Arturo Campos, el desconocido ingeniero hispano que salvó al ‘Apollo 13′
El nombre del especialista ha sido seleccionado por el público en un torneo celebrado por la NASA para bautizar al maniquí que a finales de 2021 orbitará la Luna en la misión Artemis I
El ingeniero eléctrico de origen hispano Arturo Campos pasará a la historia por ser una de las personas determinantes en el regreso con vida a la Tierra de los tres astronautas que conformaban la fallida misión Apollo 13, en abril de 1970. Hoy, más de 50 años después de la heroica hazaña, el público eligió su nombre para bautizar al maniquí que a finales de 2021 viajará a la Luna en la misión Artemis I, la prueba de vuelo sin tripulación de la NASA del cohete Sistema de Lanzamiento Espacial y de la nave espacial Orion.
Comandante Moonikin Campos es el nombre oficial del maniquí que se lanzará a bordo de la nave y que si todo sale como está previsto estará en el espacio 25 días, 6 de ellos orbitando la Luna. El moonikin, un juego de palabras en inglés para referirse a maniquí lunar, recibió su nombre como resultado de un torneo por eliminatorias en honor a objetos astronómicos o personajes y programas de la NASA en el que se recibieron más de 300.000 votos.
Brian Odom, historiador jefe interino de la NASA en el Centro Marshall de Vuelo Espacial en Huntsville, Alabama, explica en un comunicado oficial: “Nuestro regreso a la Luna mediante Artemis es un esfuerzo global, y siempre estamos buscando nuevas formas de involucrar al público en nuestras misiones”, dice Odom. Y añade: “Este concurso, que está ayudando a allanar el camino para un regreso humano a la Luna, también rinde homenaje a un individuo importante de nuestra familia de la NASA: Arturo Campos”.
De acuerdo con los archivos de la NASA, el día del accidente del Apollo 13 Arturo Campos estaba durmiendo tranquilo en su casa cuando recibió la llamada de los investigadores del Centro de Naves Espaciales Tripuladas. Era la noche del 13 de abril de 1970 y algo había salido mal con la misión. Campos debía presentarse en el trabajo de inmediato para ayudar a coordinar el regreso con vida de los tripulantes a la Tierra.
Al llegar al centro, Campos se dio cuenta de que un tanque de oxígeno de uno de los módulos de servicio a bordo de la nave espacial Apollo se había roto. “No había suministro de electricidad, ni luz ni agua en el módulo de comando”, explica la NASA. Los astronautas Jim Lovell, Jack Swigert y Fred Haise estaban atrapados en una nave espacial dañada a unos 320.000 kilómetros de la Tierra.
Ante esa situación se había abandonado el objetivo inicial de la misión de alunizar; la prioridad era que los astronautas llegaran sanos y salvos a casa. Meses atrás, Campos y su equipo habían creado un plan de contingencia por anticipado para afrontar posibles explosiones como la que se había presentado.
“A pesar de que el plan nunca había sido puesto a prueba, estaba diseñado para desviar la energía eléctrica del módulo lunar al sistema de equipamiento de los módulos de comando y de servicio, dando a los astronautas energía suficiente para regresar a salvo”, cuenta la NASA. El procedimiento tendría que ser modificado en tiempo real y su reelaboración requería una increíble pericia técnica. “Por fortuna, Campos era exactamente el hombre que podía ayudar a los astronautas a ejecutar este plan. Él mismo lo había escrito”, explica la NASA.
Según los historiadores de la NASA, Campos tuvo la capacidad para volver a escribir el plan de regreso a la Tierra sobre la marcha. “Un año antes, había escrito procedimientos para esa eventualidad”, se sabe que dijo el ingeniero de origen hispano nacido en Texas en 1934 y fallecido en 2001. La estrategia que diseñaron Campos y sus colegas en la sala de evaluación de la misión fue un éxito. Se dieron las instrucciones para poner en práctica el procedimiento a los miembros de la sala de control, quienes las pasaron a los astronautas que estaban a bordo.
Leticia Campos, una de sus hijas, confirma la historia y cuenta que su padre era el administrador del sistema responsable de la energía en el módulo lunar del Apollo 13. “Papá modificó su plan para poder llevar energía del módulo de comando al módulo lunar, dando a los astronautas un poco de calor y empuje para poder regresar a casa”, explica Leticia.
