Peligroso segundo encierro de los Sanfermines por la presencia masiva de corredores
Los toros de Manuel Ángel Millares han completado en casi seis minutos el recorrido, durante el que no se han producido heridos de importancia
Ninguno de ellos ha resultado, sin embargo, alcanzado por las astas de los morlacos, aunque si ha habido caídas y golpes durante toda la carrera, y se ha nregistrado cuatro heridos leves.
La manada ha abandonado los corralillos de Santo Domingo a las 8.01 horas, con un minuto de retraso, y ha enfilado la cuesta con gran velocidad y arropada.
Encabezados por un cabestro, la carrera en este tramo ha sido limpia aunque, poco metros después de producirse el encuentro de los toros con los mozos, se han producido las primeras caídas y, ya en la plaza del Ayuntamiento, los de Manuel Ángel Millares han empezado a estirarse.
Resbalones en el pavimento
También en este lugar han comenzado los astados a resbalarse en el pavimento, lo que sería algo habitual en toda la carrera, y, a la entrada de Mercaderes, han caído algunos de los animales por lo que la manada ha quedado definitivamente disgregada.
Un toro se ha quedado retrasado y ha realizado ya en solitario el resto del recorrido, lo que, unido a las imprudencias de algunos de los numerosos corredores que se han dado cita este en este acto, ha aumentado la peligrosidad.
En la curva de Estafeta han caído varias astados, lo que ha reducido la velocidad del encierro, que por este tramo ha discurrido accidentado, al repetirse los derrotes de los toros hacia los mozos y resistirse el último a continuar su camino, volviéndose incluso en algunas ocasiones y perdiendo continuamente las patas.
Mientras este rezagado continuaba una carrera lenta, algunos mozos se han esforzado en guiarlo hacia la plaza y otros entorpecían esta labor, acercándose a las astas y citándole en sentido contrario.
El resto de sus hermanos, primero cuatro y luego un quinto, han pasado sin más novedad que algunos derrotes, resbalones y caídas, por Telefónica y el callejón que da acceso a la Plaza de Toros hasta entrar en la arena, donde les esperaban los pastores que, con alguna dificultad, tanto por la masificación como por el despiste de los astados, finalmente han logrado introducirlos en chiqueros.
No fue hasta casi un minuto después cuando pudieron hacer lo mismo con el rezagado, que ha realizado el último tramo de la carrera de forma también muy lenta pero sin fijarse demasiado en los mozos.
Babelia
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