Rosaly Lopes, la persona que más volcanes ha descubierto: “Puede haber vida en Titán”
La especialista en vulcanismo de la NASA colabora con varias misiones que buscarán marcadores orgánicos en las lunas de Júpiter y Saturno
En 1979, Rosaly Lopes vio un chorro de roca fundida elevarse más de 15 metros sobre la negra cima del monte Etna, en Italia, que acababa de entrar en erupción. Era la primera vez que esta estudiante de astronomía brasileña, nacida en Río de Janiero hace 57 años, visitaba un volcán, y desde entonces apenas ha hecho otra cosa. Lopes ha explorado más de 50 cráteres activos de todos los continentes, incluido el gélido monte Erebus de la Antártida.
En 1989 comenzó a trabajar en el equipo científico de la sonda espacial Galileo, lanzada por la NASA para explorar Júpiter y sus lunas. La astrónoma concentró sus esfuerzos en Ío, donde años antes la sonda Voyager había descubierto un lago de lava de 200 kilómetros de diámetro, el mayor volcán activo de todo el sistema solar. Lopes se encargó de analizar las imágenes infrarrojas enviadas por Galileo, que delataban la presencia de calor en la superficie, y así descubrió 71 cráteres vivos completamente nuevos para la ciencia. En 2006, el Libro Guinness de los Récords la reconoció como la persona que más volcanes ha descubierto en Ío y en cualquier otro lugar del sistema solar, incluida la Tierra.
Lopes lleva 32 años trabajando en el Laboratorio de Propulsión a Chorro, donde la NASA idea las misiones robóticas más ambiciosas para explorar otros planetas y lunas del sistema solar. De visita en España para impartir un curso de verano en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, en esta entrevista explica las nuevas misiones espaciales que buscarán vida en lugares imposibles de alcanzar, por ahora, para cualquier humano: desde el lecho de los antiguos ríos de Marte a los océanos subterráneos de Titán, la mayor luna de Saturno.
Pregunta. ¿Qué conexión hay entre los volcanes y la vida en otros planetas?
Respuesta. El calor es uno de los ingredientes fundamentales para la vida. Es una fuente de energía. Si hay volcanes es más probable que también exista algo vivo; incluso después de que la actividad haya acabado. Después de la misión Galileo me uní al equipo de Cassini, que iba a explorar Saturno. Era una sonda en la que colaboraban la NASA y la Agencia Espacial Europea. Yo me encargué de estudiar Titán. Este satélite está cubierto de una corteza de hielo, pero debajo hay un océano de agua líquida. Lo mismo sucede en otras lunas del sistema solar, como Europa y Encélado. En Titán tienes agua líquida y calor. No encontramos volcanes activos, pero los hubo en el pasado. Además, hay muchísimos compuestos orgánicos, hidrocarburos de carbono e hidrógeno que podrían haber sido el pilar para la aparición de seres vivos.
P. ¿Puede haber vida actualmente en esta luna?
R. Sí, claro, aunque no lo sabemos. Es posible que la hubiera en el pasado y ya no. Lo mismo pasa con Marte. Lo que es seguro es que las condiciones para que surgiese la vida están presentes. Así que los sitios más probables para hallar vida extraterrestre son Titán, Encélado, Europa y Marte. Estas lunas son mundos oceánicos y en ellos es posible que encontremos vida. Ahora esperamos que por primera vez en la historia consigamos traer a la Tierra muestras de tierra y rocas marcianas. En ellas podemos encontrar pruebas de que en algún momento hubo organismos vivos allí.
P. ¿Cuándo esperan que lleguen a la Tierra esas muestras?
R. Es una misión muy compleja y cara en la que colaboran EE UU y Europa. No hay fecha exacta, pero diría que a principios de la próxima década. Esas muestras se han tomado en un terreno donde hubo agua hace miles de años. Proceden de diferentes suelos donde puede haber rastros de microbios. Es posible que cuando regresen haya cosas vivas dentro, aunque pensamos que probablemente hubo vida, pero desapareció. Pero incluso si solo encontramos un rastro de vida pasada, será el descubrimiento científico más importante en mucho tiempo.
