Una muestra sobre Carmen Martín Gaite recorre la vida y obra de la escritora

Manuscritos, numerosos cuadernos, libros de sus traducciones -hablaba cinco idiomas-, fichas, anotaciones, premios, dibujos, collages, sus famosas gorras, sus fetiches, fotografías, cuadros de punto de cruz, retratos, primeras ediciones y múltiples objetos que conformaron su acervo personal, componen esta muestra, según ha explicado el comisario de la muestra Santos Sanz Villanueva.

"Este título es el lema de esta mujer vital, que a pesar de haber recibido dos golpes fuertes en la vida - su primer hijo murió cuando tenía nueve meses y su hija, cuando era adolescente, ambos fruto de su matrimonio con Rafael Sánchez Ferlosio- siguió escribiendo con infinita voluntad y, a la vez, con la creencia de que vivir es algo extraño, sorprendente y maravilloso", ha aclarado el comisario de la muestra.

La exposición, que sigue un orden cronológico, se inicia con las fotos y objetos de cuando era niña, junto con su familia, una familia de clase media acomodada, culta y de profesión liberal.

Toda una reconstrucción de su entorno familiar, su infancia y adolescencia, al que le sigue sus relaciones con los escritores de la generación de los 50, Aldecoa, Sánchez Ferlosio, Fernández Sántos y Josefina Aldecoa, entre otros.

También se puede descubrir una de las facetas más desconocidas de la escritora, su actividad plástica representada a través de sus dibujos y collages, junto a retratos y dibujos de Alvaro Delgado, Francisco Nieva, Sánchez Ferlosio, Ignacio Aldecoa o Juan Benet.

Comisariada por el crítico de Literatura de la Universidad Complutense Santos Sanz Villanueva la muestra ha contado con la colaboración de la hermana de la escritora salmantina, Ana María.

A pesar de que Carmen Martín Gaite (Salamanca, 1925) falleció el pasado verano, su vida y su obra están más vivas que nunca desde hoy gracias a esta ambiciosa exposición en la que de forma exhaustiva el visitante podrá comprobar cómo se fraguó su vocación literaria y los acontecimientos y circunstancias que acompañaron su vida.

"Calila, Carmiña, como la llamábamos, estaría muy contenta con lo que hoy se ve aquí, pero estoy segura de que no estaría presente, sino observando detrás de un panel todo lo que acontece", ha asegurado hoy su hermana Ana, durante la presentación de la muestra.

Emocionada y satisfecha con la muestra, Ana Martín Gaite ha expresado el "enorme cariño y esmero " con los Sanz Villanueva ha tratado la obra.de su hermana.

La primera sensación que el visitante tiene al observar la muestra, repleta de paneles y vitrinas, es que la autora de Entre visillos guardaba todo y que era tremendamente ordenada.

"Mi hermana -dice Ana María Martín Gaite- guardaba todo, como toda mi familia, aunque parezca una contradicción, somos conservadores, de guardar por un lado, y mirar al futuro, por otro.Ella no perdía el hilo de su vida para nada, como dice en sus novelas, puntada a puntada siguiendo el círculo".

Cerca de quinientas piezas componen esta exposición. Una selección que, según Sanz Villanueva, le ha costado mucho elegir, ya que "se han quedado en el resto de las cajas casi el triple de material".

Medio siglo de trabajo en el ámbito intelectual y creativo de esta escritora que guardó hasta el resguardo de la presentación de su novela Entre visillos al Premio Nadal, en 1957.