Europa resucita su misión para taladrar Marte en busca de vida en 2028
La Agencia Espacial Europea rompe con Rusia y se alía con EE UU para conquistar el planeta rojo
Los países europeos han acordado aumentar hasta casi 17.000 millones de euros su inversión en exploración espacial para prescindir de Rusia a la hora de llevar astronautas al espacio y estrechar aún más sus lazos con su principal aliado en este campo, EE UU. Los 22 países que forman la Agencia Espacial Europea, incluida España, acordaron ayer un aumento del 17% del presupuesto para los próximos tres años hasta alcanzar una inversión total de 16.900 millones de euros.
Una de las principales consecuencias de este pacto es la resurrección de Exomars, la misión de exploración marciana más ambiciosa de la historia de Europa. El proyecto era enviar al planeta rojo el vehículo de exploración Rosalind Franklin, que sería capaz de taladrar el suelo marciano y buscar rastros de vida en el subsuelo. La iniciativa quedó en dique seco tras la ruptura de relaciones entre la UE y Rusia. El país dirigido por Vladimir Putin aportaba varios componentes de la misión, incluidos los cohetes de lanzamiento.
El director de la ESA, Josef Aschbacher, confirmó ayer en rueda de prensa que la misión sigue adelante sin Rusia y será lanzada en 2028. Los países europeos serán los responsables de construir prácticamente todos los componentes necesarios para la misión, incluido el módulo de aterrizaje que antes contribuía Rusia. Para el resto, incluido el cohete lanzador, la agencia ha llegado a un acuerdo de colaboración con EE UU. Resucita así una misión en la que se habían invertido unos 1.200 millones de euros.
“Hasta ahora pensábamos que el Rosalind Franklin pasaría el resto de sus días como una pieza de museo, pero hemos encontrado la manera de que Europa se responsabilice de casi toda la misión y que esta pueda continuar gracias también a la cooperación con EE UU”, ha dicho Aschbacher durante la rueda de prensa, celebrada en París.
El nuevo presupuesto recoge también un aumento del 17% para el desarrollo de los nuevos cohetes europeos, con el Ariane 6 a la cabeza, que permitirán que Europa deje de depender de los Soyuz rusos o de los vehículos privados de Elon Musk para llevar a sus astronautas a la Estación Espacial Internacional y, después, a la Luna y Marte.
La ESA dedicará 3.200 millones a misiones científicas en el próximo trienio. Juice será lanzada el próximo año rumbo a Júpiter y sus lunas heladas para buscar vida. Ese mismo año se lanza Euclid, que analizará miles de millones de galaxias para intentar determinar de qué están hechas la materia oscura y la energía oscura, que componen el 95% del universo. Entre 2026 y 2029 se lanzarán dos observatorios de exoplanetas, Plato y Ariel, así como una misión para interceptar un cometa.
La exploración humana del espacio se centrará en tres destinos progresivos: la órbita baja de la Tierra, donde orbita la Estación Espacial Internacional a una altitud de 400 kilómetros sobre la Tierra y cuya vida útil se amplía a 2030 por parte de la ESA, la Luna y Marte. Europa gastará 2.700 millones en estos objetivos. El proyecto incluye el desarrollo de Argonaut, un vehículo para enviar cargas pesadas a la Luna en la década de 2030. También se inicia ya la construcción de tres nuevos módulos de servicio que serán parte de futuras cápsulas Orion en la que tres astronautas europeos viajarán a la futura estación espacial lunar y, más adelante, conseguir llevar a un europeo a la superficie de la Luna por primera vez, probablemente una mujer, según explicó Aschbacher en una entrevista a EL PAÍS.
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