El proceso completo se demoró más de 15 horas, y finalmente pudo desviarse suficiente electricidad de las fuentes de energía del módulo lunar a las baterías de emergencia de los módulos de comando y servicio para proporcionar calefacción a los astronautas, asistirlos en su viaje de regreso y permitirles llegar a salvo a la Tierra.
Los historiadores de la NASA explican que “si no hubiera sido por el procedimiento de Campos es probable que la misión del Apollo 13 no fuera recordada como el fracaso exitoso que es hoy día, sino como un fracaso rotundo”.
Además de su participación en el retorno del Apollo 13, Campos es recordado por ser uno de los primeros y de los pocos trabajadores mexicano-estadounidenses en el centro Johnson cuando la mayoría de los empleados eran de origen anglosajón. “Contribuyó a los esfuerzos para reclutar a más trabajadores hispanos para el programa espacial y estimuló a las personas de su cultura a seguir carreras técnicas”, explica Odom.
Campos también fundó y presidió el Consejo de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos 660, formado por ingenieros mexicano-estadounidenses de la NASA, que otorgaba a estudiantes hispanos becas para cursar carreras universitarias, y trabajó como representante del programa para la igualdad de oportunidades del Centro Espacial Johnson.
Eliminatorias en la NASA
La última eliminatoria para elegir el nombre del maniquí de la misión Artemis I fue entre Campos y Delos, una referencia a la isla donde nacieron Apolo y Artemisa, según la mitología griega. Los otros seis nombres que compitieron fueron: ACE, siglas en inglés de Artemis Crew Explorer (explorador de tripulación Artemis); Duhart, un homenaje a Irene Duhart Long, directora médica del Centro Espacial Kennedy de 2000 a 2010; Montgomery, dedicado a Julius Montgomery, el primer afroamericano que trabajó como profesional técnico en la estación de la fuerza aérea de Cabo Cañaveral; Rigel, una superestrella gigante en la constelación de Orion; Shackleton, un cráter en el polo sur de la Luna, que lleva el nombre del famoso explorador antártico Ernest Shackleton, y Wargo, dedicado a Michael Wargo, el primer jefe científico de exploración de la NASA.
Leticia y sus otras hermanas, Deanna e Yvette, dicen con alegría que están muy orgullosas de su padre. “Su victoria fue anunciada en lo que habría sido el cumpleaños de mi madre, el 29 de junio. ¡Saltamos de alegría!”. Las tres hijas explican reconocen las hace muy felices que el nombre de Arturo Campos vaya a orbitar la luna en Artemis I. “El moonikin que lleva su nombre es una recompensa adecuada por ayudar a salvar al Apollo 13. Los tres astronautas le estrecharon la mano en señal de gratitud cuando llegaron del espacio. Dos de los astronautas asistieron a su funeral, Fred Haise y el comandante Lovell”.
Odom asegura que la elección de Campos es un reconocimiento a su trabajo en el retorno del Apollo 13. “También es un tributo apropiado para Campos el hecho de que los datos obtenidos por Artemis I nos ayudarán a prepararnos para llevar a los astronautas, incluida la primera mujer y la primera persona de color, a la Luna, donde nos prepararemos para Marte”, dijo Odom.
El Comandante Moonikin Campos es un maniquí con cuerpo masculino que ocupará el asiento del comandante en el interior de la nave y llevará un traje con el sistema de supervivencia Orion, el mismo que usarán los astronautas de Artemis durante el lanzamiento, la entrada y otras fases de sus misiones.
De acuerdo con la NASA, el maniquí y su asiento estarán equipado con sensores que registrarán datos de radiación, aceleración y vibración durante la misión. Esos datos ayudarán a la NASA a proteger a los astronautas durante Artemis II, la primera misión en más de 50 años que enviará tripulación a una órbita lunar.
Campos es uno de los tres pasajeros que volarán a bordo de la cápsula Orion para poner a prueba los sistemas de la nave espacial. Dos modelos de torsos humanos femeninos llamados Zohar y Helga, por la Agencia Espacial de Israel y el Centro Aeroespacial Alemán, respectivamente, también irán en la nave y ayudarán a recopilar datos sobre los niveles de radiación que se producen durante las misiones lunares.
Las hermanas Campos recuerdan que todas las mañanas su padre las llevaba a la escuela, que jugaban voleibol en el verano y que les enseñó a tener paciencia y a conducir un automóvil. “Lo que más recuerdo de él es cuando íbamos su rancho y nos mostraba la Vía Láctea. Nuestro padre nos enseñó a amar las estrellas”, concluye Leticia.
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