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Preguntas y respuestas sobre la tuberculosis bovina, el detonante de las protestas de ganaderos en Castilla y León

Las medidas de control han conseguido que Canarias, Galicia, Asturias y el País Vasco sean consideradas zonas oficialmente libres de esta enfermedad

Protestas de ganaderos castellanoleoneses en la delegación del Gobierno regional en Salamanca.Foto: J. M. García (EFE) | Vídeo: EPV
Esther Sánchez

La irrupción por la fuerza de un grupo de ganaderos en la sede de la delegación de la Junta de Castilla y León en Salamanca es el episodio más grave de un conflicto por el control de la tuberculosis bovina que viene gestándose en esta comunidad autónoma desde hace semanas. Esta es una enfermedad muy contagiosa y la Comisión Europea ordena a los países un estricto seguimiento para que sea erradicada, con restricciones de movimiento y sacrificios obligatorios. Sin embargo, la decisión de la Junta de flexibilizar los requisitos de control de la enfermedad disparó la alerta por el riesgo de contagio en otros territorios. Esto provocó primero la reacción del Gobierno central y luego un pronunciamiento del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL), atendiendo el recurso del Ministerio de Agricultura contra la normativa regional. Esta enorme polémica desembocó en la marcha atrás de la controvertida orden autonómica, impulsada por la Consejería de Agricultura comandada por Gerardo Dueñas (Vox), y en la airada protesta de ganaderos castellanoleoneses, que acudieron a la sede de la Junta en Salamanca para mostrar su ira contra algunos técnicos de la propia Junta que se habían posicionado en contra de la flexibilización desde el principio.

Christian Gortázar, científico del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) del CSIC, entiende que haya explotaciones ganaderas en las que cunda el desánimo si no se perciben mejoras a pesar de los esfuerzos realizados en saneamiento, como el sacrificio o las restricciones de movimientos de los animales. “Pero esas medidas protegen a los ganaderos de comarcas libres de tuberculosis, que son la mayoría, y posibilitan que puedan exportarse animales vivos”, sostiene.

Las pruebas de control se establecen anualmente en los programas nacionales y son acordados con la Comisión Europea. Desde el IREC apoyan las inspecciones de las enfermedades animales, pero también entienden, añade Gortázar, que en pleno siglo XXI, la lucha contra la tuberculosis animal en comarcas de alta prevalencia debe ir más allá del ganado bovino, considerando a todo el conjunto de hospedadores domésticos y silvestres, y poniendo en marcha actuaciones en bioseguridad, además de explorar otras herramientas de control. “Lo que tienes que evitar en zonas con mucha tuberculosis es la posibilidad de que los animales de explotaciones ganaderas tengan contacto con el jabalí o ciervos, vallando puntos de agua, controlando los comederos...”, enumera.

¿Qué es la tuberculosis animal?

La tuberculosis animal es una infección crónica que afecta al ganado bovino (vacas y cabras), y localmente, en situaciones muy concretas, puede llegar a cerdos, ovejas y camélidos suramericanos, indica el Plan de Actuación sobre Tuberculosis en Especies Silvestres (PATUBES) del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Entre los animales silvestres, la mayor prevalencia de la enfermedad se detecta en jabalíes, ciervos, gamos y tejones. La tuberculosis no pone en peligro a estas especies por su gran abundancia, pero es una causa significativa de mortalidad: de 50 jabalíes que marcó el IREC con radioseguidores, un tercio murió por esa causa.

¿Cómo se transmite?

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La transmisión entre individuos de la misma especie se produce por contacto directo y aerosoles. Entre especies es sobre todo indirecta, por ejemplo, en puntos de agua o lugares ricos en alimento, donde se concentran los animales. Otro de los parámetros a tener en cuenta es el paisaje y el clima: son peores las zonas cálidas y secas, como las dehesas con menos arroyos y ríos.

En cuanto a la fauna silvestre, el crecimiento de algunas especies puede provocar más riesgo de contagio. El plan de gestión del ministerio sostiene que está constatado el aumento de las poblaciones de jabalí, de ciervos, de gamos… y, posiblemente, de tejón, tanto en superficie como en número de ejemplares. En España, el número de jabalíes cazados ha aumentado un 700% en los últimos 30 años, pone como ejemplo. Esto afecta a las interacciones que se puedan producir con el ganado doméstico. En fincas cinegéticas, es importante evitar también que los residuos de caza queden al alcance de los jabalíes. Las poblaciones de ciervo y jabalí con mayor cuota de tuberculosos se encuentran en el cuadrante suroccidental peninsular, tanto en espacios naturales protegidos como en las fincas valladas de caza mayor.

Situación en España

Las islas —Canarias y Baleares— están prácticamente libres de tuberculosis, y en el norte y el este la prevalencia es generalmente baja. Pero existen comarcas ganaderas, sobre todo en el sur y oeste peninsular, que mantienen una elevada incidencia de rebaños bovinos infectados. En ellas se dan situaciones epidemiológicas complejas, con participación de múltiples especies hospedadoras, con una alta densidad de fauna silvestre y una gestión de ganado en extensivo, que pasta suelto por el monte. Esto implica mayor movilidad y el uso de los mismos espacios por diferentes cabañas que se pueden contagiar entre ellas.

¿Cómo se controla?

España cuenta con programas de erradicación de la tuberculosis bovina desde los ochenta del siglo pasado, coordinados desde la Comisión Europea y los responsables nacionales y autonómicos de sanidad animal. De esta forma, “se ha logrado reducir significativamente la prevalencia de rebaño [donde al menos un individuo es positivo], pasando de valores muy superiores del 10% al entorno al 2%”, concreta el científico Gortázar. Estas cifras han hecho posible que Canarias, Galicia, Asturias y el País Vasco sean consideradas oficialmente libres de tuberculosis. Y están en proceso Cataluña y Murcia. “Los programas de control de tuberculosis son un servicio a los ganaderos, costeado con fondos que aporta toda la sociedad. Presionar a la administración para relajar las medidas contempladas en los programas de erradicación es un sinsentido que perjudica al propio sector ganadero”, opina Gortázar.

¿Cuáles son las carencias actuales?

Hay que incluir a todos los animales, tanto silvestres como domésticos. No solo hay vacas. También es necesario mejorar los datos de los reservorios en fauna silvestre, para poder evaluar la situación actual y medir la forma de actuar, algo que se contempla en el plan nacional de vigilancia sanitaria en fauna silvestre. Otros aspectos que “merecen atención urgente”, especifica el PATUBES, es la probabilidad de detección sobre distintas matrices como el agua, el alimento, el suelo... “por sus implicaciones para el control de la infección”.

¿Puede transmitirse a humanos?

Se trata de una zoonosis (pueden pasar al hombre por algún ejemplar enfermo), aunque su incidencia en países desarrollados es baja gracias a la pasteurización de la leche, al limitado contacto directo con animales infectados, y a la existencia de programas de saneamiento del ganado, explica Gortázar. “Sin embargo, las implicaciones económicas de la tuberculosis animal son importantes al afectar a los movimientos de ganado y a la exportación de animales vivos”, advierte.

La transmisión a personas puede venir por leche que no esté debidamente tratada o por aerosoles en personas en contacto directo con el ganado. “Aunque no es frecuente, si no se hacen las cosas bien, el riesgo aumenta”, explica Joan Caylá, presidente de la Fundación de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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