Nuevos billetes baratos para impulsar el tren: Madrid-Barcelona con 18 veces menos emisiones que el avión
Con el arranque de los trenes de la compañía francesa Ouigo en España, Greenpeace ve la competencia en la alta velocidad como una oportunidad para reducir el CO₂
La compañía francesa Ouigo enlaza desde esta semana Madrid y Barcelona (además de Zaragoza y Tarragona) con tren de alta velocidad. Esto supone un hito por dos razones: por un lado, es la primera vez que una empresa privada compite con Renfe para mover pasajeros; por otro, los nuevos billetes baratos —que más adelante llegarán a otras líneas— impulsarán el tren, un medio de transporte mucho más ecológico que el avión. Según la calculadora EcoPassenger, un viaje entre Madrid y Barcelona en tren supone hasta 18 veces menos emisiones de CO₂ que el avión, medido en kilos de dióxido de carbono emitido por pasajero.
Dionisio González, director de Estrategia de la Unión Internacional de Transporte Público (UITP), explica: “Esta ola de calidad del aire y cambio climático, de concienciación social, hace que el transporte público en general, y el ferrocarril en particular, tenga mucho que ganar, porque es más eficiente desde el punto de vista económico, social y medioambiental”. El estreno de esta alta velocidad barata ha llegado con Ouigo, filial de la francesa SNFC, que lanza billetes para viajes entre Madrid y Barcelona desde nueve euros; aunque uno de sus trenes se ha averiado este martes. Además, el mes que viene entrará en escena Avlo (siglas alteradas de “Alta velocidad low cost”) la compañía de bajo coste de Renfe. Para el año próximo se espera el aterrizaje de una tercera empresa, la italiana Ilsa.
Renfe explica que en 2019 —último año sin restricciones— la ruta Madrid-Barcelona-Figueres movió siete millones de viajeros, y se convirtió así en la más usada de la alta velocidad. Un portavoz de Ouigo señala que la compañía espera mover un millón de viajeros en lo que queda de año tan solo en esa ruta, y que más adelante pretende poner en marcha enlaces entre la capital de España y Valencia, Alicante, Córdoba, Sevilla y Málaga. Renfe todavía no cuenta con previsiones de uso para Avlo.
Greenpeace augura una reducción de las emisiones si la bajada de precios consigue reducir la demanda del avión, que contamina mucho más. Adrián Fernández, su portavoz de movilidad, explica: “Mucha gente se sigue moviendo en avión para trayectos cortos y el primer motivo es el precio; todavía muchas veces sale más barato un vuelo que un billete de tren”. Para evitar este problema, Francia ha anunciado que prohibirá los vuelos internos que se puedan hacer en tren en menos de dos horas y media.
En España no hay por ahora ningún proyecto similar, tal y como avanza un portavoz del Ministerio de Transportes: “En nuestro país, que cuenta con una de las redes de alta velocidad más extensas del mundo, se ha demostrado que donde coexisten ambas alternativas —avión y alta velocidad—, el trasvase de pasajeros del sector aéreo al sector ferroviario ya se ha realizado de forma natural”. “El tráfico aéreo”, añade, “se ha reducido significativamente en esas rutas, y se limita de forma mayoritaria a prestar un servicio a aquellos pasajeros en conexión con otros destinos internacionales. Las medidas propuestas por el Gobierno francés recogen la exención, es decir, también permiten mantener los vuelos que principalmente sean utilizados en conexión porque lo que se pretende no es perjudicar al hub [intercambiador] de París, sino sustituir aquellos trayectos directos para los que efectivamente sí existen alternativas menos contaminantes”.
Una portavoz del Ministerio de Transición Ecológica apunta que la Ley de Cambio Climático, que se aprobará definitivamente este jueves, también regula el apoyo a este medio de transporte. “El Gobierno promoverá el uso del ferrocarril de viajeros, estableciendo las medidas necesarias para su fomento frente a medios de transporte más contaminantes”. Además, dentro de la futura Ley de Movilidad Sostenible, “el Gobierno establecerá objetivos de penetración del ferrocarril en el transporte de mercancías en distancias superiores a los 300 kilómetros”. Por ahora, tan solo el 4% de los productos que se mueven en España lo hacen en tren.
La apuesta por el ferrocarril supondrá por tanto desincentivar el uso del avión: el Plan de Recuperación enviado a Bruselas prevé “revisar la fiscalidad del sector aéreo para actuar sobre las emisiones”, es decir, aumentar los impuestos sobre este sector, uno de los más contaminantes.
2021, año europeo del ferrocarril
Todas estas variables han llevado a la Comisión Europea a declarar 2021 el Año Europeo del Ferrocarril. Con ello busca destacar los beneficios de este medio de transporte para las personas, la economía y el clima; y pretende crear un espacio ferroviario europeo único sin fronteras. “Los trenes siguen funcionando como redes inconexas entre países”, critica Adrián Fernández. “En España las conexiones con Francia son ocasionales; y con Portugal, muy escasas. No hay ningún tren que enlace Madrid con París o Lisboa. Se han potenciado las redes nacionales con la alta velocidad, pero se han descuidado las conexiones internacionales, algo imperdonable en un país que vive del turismo. El transporte nocturno registra un resurgir en Europa y debería vivirlo en España”, agregó el portavoz ecologista.
José Carpio-Pinedo, consultor de movilidad, considera que “en las últimas décadas se ha invertido mucho en infraestructura para el avión, se han construido más aeropuertos de los necesarios, y se ha desinvertido en ferrocarriles, sobre todo en líneas que estaban funcionando bien en los años 40 y 50 y se han ido abandonando”. Carpio-Pinedo opina que, además de la alta velocidad, hay una demanda de viajeros para trenes más lentos, pero más baratos, que podrían volver a impulsar este medio de transporte.
Una opinión que comparte Carlos Cristóbal-Pinto, experto en movilidad y transporte público. “El tren regional es el gran olvidado del desarrollo del ferrocarril en España, y también se ha abandonado el tren de cercanías, el más usado. Durante los últimos 15 años no se ha apostado ni por renovar la flota de cercanías ni por crear nuevas líneas o estaciones”, señala.
Sin embargo, Mercedes Vidal, portavoz de la ONG Promoció del Transport Públic, cree que los nuevos servicios tendrán un efecto positivo en algunos corredores pero esa competencia restará capacidad a Renfe para invertir en trayectos menos utilizados: “No creemos que este tipo de trenes sean positivos, porque van a concentrar viajeros tan solo en unos recorridos. Hay que invertir en el resto de la red ferroviaria española, donde faltan mantenimiento, conexiones… España es uno de los países con más kilómetros de alta velocidad, pero seguimos teniendo muchos tramos con vía única, algo a lo que no se ha puesto solución”.
Carlos Cristóbal-Pinto, en cambio, sí cree que las nuevas ofertas impulsarán el tren, “que ya es el medio más cómodo porque va de centro a centro de la ciudad y permite ir trabajando durante todo el trayecto”. Un impulso para un medio de transporte que quiere crecer amparado por la nueva ola sostenible.
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