La espalda, el mal que no cesa para Badosa

La tarde anterior, Paula Badosa celebraba el pase a los cuartos de final de Miami desplomándose sobre el suelo: festejaba la victoria, pero todavía más el hecho de haber logrado imponerse a los dolores en la zona inferior de la espalda. Veinticuatro horas después, sin embargo, la organización del torneo anunció su baja frente a Alexandra Eala, por lo que la joven filipina, de 19 años, accedió a los cuartos de final sin la necesidad de tener que saltar a la pista. Otro revés para el ánimo de la española, que después de un generoso periodo sin contratiempos y de mucha felicidad, de progresión y regreso a las alturas del circuito, debe otra vez pisar el freno a consecuencia de la lesión que le apartó de la competición durante prácticamente ocho meses; la misma que, llegó a reconocer, le hizo sopesar la retirada.

El azote comenzó en mayo 2023, durante la disputa del torneo de Roma. Allí sufrió una “fractura por estrés” de la vértebra L4 que apenas le permitió jugar esa temporada y que después de muchas consultas médicas, inyecciones de cortisona y tratamiento continuado, pudo controlar hasta el abordaje del torneo de Mérida (México). A principios de mes, las molestias le obligaron a retirarse durante los cuartos de final, frente a Daria Saville, y a continuación tuvo que descartar el paso por Indian Wells. Prudencia y más prudencia, duplicada ahora ante la posibilidad de agravar el dolor y de que la cosa vaya a mayores. Así que pese a alcanzar la tentadora ronda de los cuartos, la catalana, de 26 años, opta de nuevo por parar. Demasiado escaso el margen entre un partido y otro. Se marcha de Florida otra vez entre las diez mejores, pero entre inquietud.

Badosa, semifinalista este año en Australia, tendrá que decidir antes de que finalice la semana si participa o no en el torneo de Charleston, la siguiente cita que había seleccionado en el calendario. Dispone de cinco días. Después, su hoja de ruta le conduciría teóricamente hacia Stuttgart, del 14 al 21 de abril, y posteriormente a Madrid y Roma para completar la preparación de cara a Roland Garros (del 25 de mayo al 8 de junio). Su renuncia implica el avance automático de Eala, presente por primera vez en una cota tan elevada de un WTA 1000. A su desilusión le acompaña la de la estadounidense Coco Gauff. La número tres del mundo perdió contra la polaca Magda Linette (doble 6-4) y se estanca en la misma escala de la edición anterior, mientras que la uno, Aryna Sabalenka, sigue con paso firme al derrotar a Danielle Collins (doble 6-4).

A pesar del repunte de estos días, la japonesa Naomi Osaka quedó descabalgada ante Jasmine Paolini (3-6, 6-4, 6-4) y, en sentido inverso, la británica Emma Raducanu venció por 6-1 y 6-3 a Amanda Anisimova; algo de luz para ella, teniendo en cuenta que no encadenaba cuatro triunfos desde 2021, cuando deslumbró con su categórico triunfo en el US Open. A partir de ahí, operaciones y un crudo descenso. “De lo que más orgullosa estoy es de haber reencontrado el espíritu competitivo, de estar ahí en cada punto, de tener hambre; ahora no estoy pensando, sino que simplemente me concentro en cada bola”, afirma la inglesa, de 22 años y que actualmente ocupa el puesto 60 de la WTA, aunque este último trazado le aupará al menos hasta el 48. Se medirá en busca de una plaza en las semifinales con Jessica Pegula, superior a Marta Kostyuk (6-2 y 6-3).