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¿Cuál es la tasa de letalidad del nuevo coronavirus en las personas mayores?

España no ofrece datos de la mortalidad por franjas de edad, pero otros países sí lo hacen

Dos niños y un hombre mayor pasean por un parque de Madrid.
Dos niños y un hombre mayor pasean por un parque de Madrid.Víctor Sainz

“Cada beso en la mejilla a nuestra amiga puede convertirse, de rebote, en el beso de la muerte para su anciana madre”, advertían el martes dos médicos en este periódico. Este viernes, tras decretar el estado de alarma en España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también hizo un llamamiento desesperado a las personas mayores: “Deben protegerse al máximo frente a la infección: evitar a toda costa los contactos y la exposición en espacios públicos”. Quedarse en casa y nada de besos ni abrazos.

Es el gran mensaje de las autoridades en estos días de pandemia mundial y saturación de los hospitales: el objetivo número uno es impedir la infección de los abuelos. La enfermedad provocada por el nuevo coronavirus es muy leve en los jóvenes, pero los últimos datos oficiales en Italia, con casi 14.000 casos analizados, muestran una letalidad del 9,6% entre los septuagenarios, de un 16,6% entre los octogenarios y de un 19% entre los nonagenarios. Son resultados similares a los de China, con una letalidad del 8% entre los septuagenarios y de casi el 15% entre los mayores de 80 años. Pero estos datos podrían ser un espejismo.

El Gobierno español, a diferencia de los principales países afectados, no hace públicos los datos por franjas de edad de los 4.200 casos nacionales. Una portavoz del Ministerio de Sanidad invita a este periódico a solicitar la información a las 17 comunidades autónomas, una por una, ya que las competencias sanitarias están transferidas. La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid —la región más afectada, con casi 2.000 casos— tampoco facilita los datos desglosados por edad.

Tasa de letalidad en Italia

Datos en porcentaje sobre el total de infectados

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Total

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Fuente: Istituto Superiore di Sanità.

EL PAÍS

Tasa de letalidad en Italia

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Fuente: Istituto Superiore di Sanità.

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Tasa de letalidad en Italia

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Fuente: Istituto Superiore di Sanità.

EL PAÍS

Esta información, sin embargo, es esencial para adelantarse a los efectos de la pandemia. El último informe de la agencia de salud pública europea constata enormes diferencias por países. En Corea del Sur, un estudio oficial de 4.200 casos ha detectado una tasa de letalidad de solo el 3,1% entre los septuagenarios y del 3,7% entre los mayores de 80 años. En ese país asiático, el comienzo del brote estuvo muy ligado a jóvenes de una misma secta religiosa y las autoridades procedieron inmediatamente a examinar a más de 200.000 de sus seguidores y a aislar a los casos positivos o sospechosos.

“Creo que estas diferencias entre países se deben, al menos en parte, al desfase entre la identificación de los casos y la fecha de las muertes”, opina Julien Riou, un epidemiólogo de la Universidad de Berna (Suiza) que está intentando calcular la verdadera letalidad del nuevo coronavirus. A su juicio, la tasa de Corea del Sur ascenderá a medida que vayan muriendo algunas de las personas hoy ingresadas en estado grave, como ya ha ocurrido en Italia. El nuevo coronavirus tarda unas dos semanas en matar.

Otros expertos son más optimistas. “Espero fervientemente que descubramos que hay millones de personas que se han infectado y que no han tenido síntomas, por lo que la mortalidad general sería menor”, proclamó el 6 de marzo Michael Ryan, director ejecutivo de Emergencias Sanitarias de la OMS. La organización registra unos 133.000 casos confirmados y casi 5.000 muertes en todo el mundo, lo que significaría una letalidad del 3,7%. Sin embargo, si los casos reales son por ejemplo 10 veces más, contando a las personas sin síntomas y sin detectar, eso implicaría que la tasa de letalidad es 10 veces menor: 0,37%.

En el crucero Diamond Princess se infectaron 288 viajeros de más de 70 años y un 57% ni siquiera presentó síntomas

La comunidad científica analiza ahora un experimento imprevisto: el crucero Diamond Princess, que llegó el 3 de febrero al puerto japonés de Yokohama con 3.711 personas a bordo y fue puesto en cuarentena. Todos los pasajeros fueron analizados y 697 (el 19%) acabaron dando positivo al nuevo coronavirus, la mitad de ellos sin presentar síntomas. Siete personas (el 1% de los infectados) fallecieron. Todas tenían más de 70 años.

