El proyecto de una ciudad del cine cerca del parque natural de Corralejo desata la polémica en Fuerteventura
El presidente del Cabildo y la oposición de izquierdas lograron aprobar una declaración de apoyo a la iniciativa contra la que votaron el PP y Coalición Canaria, los otros socios del gobierno local
Canarias aspira a convertirse en el plató cinematográfico de Europa, y es la ola a la que trata de agarrarse un macrocomplejo dedicado a la industria audiovisual y al ocio proyectado en 16 hectáreas (unos 22 campos de fútbol) de suelo rústico en las cercanías del Parque Natural de Corralejo, al norte de Fuerteventura. La iniciativa ha terminado de reactivar al movimiento ecologista de las islas, que ya ha logrado paralizar cautelarmente las obras de un resort de lujo en Tenerife, y ha aireado las discrepancias en el seno del equipo de Gobierno del inestable Cabildo insular.
El pleno de la corporación majorera acordó el 17 de noviembre declarar de interés insular el proyecto promovido por Dreamland Studios, una empresa que pretende invertir 76 millones de euros para levantar un área de producción audiovisual y cinematográfica y un área recreativa anexa. Esta declaración era necesaria para que se pueda usar este terreno al ser rústico, y salió adelante tras una votación muy sorprendente. Dos de los partidos al frente del gobierno local (PP y Coalición Canaria) votaron en contra, además de un consejero díscolo de Unidas Podemos, pero el presidente del Cabildo, Sergio Lloret, y su partido Asambleas Municipales de Fuerteventura votaron a favor, uniéndose a la oposición (PSOE, el otro consejero de Unidas Podemos y Nueva Canarias) para reunir suficientes apoyos al proyecto. La declaración fue finalmente aprobada por el voto de calidad de Lloret.
Es, por cierto, el tercer presidente de la institución en lo que va de legislatura, después de que su antecesor, Blas Acosta (PSOE), dimitiese por la moción de censura que su formación, el Partido Popular y Coalición Canaria preparaban contra él. Acosta también trató de sacar adelante la declaración de interés turístico para esta iniciativa.
Buena parte de la sociedad civil canaria ha reaccionado en contra —a mediados de la semana pasada se lanzó una iniciativa en Change.org que supera ya las 21.000 firmas—. Fuerteventura, que tiene unos 120.000 habitantes, fue declarada Reserva de la Biosfera en 2009. Y Corralejo, uno de los centros turísticos de la isla, es conocido por unas dunas que en ocasiones llegan a cubrir la carretera que une la localidad con el sur de la isla. El emplazamiento elegido es un terreno rústico sin dotaciones que se ubica a apenas cuatro kilómetros del Parque Natural de Corralejo, que custodia las mayores dunas de todo el archipiélago, y a medio kilómetro de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
Los promotores de Dreamland —el empresario local José Antonio Newport, con un 50% del capital; el fondo de capital riesgo Alquimia Ventures y la productora tinerfeña Volcano— sostienen que el núcleo del proyecto lo constituyen cuatro platós (uno de ellos de 6.000 metros cuadrados), además de dos naves y un edificio de usos múltiples. Newport adquirió el terreno a la familia hotelera Riu en diciembre de 2020 por apenas 80.000 euros —50 céntimos el metro cuadrado—, según la escritura de compraventa del terreno a la que ha accedido este periódico.
Los planes, además, prevén la creación de un “parque temático” de 10.500 metros cuadrados dedicado a la realidad virtual, a la realidad aumentada, los videojuegos y el 3D repartidos en tres edificaciones de varias plantas con una capacidad para 4.000 personas diarias, según consta en el estudio de viabilidad del proyecto. “No es un parque temático como pretenden hacer ver”, aseguran por escrito fuentes de la promotora. “Ese concepto no se corresponde con el espíritu de Dreamland”, aseveran. “Habrá una zona de venta de merchandising, productos de necesidad durante la visita, y de restauración por una mera cuestión de avituallamiento del personal, de los visitantes y de quienes trabajen ocasionalmente en el centro audiovisual”. La empresa estima la creación entre 150 y 200 empleos directos en un primer momento, hasta alcanzar la cifra final de 450.
El presidente del Cabildo defiende la “diversificación” que aportará la iniciativa y recalca que el hecho de que se haya aprobado la declaración de interés insular no conlleva necesariamente que el proyecto vaya a salir adelante en estas condiciones. “El proyecto pasa ahora a información pública”, explica en conversación telefónica. “Es el momento de decidir si es un proyecto bueno, conveniente desde el punto de vista económico. Tenemos que comprobar su compatibilidad con la preservación del territorio y del paisaje”, si bien recalca en este sentido que cuenta con el aval del órgano ambiental de la corporación y que la promotora maneja otras alternativas para asentar el complejo.
Críticas al emplazamiento
Lloret, presidente del Cabildo, conoce la oposición de sus socios de Gobierno de primera mano. El responsable de Nueva Canarias en la isla y alcalde de Antigua, Matías Peña, critica el emplazamiento. “El proyecto es interesante, pero no ahí”, afirma. La consejera de Turismo, Jessica de León (Partido Popular), fue uno de los votos en contra durante el pleno. “El desarrollo empresarial no tiene que pasar por cualquier circunstancia ni a cualquier precio”, asegura por su parte por teléfono. “Soy la consejera de Turismo. Vendo paisajes, y esta iniciativa tendrá un impacto incuestionable. Esto es un riesgo para Fuerteventura”. Su formación alegará que el espacio no está antropizado, por lo que habrá que añadir servicios y carreteras que afectarán al entorno. “El suelo rústico no puede usarse para todo”.
El Partido Popular coincide —esta vez— con parte de los planteamientos del movimiento ecologista, el cual incide además en que “la zona alberga decenas de especies de aves”, según sostiene Noelia Sánchez, portavoz de la Federación Ecologista Ben Magec-Ecologistas en Acción. “Y se han detectado al menos tres subespecies endémicas en peligro de extinción”, como la hubara canaria, el cuervo canario y el alimoche o guirre. “Pretenden levantar un parque temático sobredimensionado en medio de la nada cuando en la isla existen un montón de zonas degradadas desde el punto de vista urbanístico. Es otro pelotazo urbanístico que no va a revertir en la sociedad ni crear empleo de calidad. Una Reserva de la Biosfera ha de organizar su desarrollo económico y social en equilibrio con los valores ecológicos y culturales del espacio”.
La votación en el Cabildo ha puesto de relieve, a su vez, las dificultades internas de Unidas Podemos en la isla. El voto a favor del consejero Andrés Briansó facilitó la aprobación. Briansó, sin embargo, está suspendido por la formación desde comienzos de la legislatura. “Contribuimos al desarrollismo con nuestros tesoros, de nuestra fauna y nuestra flora”, explica la directora general de Juventud del Gobierno de Canarias y coordinadora general de Podemos en las islas, Laura Fuentes. “Que no nos digan que es interés público cuando lo que van a hacer es un centro comercial que podría estar en otra parte”.
“El entorno ha levantado ampollas”, asegura la promotora, “por determinadas informaciones que no se ajustan a la verdad”. Dreamland argumenta que el suelo “no tiene ninguna afección o cortapisa para este tipo de industria”, y recalca que este es el suelo idóneo por la cercanía a la carretera y porque la estricta normativa de los diferentes suelos y grados de protección ambiental en Fuerteventura no deja mucho margen”.
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