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Cuando el sida se hace literatura

Clive Barker recoge el latido de aquellos tiempos de sida y angustia. Lo hace contándonos una historia terrorífica alrededor de la Muerte, inventando una epidemia que se propaga desde el pasado

Clive Barker en un evento en octubre de 2022 en Santa Mónica, California.
Clive Barker en un evento en octubre de 2022 en Santa Mónica, California.Alberto E. Rodriguez (Getty Images for Spyglass Media )
Montero Glez

Clive Barker es un autor de culto, célebre por haber creado una mitología que ya forma parte del imaginario del terror. Sus historias, cubiertas de sangre y tripas, nos remiten a lo más oculto, a lo que habita en nuestro inconsciente y que solo aflora en momentos críticos. En una de esas historias, incluida en sus Libros de sangre (Valdemar), el autor de Liverpool nos cuenta cómo una mujer curiosea por un cementerio subterráneo que acaba de ser descubierto bajo una antigua iglesia.

Resulta que los cadáveres fueron hacinados siglos atrás, durante la epidemia de peste negra que asoló Europa entre los siglos XIV y XVIII. Todo empezó en 1340, cuando los tártaros entraron en conflicto con los genoveses que se protegieron del ataque en Caffa (Feodosia), la ciudad que daría entrada a la pandemia. Con esto, los genoveses dispersaron la infección por todos los puertos; los barcos se convirtieron en ataúdes flotantes y Europa vivió una infección bacteriana que diezmó su población. En algún otro sitio hemos hablado de esto.

Pero lo que aquí nos interesa -a partir del relato de Barker- es otra enfermedad, en este caso de transmisión sexual, cuyo contagio sigue amenazando en cada contacto carnal. Nos referimos al VIH que debilita el sistema inmunitario y ataca a los glóbulos blancos, por lo que el riesgo de contraer enfermedades y tumores es alto. Hoy en día tenemos el mapa de esta temible enfermedad, pero, al principio, no había información, y supuso lo que vino a ser una pandemia recién llegada, es decir, especulaciones, elucubraciones y falsos diagnósticos que no son otra cosa que distintas maneras de expresar el pánico ante lo desconocido.

Por todo ello, Clive Barker recoge el latido de aquellos tiempos en el relato titulado La vida de la muerte donde nos cuenta una historia terrorífica que sucede alrededor de una epidemia que se propaga desde el pasado. Ya dijimos que es un relato ochentero que recoge el pulso de los tiempos, cuando el sida era un virus que asolaba en cada encuentro y tener una cita con alguien era lo más parecido a citarse con la muerte.

En otro registro, el novelista norteamericano Bret Easton Ellis, en su novela American Psycho, ofrece una lectura de aquellos tiempos en los que el sida era una amenaza. Y lo describe desde las primeras páginas, cuando uno de los personajes exclama que si pillas el sida puedes pillar cualquier cosa, incluso dislexia.

Con todo, según cuentan los pijos de la novela de Bret Easton Ellis, el sida resulta muy difícil pillarlo, un cero coma cero, coma cero uno de posibilidades de cogerlo, dicen, quitando gravedad al asunto. De esta manera, Easton Ellis convierte la novela en una historia de riesgo y promiscuidad donde la sangre salpica en cada página. Entre Barker y Easton Ellis existe un vínculo secreto. Porque, aunque en apariencia parezcan escritores distintos, en el fondo les une el gusto por lo macabro y el tener la sangre envenenada por una literatura cuyo patriarca es Stephen King.

El hacha de piedra es una sección donde Montero Glez, con voluntad de prosa, ejerce su asedio particular a la realidad científica para manifestar que ciencia y arte son formas complementarias de conocimiento.

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Sobre la firma

Montero Glez
Periodista y escritor. Entre sus novelas destacan títulos como 'Sed de champán', 'Pólvora negra' o 'Carne de sirena'.
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