El matemático y biólogo Timothy Russell está estudiando los datos del Diamond Princess con su equipo de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. La edad media a bordo era de 58 años, mucho más alta que los 43 años de media que hay en España. Haciendo ajustes por la estructura de edad de la población y extrapolando el número de infecciones invisibles, Russell calcula que la tasa real de letalidad del nuevo coronavirus en China ha sido del 0,5%, cinco veces mayor que la de la gripe estacional.

El Diamond Princess ofrece más cifras para la reflexión. En el barco se infectaron 288 viajeros de más de 70 años. Un 57% ni siquiera presentó síntomas. De hecho, el 86% de los octogenarios contagiados no tuvo síntomas de la enfermedad. Los siete muertos son el 2,4% de las personas de más de 70 años que tenían el coronavirus.

El modelo estadístico del epidemiólogo suizo Julien Riou, sin embargo, sostiene que el 1,6% de las personas infectadas en China —con o sin síntomas— ha muerto o morirá, “con diferencias por franjas de edad incluso más importantes que las que sugieren los datos crudos”. El porcentaje alcanzaría el 4,6% entre los sexagenarios, el 9,8% entre los septuagenarios y el 18% entre las personas de más de 80 años.

El médico chino Bin Cao cree que la tasa de letalidad del 15% observada en febrero en los octogenarios de China no se corresponde con la realidad

Las perspectivas serían más sombrías todavía para los afectados con síntomas, según los estudios preliminares de Riou. El 3,3% moriría. La letalidad del virus en estos enfermos sintomáticos llegaría al 9,4% entre los sexagenarios, al 20% entre los septuagenarios y al 36% entre los mayores de 80 años. Son cálculos que hay que interpretar con cautela, al estar elaborados con datos de China difícilmente extrapolables a países como España. “Habría que tener en cuenta las diferencias en la salud original de la población y en la eficacia del sistema sanitario, aunque no estoy seguro de que todavía podamos decir que Europa tiene mejores hospitales que China”, añade Riou.

El médico chino Bin Cao ha estudiado a dos centenares de pacientes en hospitales de Wuhan y ha observado que los factores de riesgo de morir por el nuevo coronavirus incluyen la edad avanzada, pero también la existencia de patologías previas —hipertensión, diabetes, enfermedades coronarias— y el ingreso demasiado tardío en el centro hospitalario.

Cao no se cree la tasa de letalidad de casi el 15% observada en los octogenarios chinos. La cifra sale de un estudio oficial de 45.000 casos confirmados hasta el 11 de febrero en Wuhan, entonces en el epicentro de una epidemia desconocida que colapsó el sistema sanitario. “En la etapa inicial del brote, la enfermedad fue relativamente más grave y algunos pacientes no fueron confirmados porque no tenían síntomas o porque se les hacían pruebas inadecuadas. Por lo tanto, no creo que la letalidad real alcance el 14,8%, sino que disminuirá a medida que comprendamos la enfermedad”, señala Cao, de la Academia de Ciencias Médicas de China.

La enfermedad provocada por el nuevo coronavirus, la Covid-19, no es una sentencia de muerte para los ancianos, ni siquiera para los nonagenarios, pero es lo suficientemente nociva como para tumbar el sistema sanitario y empeorar el pronóstico. Por eso las autoridades hacen un llamamiento desesperado para que todos los ciudadanos se comprometan en la batalla para frenar la transmisión. “Y no hay que centrarse solo en los mayores de 80 años. Los datos muestran que la mortalidad aumenta constantemente con la edad, superando el 1% a los 50 años. Una mortalidad del 1% no es algo que se pueda ignorar”, advierte Julien Riou.

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Sobre la firma

Manuel Ansede
Manuel Ansede es periodista científico y antes fue médico de animales. Es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Licenciado en Veterinaria en la Universidad Complutense de Madrid, hizo el Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, Tecnología, Medioambiente y Salud en la Universidad Carlos III

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