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Lisa Kaltenegger: “Hemos descubierto un planeta que nos dice cómo será la Tierra en 5.000 millones de años”

La astrofísica austriaca lidera un proyecto para buscar biomarcadores en planetas terrestres más allá del sistema solar

Lisa Kaltenegger
La astrofísica Lisa Kaltenegger, después de la entrevistaMax Alexander/Starmus
Nuño Domínguez

Lisa Kaltenegger (Kuchl, Austria, 45 años) quiere ser la primera persona que encuentre vida en un planeta más allá del sistema solar. En 1995, cuando Michel Mayor y Didider Queloz descubrieron el primer exoplaneta, la joven Kaltenegger acababa de entrar en la universidad para estudiar ingeniería y astrofísica. Menos de 30 años después, conocemos más de 5.000 de estos mundos. Unos 40 de ellos son del tamaño de la Tierra y pueden tener agua líquida. Kaltenegger, directora del Instituto Karl Sagan de la Universidad Cornell (EE UU), lidera un proyecto para observar los únicos tres de esos mundos que podemos alcanzar con los telescopios actuales. “Hay un hecho fascinante”, explica en esta entrevista concedida en Armenia durante el festival Starmus VI. “Ahora sabemos que solo en nuestra galaxia, la Vía Láctea, puede haber 40.000 millones de planetas habitables. Y en el universo hay miles de millones de galaxias. Muchas veces me preguntan si hay vida en el universo. Con estos números, la sorpresa será si no la encontramos”.

Pregunta. ¿Cuál es el próximo gran objetivo en la búsqueda de exoplanetas?

Respuesta. Lo más interesante es que el Telescopio Espacial James Webb puede ver la composición química de la atmósfera de planetas rocosos habitables; otras tierras. Hay combinaciones de moléculas que no podrían estar ahí si no hubiese vida. Los llamamos biomarcadores. Si encontramos esta combinación en un planeta rocoso, no hay otra opción: tiene que haber vida.

P. ¿Qué combinación buscan?

R. Oxígeno y metano. Los dos juntos se transforman en dióxido de carbono y agua. El metano puede venir de fuentes geológicas. Pero si además hay grandes cantidades de oxígeno, este solo puede venir de seres vivos.

P. ¿Es solo cuestión de tiempo?

R. Sí. Vamos a tardar, porque obviamente el Webb no se dedica solo a este tema. Por ahora, la Tierra es el único planeta que conocemos donde hay vida. A lo largo de su existencia este planeta ha cambiado mucho. A mis alumnos les pregunto el primer día de clase qué llevarían consigo si pudieran viajar en el tiempo. Muchos me dicen que una cámara de fotos, un móvil. Lo cierto es que los gases en la Tierra han cambiado tanto que si viajas al pasado lejano y abres la puerta, te mueres porque no se puede respirar. Ese cambio de los gases predominantes que sucedió en la Tierra se puede observar en la luz que emiten otros planetas. De esta forma vamos a poder ver planetas que no tienen vida, pero que pueden tenerla en el futuro si sigue nuestro mismo camino.

P. ¿Cómo puede saber que un planeta seguirá ese curso?

R. En mi grupo hacemos modelos de cómo era la atmósfera de la Tierra en todas las etapas desde que nació hasta ahora. Queremos hacer lo mismo con todos los objetos del sistema solar. También hemos compuesto un catálogo de los colores de la vida. Hemos buscado más de 100 especies de microbios en muchos ecosistemas diferentes, desiertos, glaciares..., para determinar que tipo de luz emiten y saber cómo se verían con un telescopio. Imagina un planeta cubierto completamente de agua, un mundo oceánico. Es posible que haya algas verdes o rojas similares a las de la Tierra y que mi telescopio pueda captarlo. O piensa en los corales terrestres que emiten luz fluorescente cuando reciben radiación ultravioleta. Es posible que veamos de repente un destello así.

“En tres años sabremos si hay signos de vida en exoplanetas similares a la Tierra”

P. ¿El James Webb podrá ver la superficie de planetas como la Tierra?

R. No. Pero algunos cambios en la superficie repercuten en la atmósfera. Lo estamos viendo en la Tierra con la fusión acelerada de los glaciares. Se concentra la cantidad de microbios que viven en ellos. Esto disminuye la cantidad de luz que refleja el hielo, que recibe más calor y se funde más rápido. De esta forma, si ves un planeta muy frío, pero tiene gases de posible origen orgánico, es posible que también allí haya microbios vivos.

P. ¿Cuánto van a tardar en comprobar si hay oxígeno o metano en algún planeta terrestre?

R. Con James Webb solo alcanzamos a ver tres de esos 40 planetas terrestres habitables. En estos vamos a tardar unos tres años en saber si hay agua, oxígeno o metano.

P. Si encuentran la señal, ¿cuál sería el siguiente paso?

R. Primero vamos a celebrarlo a lo grande. Después, antes de decir nada, lo analizaremos hasta que estemos seguros de que no hay ninguna otra explicación posible. Si se confirma, habría que dedicar más tiempo de observación con todos los telescopios posibles. También podríamos hacer un telescopio específico para estudiar un solo planeta de forma que podamos captar la luz reflejada por sus nubes y su superficie.

P. ¿Cómo cree que reaccionaría la gente ante un descubrimiento así?

R. Yo creo que no se sorprenderán tanto. Mis estudiantes de primero de carrera han nacido ya en un mundo en el que se conocía la existencia de exoplanetas. Es algo normal para ellos. Piensa en la próxima generación. No va a haber tanto shock cuando descubramos vida. Muchos pensarán que se había descubierto ya, como sucede con Marte. No nos va a dar tanto miedo.

P. ¿El mundo no cambiará tanto?

R. Por supuesto. Cambiará nuestra posición en el cosmos. En los libros de historia habrá un antes y después de la vida extraterrestre, como hay un antes y después de Cristo.

P. Su equipo ha descubierto una Tierra muy peculiar recientemente...

R. Sí, la zona habitable tiene límites; si te pasas de cerca te conviertes en Venus y si vas un poco más lejos de la cuenta, te vuelves Marte. Pero realmente el límite es más difuso. Lo que hemos encontrado ahora es un sistema solar llamado Speculoos 2. Aquí hay dos planetas. Uno de ellos está demasiado caliente. Al otro le llamo el mundo en el filo de la navaja, porque está justo en la frontera entre Venus y la Tierra. Este planeta es interesantísimo para saber lo que en algún momento pasará cuando el Sol empiece a morir, se haga mucho más grande y la Tierra se vuelva abrasadora. Será en unos 5.000 millones de años. Gracias a este planeta vamos a saber con qué nivel exacto de radiación empezaremos a perder todo el agua del planeta. Este mundo es como viajar a nuestro futuro dentro de 5.000 millones de años.

P. El descubrimiento de vida extraterrestre hará incongruente el relato de muchas religiones ¿Cree que quedará lugar para Dios?

R. No veo conflicto entre religión y ciencia. Una se basa en datos y la otra en creencias. Nuestra religión cristiana, como cualquier otra, es un relato escrito por antepasados humanos en el contexto de su tiempo. Por eso dijeron que los apóstoles eran todos hombres. Es complicado concebir un relato así ahora. Lo más importante es no tomar esos relatos al pie de la letra. Yo creo en algo, pero no sé lo que es. Es posible que Dios sea solo algo que estaba ahí antes del Big Bang y después las leyes de la física y la evolución tomaron todo el poder.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.

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