“Para todos los sectores tenemos ya tecnologías que nos permitirían reducir a la mitad las emisiones en 2030”
La vicepresidenta del IPCC, Thelma Krug, resalta la necesidad de aplicar profundos recortes de los gases de efecto invernadero para cumplir las metas del Acuerdo de París
Thelma Krug (São Paulo, 1951) es la vicepresidenta del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, en sus siglas en inglés). Y, como el resto de miembros de este grupo asesor de la ONU, ha participado activamente en el último informe sobre mitigación del cambio climático. El análisis, que se presentó este lunes, apunta a que es necesario que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcance su pico antes de 2025 y, a partir de ahí, se produzcan recortes drásticos en los 30 siguientes años. Y, cuando se habla de las medidas que se deben aplicar, el IPCC apunta directamente a la reducción de los combustibles fósiles, del petróleo, el gas y el carbón que todavía alimentan la economía mundial. En esta entrevista telefónica, Krug señala que en estos momentos existen las tecnologías disponibles para “reducir a la mitad las emisiones en 2030″, la senda necesaria para que el calentamiento global se quede en los 1,5 grados, la meta más ambiciosa del Acuerdo de París. Pero advierte de que existen importantes barreras económicas y sociales para seguir esa ruta.
Pregunta. ¿De entre todos los mensajes que contiene este informe, con cuál cree que debería quedarse la sociedad?
Respuesta. Creo que hay muchos. Pero el principal es que si queremos quedarnos en un calentamiento por debajo de los 2 grados respecto a los niveles preindustriales, e intentar buscar el límite de los 1,5, debemos hacer una reducción muy significativa de nuestros gases de efecto invernadero. Porque si no, no vamos a conseguir quedarnos en los 1,5. Las contribuciones nacionalmente determinadas [los planes climáticos que deben presentar los firmantes del Acuerdo de París] que anunciaron los países antes de la cumbre de Glasgow, la COP26, para 2030, nos llevan a un calentamiento global de 3,2 grados, que es básicamente el doble de la meta del Acuerdo de París. No estamos bien, no estamos en camino de cumplir. Y esto es muy preocupante. En 2019 tuvimos emisiones globales de gases de efecto invernadero un 12% por ciento superiores a las de 2010. Y, si tomamos el promedio anual de las emisiones de globales, en la última década fueron las más altas jamás registradas. Entonces, ciertamente no estamos haciendo lo que es necesario. Si no empezamos muy rápidamente con muy fuertes y muy profundos recortes de emisiones, no vamos a conseguir quedarnos en los niveles más bajos de calentamiento.
P. ¿Nos estamos quedando sin tiempo para cumplir el Acuerdo de París?
R. No estamos en un escenario en el que no se esté haciendo nada, se están implementando políticas. El informe indica que muchos países ya implementaron políticas que están llevando a reducciones consistentes, sistemáticas, de sus emisiones en todos los sectores. Si no tuviéramos políticas implementadas en varios países, para varios sectores, estaríamos en una situación todavía peor. Lo que necesitamos es imaginar cómo vamos a implementar estas medidas de mitigación con urgencia. Y el informe señala que deben ser en todos los sectores: la energía, el transporte, la industria, el uso de la tierra, para las ciudades, las infraestructuras... Para todos tenemos ya tecnologías que nos permitirían reducir a la mitad las emisiones en 2030. Este es un hecho, pero también necesitamos saber que hay barreras importantes; barreras para la transferencia de tecnología, barreras sociales, barreras financieras... Los flujos financieros no están alcanzando los niveles necesarios para que se logren los objetivos de mitigación en todos los sectores y también en todas las regiones. Lo que tenemos, ahora, por ejemplo, son compromisos de miles de millones de dólares anuales para los países en desarrollo, pero lo que necesitamos son billones de dólares. Hay una necesidad muy importante de que se acelere la cooperación financiera internacional. Pero también está claro que los gobiernos no pueden hacerlo todo, por lo que es necesario involucrar el sector privado, los bancos, el mercado...
