la actuación de Pulp. A las 02.00 de la madrugada el grupo británico ha pisado el escenario Verde ante una masiva afluencia de público.

Liderados por Jarvis Cocker desde 1978, Pulp no lograron el éxito masivo hasta 1995 con Different class y desde entonces acaparan portadas, protagonizan polémicas, crean escuela y hacen que su idolatrado Scott Walker produzca el que será su nuevo disco tras This is hardcore.

Common People ha sido el tema escogido por Pulp para abrir este ansiado espectáculo, que ha estado cargado de momentos álgidos y en el que se han combinado tradicionales himnos del grupo con un anticipo de su inminente trabajo.

También han disfrutado de su particular ratito de gloria, en este FIB que se acaba, Los Cooper surgidos de las cenizas del pop de Los Flechazos; los valencianos Magnéticos, y grupos y artistas como Elena, Wookie, los míticos Big Star y Tahiti 80.

Por su parte, los californianos Red House Painters lograron impregnar la última madrugada de sentimientos y desasosiego con largos desarrollos acústicos y hermosas letras que hablan de catarsis existenciales y amores imposibles.

Albumes como Red House Painters, Ocean beach y el último, Old Ramon, avalan la trayectoria de su líder, Mark Kozeleck, como moderno heredero del legado más melancólico de Leonard Cohen o Nick Cave.

Y frente a tanta sensibilidad a flor de piel, las cajas de ritmos y programaciones de la música del siglo XXI. Los británicos Basement Jaxx se presentaban como los grandes agitadores electrónicos de la fiesta castellonense y lo consiguieron.

El house, el techno y el dance más respetados por crítica y público no dejaron sentado a nadie, como en años anteriores consiguieron Chemical Brothers y Prodigy, y junto a otros conjuntos movidos como Sneaker Pimps y pinchadiscos como Jarvis Cocker pusieron el colofón que merecía una de las ediciones más celebradas del FIB.

Por tierras castellonenses habrán pasado ya, durante los últimos siete años, grupos y artistas como Oasis, Suede, Bjork, Blur, Massive Attack, Los Planetas, Tindersticks, Primal Scream, Prodigy, The Jesus and Mary Chain, Placebo, Sonic Youth y Rage Against The Machine, lo que convierten a este festival en un consolidado proyecto independiente que traspasa fronteras.