Nacen en Mallorca tiburones de huevos rescatados en la lonja
La asociación Cayume consigue sacar adelante nueve escualos recuperados de la pesca accidental
Ocurre a veces que los pescadores que llegan a la lonja de Palma encuentran entre sus capturas una hembra de tiburón. En algunos casos, al limpiar estos ejemplares descubren que tienen huevos en su interior, rectangulares y oscuros. La asociación Cayume, dedicada a la conservación de la biodiversidad marina en las islas, ha logrado incubar con éxito nueve huevos de tiburón rescatados de estos episodios de pesca accidental. Un acontecimiento nada frecuente, del que solo se conocen unos pocos casos anteriores en Europa (en Malta y Valencia). El pasado abril nacieron los primeros cinco tiburones y esta semana se han sumado otros cuatro.
La viabilidad de estos huevos se ha logrado gracias al proyecto Eggcase 2020 que trata de recuperar los huevos de tiburones y rayas que son pescados de forma accidental por los marineros que faenan en aguas del sur de Mallorca. Un acuerdo con la Cofradía de Andratx y con la lonja de Palma permite a los voluntarios de la entidad encargarse de recoger los huevos cuando los pescadores dan el aviso de algún hallazgo. Desde la lonja son transportados al Laboratorio de Investigaciones Marinas y Acuicultura de Andratx, un centro de investigación marina dependiente de la Consejería de Agricultura y Pesca, donde cuentan con unas condiciones óptimas para su incubación. Si los huevos eclosionan, las crías de tiburón y raya permanecen unas semanas en sus instalaciones hasta que están preparados para ser liberados en el mar.
“Los huevos de tiburón que tenemos proceden de la lonja de Palma. Cuando llegan nos avisan enseguida, son huevos bastante resistentes que aguantan dentro de la hembra hasta 24 horas” explica Guillem Félix, presidente de Cayume. El laboratorio está incubando actualmente casi una veintena de huevos de tiburón y están seguros de que al menos tres de ellos eclosionarán en los próximos días. Para conocer el futuro del resto habrá que esperar, porque llegaron hace apenas una semana a las instalaciones. Los voluntarios transportan los huevos de la lonja al laboratorio en un depósito de agua salada a 17 grados. Una vez allí, los introducen en el acuario de incubación y los cuelgan, como estarían en la naturaleza. Entre tres y cuatro meses después nacen los ejemplares.
“Cuando nacen los alimentamos con pinzas, con trozos de mejillón, boquerón y calamar embadurnados de aceite de hígado de bacalao para que sea más apetitoso. A las pocas semanas tienen que ser liberados y en unos días soltaremos los primeros”, sostiene Félix. El pasado noviembre la asociación soltó seis ejemplares de raya de tres especies diferentes —raya de clavos, raya de espejos y raya pintada— que fueron liberados después de pasar entre 25 y 50 días en los acuarios. “La idea no es criarlos en cautividad, sino dar una segunda oportunidad a los huevos que no iban a eclosionar después de ser pescados”.
Todos los huevos que actualmente están en incubación son de la especie tiburón pintarroja, una de las tres ovíparas que habitan las aguas de Baleares junto con el tiburón alitán o el tiburón bocanegra. Se trata de ejemplares que llegan a medir alrededor de medio metro cuando son adultos y que viven en profundidades que van desde los 50 hasta los 400 metros, estando en reposo casi todo el tiempo excepto cuando se alimentan. En Cayume también han incubado huevos de tiburón bocanegra, una especie que vive en aguas mucho más profundas y que no se pesca habitualmente. “Sus huevos son mucho más frágiles y nunca llegaron a eclosionar en el laboratorio”, cuenta Félix.
Peligro de extinción
Según el último informe de la fundación Save the Med relativo al año 2020, de las 58 especies de tiburón con presencia registrada en aguas de Baleares 28 están amenazadas y dos se consideran extintas. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza señala que 39 de las 73 especies que hay presentes en el Mediterráneo están en peligro. “Nuestra idea es seguir con el proyecto con la intención no tanto de salvar especies, sino de completar una metodología que funcione, un aprendizaje que nos permita centrarnos después en las especies vulnerables y darle también difusión a su parte educativa”, concluye Félix.
Puedes seguir a CLIMA Y MEDIO AMBIENTE en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.