P. Las lunas de Júpiter y Saturno son mucho más difíciles de explorar que Marte. ¿Cómo planea hacerlo la NASA?
R. Es imposible perforar kilómetros de hielo hasta llegar al océano. Aquí es donde nos ayudan los volcanes. En algunas de estas lunas hay criovolcanes. En ellos lo que sale a la superficie no es roca fundida, sino agua líquida mezclada con material del fondo del océano. Lo más factible es ir a Encélado porque allí hay géiseres activos que escupen penachos de vapor y material subacuático. Si consigues llevar allí un módulo de aterrizaje podrías tomar muestras. Es posible que haya rastros de vida. Es muy complicado porque no podemos mandar una nave enorme con un gran laboratorio. Hay una gran limitación de peso, pero tal vez en el futuro consigamos traer muestras de vuelta a la Tierra desde allí.
P. La NASA va a enviar una misión a Europa.
R. Sí, el objetivo de esta nave, llamada Europa Clipper, es estudiar las condiciones de habitabilidad de esta luna de Júpiter. Va a buscar penachos allí también, pero en este lugar son más impredecibles. Además, Europa es un entorno asesino para las naves. Júpiter emite una enorme cantidad de radiación que aniquilaría cualquier nave en la superficie de su luna en menos de un mes. La comunidad científica acaba de publicar un informe que dice que es mejor ir a Encélado, porque allí no hay radiación. Además sabemos dónde están los géiseres. Y nuestra sonda podría estar allí meses, incluso años.
P. ¿Hay misiones ya planeadas para Encélado?
R. Aún no, pero sí proyectos. Uno de ellos es el Orbilander, que incluye una sonda orbital y un módulo de aterrizaje. Es solo una propuesta, pero el panel de la Academia de Ciencias de EE UU que he mencionado apoyó este tipo de misiones.
P. ¿Y se va a explorar Titán?
R. Sí, hay una misión prevista: Dragonfly. Es un dron con cuatro rotores que aterrizará en esta luna y analizará muestras del suelo. Irá equipado con instrumentos capaces de detectar biomarcadores; rastros de vida. Titán es muy interesante porque es bastante fácil aterrizar allí. Tiene una atmósfera más densa que la Tierra. Hubo una nave europea, Huygens, que se posó allí en enero de 2005 y pudo enviar algunas imágenes. Dragonfly será la primera nave que podrá ir a tomar muestras en diferentes lugares. La lanzaremos a finales de esta década, posiblemente en 2028. Tiene que haber una capa superficial sobre el hielo hecha de estos compuestos, no sabemos cuan gruesa es. Pensamos que la vida en Titán surgió probablemente en el océano. Aparte de los volcanes, una forma de sacar a la superficie material del fondo es cuando hay un impacto de un asteroide capaz de romper la corteza, que puede tener hasta 100 kilómetros de grosor. La misión va a aterrizar justo al lado del cráter de un antiguo impacto. No creo que quede nada vivo por allí, pero tal vez queden biomarcadores.
P. ¿Usted cree que hay vida en otros lugares del sistema solar o más allá?
R. Es una pregunta muy difícil. Probablemente haya planetas muy parecidos al nuestro, pero, por otro lado, no sabemos exactamente cómo surgió la vida en la Tierra. Tampoco sabemos si es un proceso fácil y habitual o complicado y raro. Por eso es tan importante buscar vida en otras partes el sistema solar. Es imposible hacer estadísticas con una muestra de uno. Si de repente descubrimos que la vida evolucionó en Marte o en Encélado, ya tendremos una muestra mayor a uno, porque de momento solo sabemos que hay vida en la Tierra.
P. Hay un gran salto entre encontrar un biomarcador y hallar un organismo vivo. ¿Cómo de lejos estamos de lo segundo?
R. Creo que la tecnología necesaria ya está lista. Si hay microbios vivos o muertos en las muestras que traigamos de Marte, los encontraremos. Lo más complicado es saber si estamos buscando en el sitio adecuado. Los planetas son grandes. Puede que incluso estando en el lugar preciso, no consigamos excavar lo suficiente para llegar hasta donde hay cosas vivas. En cualquier caso, es una pregunta fundamental para entendernos a nosotros mismos.
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