P. Apunta que se necesitan recortes en todos los sectores, pero se entiende que el sector básico y fundamental es el de los combustibles fósiles.
P. Sí lo es. Pero es interesante porque en el informe se apunta que para el sector de la electricidad fósil será mucho más fácil llegar a las emisiones netas cero de gases de efecto invernadero a partir de 2050. Será más fácil llegar ahí que en el sector del transporte, la industria y la edificación.
P. ¿Le preocupa que con la guerra de Ucrania y la crisis de precios de la energía haya gobiernos que estén aumentando sus extracciones de combustibles fósiles, como el de EE UU, o que estén dando más subsidios a la gasolina, como muchos europeos?
R. En este informe hemos analizado la literatura científica hasta octubre de 2021. Por lo que nada de lo que está pasando ahora se ha incluido. Muy posiblemente en el informe del IPCC próximo, previsto para dentro de cinco o seis años, veremos el efecto de lo que está pasando.
P. ¿Pero al margen del informe, se entiende que dar más ayudas a los combustibles fósiles o aumentar las explotaciones de hidrocarburos va en contra de la ruta que se tiene que seguir?
R. En el informe también se habla bastante de la captura y almacenamiento de dióxido de carbono para los combustibles fósiles como una alternativa para llegar a las emisiones netas cero. Pero se necesita una investigación profunda para ver si es viable económicamente a gran escala. Y, por otro lado, también tenemos que para los sectores que no consigan llegar al cero neto está la alternativa de la retirada de dióxido de carbono de la atmósfera. Con el dióxido de carbono parece que será más fácil, con el metano no hay tantas certezas. Sin embargo, en cuanto a las tecnologías de captura directa del dióxido de carbono [para las centrales eléctricas, por ejemplo] las tecnologías no están maduras, son muy caras y sus efectos a gran escala son una incógnita.
P. ¿Poner el acento en la captura de las emisiones de la atmósfera no puede hacer que los gobiernos ignoren de nuevo las alertas científicas y lo fíen todo a una hipotética tecnología futura?
R. El informe del IPCC es muy claro en este punto: no son una alternativa para las profundas reducciones de emisiones que son necesarias. Porque muchas de la tecnología de captura de dióxido de carbono de la atmósfera no están maduras. Nos referimos más a medidas de reforestación y forestación, de la bioenergía, de la captura directa de dióxido de carbono, que es muy cara... No son sustitutas de los recortes, pero podrían ayudar a compensar las emisiones residuales que no se puedan evitar.
P. ¿Y la captura directa de dióxido de carbono no puede ser también como una esperanza para los que quieren seguir quemando combustibles fósiles?
R. Puede entenderse de esa forma, pero es tan cara que es mejor implementar las acciones de mitigación con tecnologías que son mucho más sencillas. Yo creo que esas tecnologías serían de emergencia. El informe es muy claro: no deben reemplazar las enormes reducciones de emisiones que son necesarias.
P. ¿Vamos, que no nos queda otra que alejarnos y desengancharnos de los combustibles fósiles?
P. El informe señala que el uso del carbón debe tener una reducción extraordinaria de aquí a 2050, y también el del petróleo y el gas.
P. ¿La alternativa más clara a los combustibles fósiles son las renovables?
R. Sí, claro, claro. Pero para algunos sectores, como la aviación o el sector marítimo, se van a tener que buscar otros tipos de combustibles como el hidrógeno.
P. ¿Es realista pensar que el calentamiento va a quedarse por debajo de los 1,5 grados?
R. Si empezamos ahora mismo con las cada vez más profundas reducciones de las emisiones, podemos conseguir la meta de los 1,5 grados, pero es un esfuerzo muy, muy grande. Y muy probablemente si no hacemos estos profundos recortes de emisiones tal vez tampoco consigamos quedarnos por debajo de los dos grados. Es una preocupación enorme: no estamos globalmente haciendo lo que se necesita según lo que nos indica la ciencia.
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